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¿Un verano invencible? A Albert Camus lo asesinó un español
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¿Un verano invencible? A Albert Camus lo asesinó un español

El texto original del francés ha desaparecido en las redes españolas y ha sido suplantado por una cursilería que ha colonizado sitios aparentemente rigurosos como Goodreads

Foto: Albert Camus
Albert Camus

Se ha especulado mucho sobre el accidente de tráfico en el que murió Camus, algunos dicen que fue un asesinato perpetrado por los soviéticos. Yo he descubierto recientemente que a Camus lo asesinó un español, o un hispanoparlante al menos, y que ese asesino tiene varios cómplices entre nosotros, que siguen asesinando a Camus cada día. Veamos cómo.

Después de leer y releer entusiasmado ' Verano', de Albert Camus, un librito de ensayos autobiográficos muy difícil de clasificar, empecé a usar imprudentemente y con mucho exceso el potencialmente irritante hashtag #veranoinvencible, que viene de una frase memorable que aparece en uno de los capítulos. Ese hashtag ha demostrado ser un agujero de gusano que conecta mis fotos a un maremágnum de cursilería en las redes, en que se repite una y otra vez un texto apócrifo atribuido a Camus no se sabe bien por quién ni con qué finalidad, que se limita a extraer la frase antes citada de Camus y a incrustarla en un parrafito más digno de un pseudo-Paulo Coelho que del Nobel francés. Aquí va, tápense la nariz:

“En el medio del odio me pareció que había dentro de mí un amor invencible.
El medio de las lágrimas me pareció que había dentro de mí una sonrisa invencible.
En medio del caos me pareció que había dentro de mí una calma invencible.
Me di cuenta, a pesar de todo, que en medio del invierno había dentro de mí un verano invencible. Y eso me hace feliz.”

El daño reputacional que se le hace a Camus con ese abominable texto de coach de autoayuda ha sido enorme y me temo que va camino de ser irreparable. He intentado ingenuamente de corregir esta atribución, y para ello he escrito por mensaje privados a muchas de las personas, conocidas y desconocidas, que comparten indiscriminadamente este texto para pedirles que lo retiren o que al menos borren a Albert Camus de la cita. El esfuerzo es siempre inútil, el texto como una hidra, basta conseguir que alguien retire uno para que reaparezcan en otros siete lugares.

Copio aquí un fragmento del texto real de Camus, en el que nombra y define esa fuerza interior que nos habita desde antiguo y a la que volvemos en momentos de oscuridad en busca de una luz primordial que no podemos encontrar más que dentro de nosotros, invocando el recuerdo feliz de un verano infantil, eso es el verano invencible y pertenece a su ensayo 'Retorno a Tipasa':

"Volvía a descubrir en Tipasa que había que guardar intactas dentro de uno mismo una frescura, una fuente de alegría; amar el día que escapa a la injusticia y volver al combate con esa luz conquistada (…) Yo había sabido siempre que las ruinas de Tipasa eran más jóvenes que nuestras obras en construcción o nuestros escombros. El mundo empezaba allí cada día con una luz siempre nueva. ¡Oh, luz!, ése es el grito de todos los personajes enfrentados, en el drama antiguo, a su destino. Ese último recurso era también el nuestro y ahora yo lo sabía. En mitad del invierno aprendía por fin que había en mí un verano invencible".

El texto original, que es bastante más complejo que el apócrifo, ha desaparecido en las redes españolas y ha sido suplantado por semejante cursilería, que como una especie invasora ha terminado hasta por colonizar sitios aparentemente rigurosos como goodreads, o como recientemente he visto, en un panel de Cultura Inquieta, expuesto en el paseo de carruajes del parque del Retiro y patrocinado por Iberdrola:

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Esa legión de personas que tienen el mal vicio de compartir extractos de textos que jamás han leído y por los que en realidad no tienen curiosidad alguna son los que más han hecho por perpetuar el apócrifo. Entre todos ellos degradan la talla de escritor del pobre Camus, y banalizan completamente ese concepto que acierta en llamar el verano invencible. Copio aquí algunas de esas abominables publicaciones de Instagram donde se regocijan con este sentido apócrifo y lo rodean de flores para explotar más la emocionante “belleza” del pseudo-Camus:

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Es interesante ver cómo a base de repetir y propagar, Internet tiene la capacidad de fijar este texto como auténtico. La cosa ya es imparable, es un fenómeno con vida propia que incluso ha acabado siendo recitado por una anciana encantadora en un vídeo que se ha hecho viral hoy y que me llegó por varias personas que se han acordado de mí porque me han leído el dichoso hashtag alguna vez.

Me resulta una verdadera pesadilla digital, ver uno de mis textos favoritos, aquel al que acudo muchas veces para buscar fuerzas, siendo suplantado para siempre por semejante truño. Así se construye y propaga un fake que es especialmente revelador sobre la capacidad de las redes para ofrecer una alternativa superficial a una reflexión profunda, cuyo principal problema es que es demasiado densa y larga como para exhibir en un perfil de Instagram y satisfacer esa voracidad por las citas de aquella parte de la población que ya no lee.

Se ha especulado mucho sobre el accidente de tráfico en el que murió Camus, algunos dicen que fue un asesinato perpetrado por los soviéticos. Yo he descubierto recientemente que a Camus lo asesinó un español, o un hispanoparlante al menos, y que ese asesino tiene varios cómplices entre nosotros, que siguen asesinando a Camus cada día. Veamos cómo.