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Un meteorito impacta en el Congreso de los Diputados
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Un meteorito impacta en el Congreso de los Diputados

Se habla mucho de las películas que hoy no se podrían rodar por culpa de los ofendiditos, pero yo he tenido esa sensación viendo de nuevo 'Deep Impact'

Foto: Imagen: EC Diseño.
Imagen: EC Diseño.

Si lo piensas, 'Deep Impact' y 'No mires arriba' son dos versiones de lo mismo. La primera cuenta el fin del mundo con la lente optimista y melodramática de los 90 y la segunda desde un rincón amargo y resabiado: nuestro tiempo. Entre un rodaje y otro, dos aviones impactan en las Torres Gemelas, el mundo islámico se desestabiliza, hay decenas de atentados en Europa, una crisis económica, otra migratoria, redes sociales, primaveras árabes, movimientos populistas de izquierda y derecha, identitarios a la moda y nacionalistas a la antigua, y la guinda de la tarta: una pandemia.

Así que 'No mires arriba' es 'Deep Impact', pero rodada tras la caída de un meteorito. En el cráter humeante está nuestra confianza en el progreso. Y el progreso. Y nuestra percepción del progreso. Y nuestra percepción de los otros. Es decir: en el cráter estamos todos, peleándonos por ver a quién le hizo más daño la roca voladora.

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La idea de un pedrusco espacial que golpea la tierra y provoca desastres insoportables no es nueva. Aparece constantemente en la cultura popular desde que supimos qué había jubilado a los dinosaurios, pero el paso de las estrellas fugaces y cometas fantasmagóricos llevaba causando incertidumbre desde mucho antes de que la ciencia nos proporcionara esta información. En el ' El miedo en Occidente', un clásico moderno, Jean Delumeau recoge muchas de las profecías e histerias colectivas que sacudieron a la sociedad debido al paso inocente de incandescencias por la cúpula terrestre.

Hoy el miedo parece más racional, pero nunca lo es. Sabemos que las posibilidades de que un asteroide siga los pasos del que se cargó a millones de especies hace sesenta y cinco millones de años son relativamente altas, que ocurrirá antes o después, y por eso vigilamos el cielo con cálculos y telescopios como los centinelas que protegían las murallas de las hordas bárbaras en las ciudades antiguas. Pero lo que nos aterra al mismo tiempo nos fascina, y lo necesitamos: leed a Kavafis, lo dejó explicado en pocas líneas.

Comparar el producto de Netflix con aquella película nos permite ver dónde están las heridas por las que agoniza la democracia liberal

Una prueba de esta fascinación por el meteorito es la peste de noticias con titulares que anuncian que la roca al fin se dirige directamente a nuestro planeta para aclararte, a cambio de un clic, que pasará de largo a unos cuantos millones de kilómetros. O el éxito de "No mires arriba".

No me parece casual que esta película elija el asteroide para montar su caricatura de nuestro mundo, y tampoco que 'Deep Impact' tirara del mismo recurso para su loa de la sociedad que ha desaparecido. Por más que nos esforcemos en romper con la tradición, siempre estamos metidos en ella, así que comparar el producto de Netflix con aquella película no solo es entretenido, sino que nos permite ver dónde están las heridas por las que agoniza la democracia liberal. Recomiendo ver una después de la otra y estar atento a los detalles, pero aquí va un resumen.

Foto: Imagen: CSA Images / EC Diseño.

'No mires arriba' es el cinismo de 2020 hecho película, y además trae un manual de interpretación, porque también cumple con otro de los dogmas de nuestro tiempo: que todos los demás son más tontos que nosotros y necesitan que les proporcionen el dibujo explicado. Por la pantalla desfilan instituciones podridas, activistas fraudulentos, políticos idiotas, periodistas mentirosos, gente egoísta y unos cuantos científicos que enloquecen entre la estupidez reinante, como si se contagiaran. No hay grises. Es un producto diseñado para hacer dinero en una sociedad que no cree en nada ni nadie, que no acepta la autoridad intelectual ni política, y que ha recibido suficientes pruebas de que todo es una estafa como para ser estafada de nuevo, ahora por Netflix.

¿Qué mundo nos muestra, en cambio, 'Deep Impact'? El contrario, e igualmente ensimismado: periodistas serios, escuelas de secundaria conectadas a los centros de investigación, agentes del FBI honrados, científicos respetables, una fértil comunicación intergeneracional y un presidente de los Estados Unido encarnado en Morgan Freeman, que informa en rueda de prensa de que lleva un año ocultando a la población mundial que sabían que un cometa se aproxima, y nadie se enfada al descubrir que no advirtió antes. Ni escándalos, ni gritos ante la epifanía. Nadie habla de conspiraciones, ni de bulos, ni de traición. Así que el mundo que iba a destruir 'Deep Impact' está, efectivamente, destruido cuando se rueda 'No mires arriba'.

Creo que esto hoy no se lo creería nadie, y que ha envejecido peor que los chistes de Arévalo por los que algunos se enfadan

La última escena de 'Deep Impact', con las masas apoyando al presidente Morgan Freeman ante las ruinas del mismo Capitolio por el que años después penetrarían conspiranoicos vestidos de indio al grito de "la elección ha sido un fraude", lo dice todo. De verdad: recomiendo volver a verla después de 'No mires arriba' y estar muy atento a lo que se deja ver entre líneas. Son dos planetas diferentes atacados por el meteorito. El país que produjo ambas películas está culturalmente roto, y los países que las entienden como si sus tramas les quedaran cerca, también. Dicho de otra forma, la distancia entre el Estados Unidos de 'Deep Impact' y el de 'No mires arriba' es tan grande como la que media entre la España de Barcelona 92 y la del 'procés'.

Se habla mucho de las películas que hoy no se podrían rodar por culpa de los ofendiditos, pero yo he tenido esa sensación viendo de nuevo 'Deep Impact' y ha sido por otros motivos. En esta película, de un optimismo pasado de moda, ni siquiera el impacto de un asteroide logra que las instituciones de la democracia liberal se desmoronen. La gente sigue pagando sus impuestos, los chicos van a la escuela y los saqueos se producen en el Tercer Mundo y salen por televisión, porque los periodistas siguen diciendo la verdad. Hoy esto no se lo creería nadie. 'Deep Impact' ha envejecido más que los chistes de Arévalo por los que algunos se enfadan. Porque para meteorito (peñazos siderales), nosotros.

Si lo piensas, 'Deep Impact' y 'No mires arriba' son dos versiones de lo mismo. La primera cuenta el fin del mundo con la lente optimista y melodramática de los 90 y la segunda desde un rincón amargo y resabiado: nuestro tiempo. Entre un rodaje y otro, dos aviones impactan en las Torres Gemelas, el mundo islámico se desestabiliza, hay decenas de atentados en Europa, una crisis económica, otra migratoria, redes sociales, primaveras árabes, movimientos populistas de izquierda y derecha, identitarios a la moda y nacionalistas a la antigua, y la guinda de la tarta: una pandemia.

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