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El año en el que Lorca y un bar llenaron los teatros: grandes bombazos sobre las tablas
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Resumen del año

El año en el que Lorca y un bar llenaron los teatros: grandes bombazos sobre las tablas

Esta temporada pasará a la historia por los fenómenos de 'Una noche sin luna' y 'El bar que se tragó a todos los españoles'

Foto: Juan Diego Botto como Federico García Lorca en 'Una noche sin luna'
Juan Diego Botto como Federico García Lorca en 'Una noche sin luna'

El año empezó con cautela. Después de un 2020 en el que con el confinamiento y las restricciones de aforo, muchos teatros (y compañías) tuvieron que arremangarse -sobre todo los privados, con menos colchón que los públicos-, 2021 llegó con algo de respiro, pero todavía prudencia. Más en Madrid donde a las primeras de cambio se sufrió Filomena (y todo cerrado otra vez).

El teatro, en términos generales, sigue sufriendo una situación difícil. Hay menos funciones que antes de la enfermedad y las condiciones laborales en algunas salas son muy precarias, como explicaban desde el sector en el Foro Mercartes celebrado el pasado mes de marzo. Pero también es verdad que desde principios de este 2021, como había sucedido durante el año I de la pandemia, el público siguió yendo a los teatros. Así lo afirmaba entonces a este periódico el empresario teatral Jesús Cimarro: "Es verdad que se está llenando, sobre todo desde enero. El sector tomó las medidas de seguridad explicando que no ha habido contagios y eso ha hecho que el público se confiara. Esto es una excelente noticia” .

"Es verdad que se está llenando, sobre todo desde enero. El sector tomó las medidas de seguridad y eso ha hecho que el público se confiara"

Hubo aforos que al 60% o 70% pronto quedaban llenos. Así fue en la capital en escenarios como los del Centro Dramático Nacional, Teatro Español, Matadero, salas privadas como La Latina y Bellas Artes y otras más pequeñas como el Teatro del Barrio. Todo lo contrario a lo que al mismo tiempo sucedía en las salas de cine, a las que el público no volvió, o las salas de conciertos (que permanecieron cerradas).

placeholder Francesco Carril en 'El bar que se tragó a todos los españoles'
Francesco Carril en 'El bar que se tragó a todos los españoles'

Entre las posibles razones -no se apuntan aquí algunas que pudieran ser de tipo sociológico como la necesidad de salir y relacionarse-, hay que destacar que algunos montajes se convirtieron en auténticos fenómenos. Como ‘Una noche sin luna’, el estupendo Lorca de Juan Diego Botto y Sergio Peris-Mencheta. O ‘El bar que se tragó a todos los españoles’, de Alfredo Sanzol.

Mientras las salas de teatro se llenaban, las de cine se vaciaban y las de música permanecían cerradas hasta casi finales de año

Hay en el teatro ahora mismo una hermosa explosión creativa. Así lo demuestran otras obras que se ganaron el calor del público como el musical ‘Castelvines y Monteses' (otra vez Peris-Mencheta), 'Shock 2', de Andrés Lima, 'Atraco, paliza y muerte en Agbanäspach', de Nao Albet y Marcel Borrás, 'La lluvia amarilla', de Jesús Arbués, y 'Alfonso el Africano', del Club Canibal (de los cuales también se repuso su trilogía ‘Crónicas ibéricas’. Todas ellas han tenido muy buenas críticas (y apenas ha habido modo de conseguir entradas). Y ha habido interpretaciones para enmarcar como la de Ana Belén como Margo Channing en 'Eva contra Eva' o la de Marta Nieto como la periodista Lydia Cacho en 'La infamia'.

Algunos montajes como 'Una noche sin luna' y 'El bar que se tragó a todos los españoles' se convirtieron en auténticos fenómenos

Curiosamente en muchas de las obras más exitosas del año hay una mirada entre crítica y satírica (pero también tierna) sobre nuestra historia. España como tema (socarrón). Este es solo un top 5 en primera persona del singular, como el de muchos espectadores que tendrán el suyo propio (a ver si coincide):


1. ‘Una noche sin luna’, de Juan Diego Botto (Dirección: Sergio Peris-Mencheta)

El gran fenómeno de esta temporada empezó y acabó (el año) en Vitoria. Fue a mediados de noviembre de 2020 cuando se estrenó en el Teatro Principal de esta ciudad. Enseguida cogió vuelo con una gira que recorrió todo el país hasta que llegó al Teatro Español de Madrid a finales de junio. Las entradas pronto se volatilizaron. Un éxito que hacía mucho tiempo que no se veía en los escenarios. Tras un parón de algunos meses a finales de este año regresó a Vitoria (y también pasó por Logroño y Pamplona). Y seguirá.

¿Por qué este gran triunfo? Porque Juan Diego Botto está soberbio como un Lorca tierno, sincero, divertido, a veces duro, pero siempre empático. Porque ves al poeta. Porque el texto, también de Botto, te atrapa desde el primer segundo. Apela a la España de hace más de ochenta años, pero también a la actual sin que quede forzado ni oportunista. Porque la dirección de Sergio Peris-Mencheta, que se nota que piensa en cada momento en el espectador y darle lo que le gusta, está magnífica. Porque el tándem entre actor-director (y unas tablas sobre el escenario) fluye como el agua. Porque emociona y da qué pensar. Porque tiene la fórmula mágica del docere/delectare. No se la pierdan.


2. ‘El bar que se tragó a todos los españoles’, de Alfredo Sanzol (Dirección: Alfredo Sanzol)

Son tres horas que se pasan, literalmente, sin mirar el reloj. Desde que esta obra se estrenó a mediados de febrero en el Valle-Inclán de Madrid, el dramaturgo y director Alfredo Sanzol -ahora también al frente del Centro Dramático Nacional- consiguió que los espectadores entraran en su bar y salieran entusiasmados con aplausos larguísimos y todos en pie. Tanto es así que además de la gira por varias ciudades españolas, se repuso otra vez en Madrid el pasado septiembre. Ojalá pueda seguir dando guerra los meses venideros.

La historia de este bar es, de alguna manera, también la historia de un país que en los sesenta estaba tan muerto del asco como un mausoleo y que quería quitarse de una vez por todas la camisa de fuerza que le oprimía. Sanzol lo cuenta a través de un cura joven que quiere colgar la sotana. Por ahí van pasando las ansias de libertad: de los jóvenes, de las mujeres. Libertad en todos los sentidos. El dramaturgo no se pone aleccionador ni mitinero. Al contrario, deja fluir al teatro y todas sus posibilidades. Por esa barra -coral, llena de personajes porque también da gusto ver sobre las tablas a unos cuantos actores- pasan el drama, la comedia, el terror, el costumbrismo, el esperpento, el melodrama y, también, sí, el teatro comprometido. Una fiesta teatral que no quieres que se acabe. Consiguió el Max al Mejor Espectáculo Teatral y Mejor Texto en este 2021.

3. ‘Viejo amigo Cicerón’, de Ernesto Caballero. Dirección: Mario Gas

La obra se estrenó en el Festival de Mérida en 2019, pero explotó a finales de 2020 y durante todo 2021. La razón principal por la que la incluyo en esta lista es porque a Josep María Pou hay que verle al menos una vez en la vida sobre los escenarios. Y en esta obra que dirige Mario Gas y cuyo texto ha escrito Ernesto Caballero el traje del político y orador Cicerón le queda como un guante. Todavía la pueden ver en el Teatre Romea de Barcelona donde está hasta el 26 de diciembre.

Es un montaje corto, de poco más de una hora. Puro texto. Pura filosofía. La palabra es aquí lo más importante. No busquen acción ni momentos intensos ni experimentalismos. El viejo profesor que enseña a dos alumnos sus teorías políticas apuntando hacia el sentido común y el debate cívico y criticando todo lo que tiene que ver con la ambición desmedida, la política de gestos e imágenes y casi, casi Twitter. Es decir, la nueva política. Pou/Cicerón ofrece una clase serena en un montaje que, si bien no pasará a la historia por sus riesgos, sí se queda en la memoria por lo magistral de la interpretación. Y eso ya merece del todo la pena.

4. ‘Los hermanos Machado’, de Alfonso Plou. Dirección: Carlos Martín

placeholder 'Los hermanos Machado'
'Los hermanos Machado'

A veces hay sorpresas como esta obra que se estrenó a finales de 2020 y tras el éxito alcanzado en 2021 -en Madrid prorrogó varias semanas en el teatro Fernán Gómez en mayo- ya tiene cerrada toda una gira por España en 2022. La compañía aragonesa Teatro del Temple, que tiene una trayectoria de casi 30 años (con más de 40 producciones y varios premios Max), hizo una propuesta de reconciliación en un momento tan polarizado que les trajo premio.

La premisa es la ucronía de qué hubiera pasado si los hermanos Machado hubieran podido tener una conversación después de la Guerra Civil. Efectivamente, si Antonio no hubiera muerto camino del exilio en Colliure. Qué hubiera pasado si hubieran podido enfrentar sus ideas. La obra, en la que prima el texto -se echa mucha mano de los versos- hace un recorrido por la vida de los hermanos y les queda un montaje tierno que no arriesga, pero tampoco cae en el pozo de la caspa. Gracias en parte a la estupenda interpretación de Alba Gallego que se mete en la piel de todas las mujeres que compartieron algo con los Machado, desde actrices a esposas (de Manuel) y amantes. Una obra bonita y sentimental.

5. ‘Anfitriones’, de Inge Martín. Dirección: Inge Martín

En el año en el que explotaron las famosas guerras culturales apunto este montaje porque las recoge de una manera divertida e ingeniosa (aunque a veces no hacen tanta gracia). La fórmula ya está vista: cuatro amigos que se reúnen para cenar y para contarse sus cuitas. Pero como estamos en 2021 más que grandes secretos o amores desconocidos aquí de lo que se habla es de los temas que han polarizado y crispado las conversaciones: el feminismo, la inmigración, el trabajo, las desigualdades… Y a posicionarse todo el mundo. Y, por supuesto, todo contado en directo -tuiteado, instagrameado- en las redes sociales.

Lo mejor es que el espectador pasa un muy buen rato mientras la hora y algo que dura esta obra que se pudo ver hasta principios de septiembre en el teatro Quique San Francisco de Madrid. Los cuatro actores están fantásticos y muy ajustados a sus papeles. Sobre todo Lucía Quintana como esa mujer alegre y simpática, pero tan dolorida por dentro. Y José Luis Alcobendas, como esa especie de Houellebecq patrio. Es una comedia desenfadada, burguesa, pero tiene mordacidad y colmillo. Sobre todo, no juzga. Ojalá la repongan porque resume muy bien lo que ha sido este 2021 y hacia dónde vamos.

El año empezó con cautela. Después de un 2020 en el que con el confinamiento y las restricciones de aforo, muchos teatros (y compañías) tuvieron que arremangarse -sobre todo los privados, con menos colchón que los públicos-, 2021 llegó con algo de respiro, pero todavía prudencia. Más en Madrid donde a las primeras de cambio se sufrió Filomena (y todo cerrado otra vez).

Juan Diego Botto Teatro