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No estoy 'casada', estoy 'cansada'... y otros gazapos lingüísticos de los guiris
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No estoy 'casada', estoy 'cansada'... y otros gazapos lingüísticos de los guiris

El profesor José Javier León recopila en 'Guiriguerías' las ocurrencias occidentales de sus alumnos extranjeros mientras aprenden español

Foto: Carteles en inglés y en español en la película 'Bienvenido, Mister Marshall'
Carteles en inglés y en español en la película 'Bienvenido, Mister Marshall'

Ay, los guiris. El extranjero que, inevitablemente, nos hace gracia. Ser guiri es un concepto peliagudo, concreto y definido. Para poder enmarcar a un individuo en tal categoría deberá cumplir un requisito mínimo: proceder de un país extranjero donde no se hable español. Aquello por lo que se caracterizan especialmente es por su peculiar acento y entonación. Los fallos lingüísticos en el uso del español nos hacen reír. Es un hecho. Como si nosotros, cuando viajamos a Alemania, hablásemos con una impecable y cabal lengua natal. Intentar hacernos entender fuera de nuestras fronteras, en 'guirilandia', supone un reto divertido.

'Guiriguerías' (Pepitas de Calabaza) nos acerca a todas esas expresiones mal pronunciadas por personas extranjeras en nuestro país. Porque hay que reírse de - casi - todo, y más si es de nosotros mismos. Su autor, el reputado profesor de español para extranjeros José Javier León, ha estado recopilando durante más de quince años el ingenio y originalidad de sus alumnos al equivocarse. Homenajeando el término de las greguerías de Ramón Gómez de la Serna, León nos aproxima a una de las cuestiones más divertidas de su profesión. Decía el afamado escritor vanguardista que las greguerías eran la suma de las metáforas y el humor. De esta forma, el autor hace un juego de palabras inventando las 'guiriguerías', que define como la suma del ‘error extranjero y el humor accidental’.

Verdades sin querer

La creación de locuciones simpáticas de manera involuntaria es la espina dorsal de este proyecto. Novedoso, cuando menos. Una pieza desahogada hecha para el mero disfrute del lector. "Estoy estudiando la Histeria en la Universidad de Carolina del Norte." Es curioso como, en ocasiones, las 'guiriguerías' dicen verdades sin querer. ¿Quién no ha sufrido un ataque de histeria en mitad de una etapa excesivamente cargante en los estudios, el trabajo, o la vida en general? Este estudiante se referiría a la carrera de Historia, pero no estaba desviado de la realidad ocasional. O, por ejemplo, el caso de la respuesta indiscreta. ''-¿Estado civil?, - Cansada.'' Y quién sabe si tal argumento fue meramente accidental.

Al final, la esencia de estas experiencias está en compartirlas. León aprovecha los errores más graciosos de los alumnos para explicar la teoría en clase: ''Hay que hacerlo, porque si no estás desaprovechando algo que puede ser bueno y divertido. No me contengo porque no me parece bien la autocensura'', cuenta el autor. De hecho, comenta que la presentación oficial de esta obra será llevada a cabo por antiguos exalumnos que, ahora, residen en España. Entre docentes de Español - explica - es frecuente compartir las espontaneidades de sus estudiantes. Entonces, ¿por qué no hacerlo con el mundo?

placeholder Portada de la obra 'Guiriguerías' (Pepitas E.D.)
Portada de la obra 'Guiriguerías' (Pepitas E.D.)

'Guiriguerías' es una cara amable y José Javier León es un ciudadano libre de la 'República de Extranja', como suele bromear en ocasiones. El autor, que anteriormente había publicado obras más cercanas a lo académico y a la lingüística - como 'El duente, hallazgo y cliché' - juega ahora con otro formato más atrevido. El libro agrupa las pintorescas ocurrencias en temas: la familia, el amor, los animales...''Ha sido un trabajo al que me he sometido gustoso. Cuando las volvía a leer, me volvía a reír. Incluso me acordaba del alumno que lo había dicho'', confiesa a El Confidencial.

Es una exposición del mundo a través de los ojos de personas concretas

Como profesor de español para extranjeros desde hace más de dos décadas, León cuenta como, en ocasiones, recibe mucho más que da. Estar en contacto directo con personas ajenas al 'modus operandi' de nuestra sociedad, facilita la comprensión y la empatía. ''Es una exposición de lo que pasa en el mundo a través de los ojos de personas concretas'', afirma.

El material del que dispone es muy amplio. Las 'guiriguerías' dan para mucho y, si se dan las condiciones, es posible que una segunda parte vea la luz en el futuro. 'Guiriguerías' es un respiro. Es un descanso de malas noticias. Es la cotidianidad explicada de otra forma. ''Mi novio es bajo, grasa y corto'', y no sé si eso es amor desgastado, sincero o costumbre. Lo único que sí que sé es que leerlo es una pausa en todo lo demás dedicada a la risa. Y se agradece.

Las guiriguerías más...guiris

1. Estudio cómo cantar porque, en el futuro, quiero ser encantadora.

2. Mi hermano es una farmacia y mi madre es muy bonito y muy viejo que mi padre. Vivimos en un vecino de Minneapolis.

3. ¿Estás saliendo con alguien?, - Sí, con mi hermano.

4. Cuando un mosco y una mosca se juntan hay una pupa que luego nace.

5. Me encantaba Ámsterdam. Pero hacía tanto frío que tenía que llevar tres mierdas en cada pierna.

6. En la Guerra Civil había canciones cantados por las personas y otros por los soldados.

7. La persona que toca guitarra flamenca se llama guitaor.

8. Seguiriya: un palo del flamenco en que los bailaores se persiguen uno al otro.

9. Surrealismo viene de al sur del realismo.

10. Necesito un plato del día. Fusiles con salsa de pistachos, por favor.

Ay, los guiris. El extranjero que, inevitablemente, nos hace gracia. Ser guiri es un concepto peliagudo, concreto y definido. Para poder enmarcar a un individuo en tal categoría deberá cumplir un requisito mínimo: proceder de un país extranjero donde no se hable español. Aquello por lo que se caracterizan especialmente es por su peculiar acento y entonación. Los fallos lingüísticos en el uso del español nos hacen reír. Es un hecho. Como si nosotros, cuando viajamos a Alemania, hablásemos con una impecable y cabal lengua natal. Intentar hacernos entender fuera de nuestras fronteras, en 'guirilandia', supone un reto divertido.

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