Es noticia
El médico que desmontó todas las teorías locas sobre la colza
  1. Cultura
DOCUMENTAL

El médico que desmontó todas las teorías locas sobre la colza

Se ha estrenado en Discovery+ el documental 'Colza, lo invisible', que cuenta la investigación de Juan Casado que detuvo una de las mayores crisis sanitarias en España

Foto: Algunas de las garrafas contenedoras de aceite adulterado.
Algunas de las garrafas contenedoras de aceite adulterado.

Cuando un español entra en un supermercado alemán cualquiera, más allá de la ingente variedad de wurst y de embutidos gelatinosos, lo que más le suele sorprender es encontrarse con la estantería de los aceites y darse de bruces con hileras e hileras de botellas llenas de un líquido dorado y etiquetadas con la palabra Rapsöl y con una fotografía de unas flores amarillas. No puede ser. ¿Es? Efectivamente, ¡aceite de colza! ¿Qué pasa, que los alemanes no saben lo tóxico que es?

Este mes de mayo se cumplen 40 años de la intoxicación masiva por aceite de colza para uso industrial desnaturalizado que afectó a alrededor de 20.000 personas y que provocó la muerte de casi 1000 -aunque en los informes oficiales del momento se registraron poco más de 300 fallecidos- y muchos españoles siguen pensando que la responsable fue la colza, palabra maldita desde entonces en España. Porque todavía hoy sigue instalado en el imaginario común una historia tan adulterada como el aceite de motor causante del envenenamiento, un mito que desmonta el documental 'Colza, lo invisible', dirigido por Alberto Rull, basado en el artículo 'Aceite de colza: la intoxicación que se descifró como en 'House'', del periodista y colaborador de El Confidencial Julio Martín Alarcón, y que se ha estrenado en Discovery+.

placeholder  Jesús Sancho Rof, ministro de Trabajo, Sanidad y Seguridad Social. (Vértice)
Jesús Sancho Rof, ministro de Trabajo, Sanidad y Seguridad Social. (Vértice)

De aquello "se acuerdan" incluso quienes no habían nacido en mayo de 1981, cuando empezaron a llegar a los hospitales los primeros pacientes, a quienes se les diagnosticó de una "neumonía atípica" que no concordaba con ninguna enfermedad hasta entonces conocida. Entre rumores y leyendas urbanas, pasaron meses hasta que se apuntó al verdadero culpable de que los hospitales se colapsasen con enfermos con cuadros respiratorios, urticarias, mareos y aflicciones articulares. Los medios especularon con titulares que señalaron a "algo que venía de África y que contagiaba al respirar", a pruebas con organofosforados -un tipo de pesticidas- con los que, supuestamente, experimeentaba Estados Unidos en la base de Torrejón en el marco de la Guerra Fría e, incluso, el periodista Pepe Oneto tuvo que dimitir como director de 'Cambio 16' tras publicar en portada que "un producto Bayer [la farmacéutica alemana] envenenó España". Los científicos estaban perdidos y los medios, como siempre, más. Incluso pasó a los anales de las citas absurdas la explicación que ofreció Jesús Sancho Rof, ministro entonces de Trabajo, Sanidad y Seguridad Social, que propuso que el culpable era "un bichito" tan pequeño que, "si se cae, se mata".

Una palabra maldita

"En España la colza es una palabra maldita, como en su momento lo fue Hipercor, uno de esos momentos que se recuerdan como grandes tragedias. Todo el mundo piensa que lo sabe todo sobre la colza, pero si entras en Google y buscas ‘colza’, lo primero que salen son todas esas teorías locas de conspiración que no son la historia real. Alrededor del caso hay una maraña enorme y no es verdad que la gente, en general, sepa la historia real", cuenta Martín Alarcón a 'El Confidencial'. "Había mucha intoxicación mediática: el desconocimiento absoluto provoca que se informe mal a la gente y el ministro se puso a hacer declaraciones absolutamente absurdas. Hubo médicos y periodistas de renombre, no como si fuesen youtubers ahora, que empezaron a difundir teorías delirantes".

placeholder El doctor Juan Casado en una imagen de 'Colza'. (Vértice360)
El doctor Juan Casado en una imagen de 'Colza'. (Vértice360)

De todas estas teorías locas quedan titulares y teléfonos estropeados. Sin embargo, como intenta enmendar el documental de Rull, en el recuerdo parece no haber quedado espacio para quienes sí descubrieron realmente qué estaba ocurriendo en esa España aterrada por una 'epidemia' que también se creyó contagiosa y que mantuvo a los afectados durante semanas aislados y que provocó que algunos de los médicos que los atendieron fuesen señalados "como apestados". Fue el doctor Antonio Muro el primero que apuntó a que la causa de los síntomas podría tener origen en una infección bacteriana. Sin embargo, su enfrentamiento con el Gobierno, que había descartado esa posibilidad, provocó que ni los medios ni sus compañeros lo tomasen en serio.

Fue el doctor Muro el primero que apuntó al origen bacteriano de los síntomas

Porque después de él, el doctor Juan Casado, que acababa de llegar cuatro años antes al Hospital Niño Jesús de Madrid, se dio cuenta de que, efectivamente, tenía que tratarse de un envenenamiento. Casado recuerda en 'Colza' las dificultades con las que se encontraron él y su equipo en la investigación de por qué el centro se había llenado de niños con tos, picores y fiebre desde que Jaime Vaquero, un chico de ocho años de Torrejón, se anunciase como la primera víctima mortal de aquella extraña epidemia. Casado y su equipo se dieron cuenta de que los enfermos procedían (todos) de barrios muy humildes. Muchas familias completas cayeron a la vez, pero casi ningún niño de menos de cinco meses; ¿por qué un virus se iba a detener ante los recién nacidos? Empezaron a encontrarse con calles enteras y bloques enteros. Se dieron casos en todos los municipios de la zona de Aldea del Fresno y Navalcarnero, salvo en Chapinería. ¿Por qué? ¿Qué sentido tenía todo aquello?

placeholder Mapa de algunos de los municipios afectados por aquella 'epidemia'. (Vértice360)
Mapa de algunos de los municipios afectados por aquella 'epidemia'. (Vértice360)

"Las investigaciones para encontrar las causas de aquella crisis sanitaria es un ejemplo de un estudio epidemiológico en tiempo récord. Piensa que en mes y medio el equipo de Casado descubrió que aquello no era un virus ni una bacteria, sino un envenenamiento", continúa Martín Alarcón. Tanto que el director general de Competencia y Consumo, José Guilló Fernández, dijo en su momento que se trataba del “envenenamiento masivo más importante de la historia de España".

El equipo de Casado, además de empezar a preguntar por los patrones alimentarios de sus pacientes, reparó en el aumento de los niveles de Inmunoglobulina E, un anticuerpo cuya presencia crece en caso de toxicidad. "Me lo imagino como en ‘House’ descartando diagnósticos. Había un enigma que tenían que resolver y que estaba creando el pánico en la sociedad española". Descubrieron que todos los pacientes habían utilizado un aceite comprado en garrafas de cinco litros en mercadillos y en puestos de venta ambulante. "Lo que la gente compraba en los mercadillos a los vendedores ambulantes no era aceite de colza, sino aceite de oliva. Yo pensaba, igual que mucha gente, que había personas con pocos ingresos que compraban aceite de colza, que era más económico. Pero lo que ellos pensaban que estaban comprando era aceite de oliva, pero más barato, vendido en garrafas de cinco litros. Era aceite de uso industrial que, en este caso, procedía de la colza, pero podía haber procedido de cualquier otra cosa; el problema era que no estaba destinado al consumo humano y por eso estaba marcado con un adulterante, para que no se pueda confundir".

placeholder El periodista Julio Martín Alarcón. (Vértice360)
El periodista Julio Martín Alarcón. (Vértice360)

Cuando el doctor Casado descubrió aquello, tuvo que presionar al Gobierno para que aceptasen sus teorías equivocadas y dieran por válidas las de su equipo. Al principio, el gobierno de la UCD, que había sobrevivido a un golpe de Estado apenas tres meses antes y que no creía que fuese a sobrevivir a una crisis sanitaria que había colapsado los hospitales madrileños en dos semanas, no cedió. Hasta que Casado amenazó con ofrecer una rueda de prensa y revelarlo todo en los medios. "Estábamos saliendo del franquismo y el país estaba un poco en construcción", concede Martín Alarcón. "Había unas cuotas de importación y exportación de aceite, pero España, en ese momento, no estaba en el mercado europeo, y eso lo aprovecharon unos tramposos para hacer dinero con una trampa. Era un chanchullo de una empresa de San Sebastián que importaba un aceite desnaturalizado y se lo pasaba a otra empresa para que lo retirase".

Pero en vez de retirarlo, apartaban algunos litros y los trataban con anilinas, para que ese aceite tomase un color parecido al del aceite de oliva. Ramón Ferrero, Elías Ferrero y Cándido Hernández Galán, los dueños de Raelca, la empresa que transportaba ese aceite industrial, lo vendieron a bajo precio en los barrios más pobres del sur de Madrid para lucrarse. "Fue un chanchullo del tres al cuarto que causó miles de víctimas". Muchas de ellas todavía sufren secuelas -como deformaciones de las articulaciones- muchos años después y en su momento se sintieron anónimos y ninguneados. La asociación Seguimos Viviendo intenta todavía hoy que no se les olvide.

"Fue un chanchullo del tres al cuarto que causó miles de víctimas"

Lo importante es que Casado y su equipo consiguieron detener la crisis, evitar que fuesen más los intoxicados y poner fin a uno de los traumas de la memoria colectiva en España. Pero su papel no acabó ahí. "La respuesta de estos médicos provoca un cambio en Sanidad. A Casado lo nombran director de Investigación del Niño Jesús, y a partir de la crisis sanitaria de la colza y la desaparición de la UCD empiezan a aparecer los centros de salud tal y como los conocemos ahora. Más tarde se enfrentó a otro ministro de Sanidad por unas vacunas de la meningitis. Cambió los protocolos de atención a los niños, porque no podían entrar los padres y las medidas de los hospitales con las visitas eran muy crueles". Han sido muchas las contribuciones de Casado a la Sanidad española, pero su papel no ha sido reconocido lo suficientemente. "Cuando hablé con él para contar su historia me dijo que no sabía a quién le podía interesar. Pero a mí me parece que tiene que recordarse cuál es la verdad entre todas las mentiras que se han contado de la crisis de la colza".

Por último y como anécdota, ¿saben por qué no hubo ningún caso en Chapinería? Porque, como cuentan en el documental, el vendedor ambulante del aceite adulterado había tenido un lío de faldas con la mujer del dueño de uno de los bares de Chapinería y éste le había amenazado de muerte si volvía a pasar por allí. Pura historia de España.

Cuando un español entra en un supermercado alemán cualquiera, más allá de la ingente variedad de wurst y de embutidos gelatinosos, lo que más le suele sorprender es encontrarse con la estantería de los aceites y darse de bruces con hileras e hileras de botellas llenas de un líquido dorado y etiquetadas con la palabra Rapsöl y con una fotografía de unas flores amarillas. No puede ser. ¿Es? Efectivamente, ¡aceite de colza! ¿Qué pasa, que los alemanes no saben lo tóxico que es?

Documental