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Menos 'ex' y más cultura: recados a los políticos de Madrid desde un sector olvidado
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Menos 'ex' y más cultura: recados a los políticos de Madrid desde un sector olvidado

Diagnóstico de los gestores culturales: hacen falta ayudas a los artistas para paliar los efectos de la pandemia, descentralización y menos espectacularización

Foto: La directora Blanca Li ante los Teatros del Canal, la joya de la corona de la política cultural de la región de Madrid (EFE)
La directora Blanca Li ante los Teatros del Canal, la joya de la corona de la política cultural de la región de Madrid (EFE)

La palabra ‘cultura’ apenas se mencionó en el único debate que se pudo ver en la televisión. Tampoco en las entrevistas electorales. Ni en los mítines (generales). La correosa campaña con sus cartas, sus balas y su terraceo ha ocultado durante todos estos días la cultura a la madrileña que, sin embargo, sí sale en las estadísticas. Como el empleo, el gasto y el consumo cultural en la Comunidad. Ahí están los datos, recogidos en el Anuario de Estadísticas Culturales 2020 del Ministerio de Cultura (ver aquí): es la región con mayor número de empresas culturales de toda España (27.715) y soporta el 21,7% del empleo cultural del país. Le siguen Cataluña con 25.585 y Andalucía con 16.933. Por el contrario, es la cuarta que menos destina a cultura. Solo la superan Murcia, Castilla La Mancha, Canarias y Aragón (por la cola). El madrileño es el que más se rasca el bolsillo en este tipo de actividades (312 euros anuales de media). Quizá solo por eso sí merezca un diagnóstico y una atención.

Los gestores culturales Miguel Sánchez Calle y Estefanía de la Torriente Labayen analizan desde hace años las políticas culturales de nuestro país y de la Unión Europea en el blog Culturburo. Y tienen claras cuáles son las deficiencias de la región y cuáles son las necesidades perentorias. En primer lugar, sostienen que desde hace años “la inexistencia real de una política cultural clara ha llevado a una política muy basada en acciones publicitarias, con una marcada espectacularización de la cultura”. En términos más concretos, indican que se ha puesto casi toda la energía en las instituciones culturales que la comunidad tiene en la capital como son los Teatros del Canal, la sala de exposiciones Alcalá 31 “o exposiciones empaquetadas de renombre” dejando más abandonados los municipios. La excepción es el Centro de Arte Dos de Mayo inaugurado en 2008 en Móstoles, aunque, como dicen estos gestores, “se ven obligados a acudir frecuentemente a por financiación alternativa fuera de la Comunidad”.

placeholder Exposición 'El artista como laberinto' en la Sala Alcalá 31 de Madrid (EFE)
Exposición 'El artista como laberinto' en la Sala Alcalá 31 de Madrid (EFE)

Si esa es la situación, también tienen claras cuáles serían las correspondientes recetas. La primera, que viene marcada con cierta urgencia por la pandemia, tiene que ver con un plan de ayuda para los artistas “superando la subvención, porque en muchas ocasiones a esta solo tienen acceso algunos”, afirman desde Culturburo que recuerdan los casos de cierres del off madrileño, el del teatro Kamikaze, o la sala Cuarta Pared, “que siempre parece estar en la cuerda floja”. La segunda se enmarca dentro de la descentralización y esa necesidad de que se cree un ecosistema favorable para el desarrollo de artistas, creadores y mediadores fuera de Madrid Central y, sobre todo, en otros municipios. “No hace falta mirar muy lejos, en Europa los centros culturales se están desarrollando en las periferias de grandes ciudades”, sostienen.

Más espacios

Ajustando el foco dentro de las diferentes disciplinas, Claudia Morgana, coordinadora de la Federación Estatal de Compañías y Empresas de Danza y de la plataforma "Dance from Spain" para la internacionalización de la Danza, además de especialista en producción, distribución y management de espectáculos de danza en Madrid también tiene claro qué necesita su sector, del que el pasado 29 de abril se celebró su día con más pena que gloria, al menos por parte de los políticos. “Necesitamos espacios de ensayos adecuados a nuestra disciplina, tanto para crear como para ensayar y exhibir. Y no nos vale cualquiera. Necesitamos que estén habilitados para la danza, para que nadie se lesione, y que sean extensos en el tiempo porque no se investiga en media hora”, comenta a El Confidencial. En la actualidad solo existe el Centro Coreográfico Canal que tiene nueve salas, pero en el cual hay residencias para compañías madrileñas, nacionales e internacionales. “Es fabuloso, pero es donde todos queremos estar. Igual harían falta una docenita de estos. O que hubiera en los municipios”, sostiene esta gestora que indica que en la región hay más de 50 compañías de danza.

placeholder Integrantes de la Compañía Antonio Najarro y su espectáculo 'Alento' en el Día Internacional de la Danza, este jueves en el MIRA Teatro de Madrid. (EFE)
Integrantes de la Compañía Antonio Najarro y su espectáculo 'Alento' en el Día Internacional de la Danza, este jueves en el MIRA Teatro de Madrid. (EFE)

A esto une la necesidad de actualizar y mejorar el programa de residencias “para que las compañías puedan estar en los municipios. Ahora mismo solo hay un programa para nueve compañías”. Sobre el festival Madrid en danza, que se celebra en la región desde hace años, sostiene que también hace falta una mejora, puesto que “no da para toda la exhibición que podría haber en Madrid. Debería haber más actuaciones o más festivales porque hay mucha producción y muy buena y el problema es que todo el mundo quiere exhibir aquí, los de Madrid y los de fuera. Es difícil abarcarnos a todos”. En definitiva, “hace falta más de todo. Lo que hay no está mal, pero no es suficiente”.

Más continuidad de los proyectos

También dentro de las artes escénicas, pero ajustando la mirilla al teatro, Ana Belén Santiago, actual responsable de coordinación artística del Teatro del Barrio, pero que ha trabajado en la producción de los espectáculos de Andrés Lima y Juan Mayorga, entre otros, señala que lo más perentorio es atajar la crisis de la pandemia. “Cuando ya estábamos saliendo de la crisis de 2008 llegó la pandemia y dio un golpe que ha sido una herida de muerte. Estamos todos taponando la hemorragia”, sostiene. Pese a que la Comunidad decidió mantener abiertos los escenarios, lo cual ha sido motivo de aplauso -e incluso el público ha respondido bastante bien- la reducción de aforos ha provocado serios desajustes en los ingresos, sobre todo en los teatros privados que siempre tienen menos colchón, pero también en aquellos públicos cuyos ayuntamientos están haciendo equilibrios con la programación, lo cual también afecta a los ingresos de las compañías.

“Las subvenciones están diseñadas para favorecer los estrenos y las producciones nuevas cuando el gran desafío es la continuidad de proyectos"

En este sentido, con respecto a las ayudas (no solo por la pandemia) Santiago cree que habría que modificar el sino de las subvenciones que otorga la Comunidad de Madrid, puesto que “están diseñadas para favorecer los estrenos y las producciones nuevas cuando el gran desafío es la continuidad de proyectos. Ahora los espectáculos tienen ayudas para estrenar, pero luego se les deja abandonados y al final los teatros acaban apostando por los estrenos”, sostiene esta programadora que cree que, al final, acaba habiendo “millones de estrenos”, pero los espectáculos no llegan a tener una vida larga.

placeholder Pase gráfico de la obra 'Lehman Brothers' en los Teatros del Canal en 2018 (EFE)
Pase gráfico de la obra 'Lehman Brothers' en los Teatros del Canal en 2018 (EFE)

Para Santiago, una vez que esto esté más paliado, se debería “dar estabilidad a los proyectos y que no cambien las direcciones artísticas con los cambios de gobierno”. Esto ocurrió con la dirección de los Teatros del Canal cuando tras las elecciones de 2019 fue destituida Natalia Álvarez Simó y se fichó a Blanca Li. Bien es cierto que después Álvarez Simó encontró acomodo en la dirección del Conde-Duque, que depende del consistorio madrileño. Sainetes a la madrileña.

Más descentralización

En lo musical, Alan Queipo, que es manager de grupos y que ha trabajado en la producción y la programación artística de festivales como Sound Isidro comenta que, por suerte, los músicos “en Madrid han podido hacer más cosas que en otras comunidades durante la pandemia. Por ejemplo, en Galicia no se ha podido hacer nada”. Al principio fue un desastre, como en todas partes, pero después sí abrieron tímidamente algunas salas “y yo mismo organicé un festival en la sala Independance”. Y cree que en los próximos meses irán abriendo otras “porque ya no aguantan más”.

Es un buen momento para nuevas iniciativas más imaginativas con respecto a lo musical como la sesión vermú, que lleva grupos a los pueblos

Sin embargo, cree que es un buen momento para que se pusieran en marcha nuevas iniciativas más imaginativas con respecto a lo musical y las giras de grupos por la comunidad madrileña. Como las que puso en marcha Pepe Mompean, que ha sido el asesor musical de la Comunidad en esta legislatura. Entre las iniciativas se encontraba Sesión Vermú, un ciclo mediante el cual grupos emergentes acuden estos meses a los centros culturales de los pueblos. “Yo creo que es muy interesante que estos grupos puedan tocar en sitios como, no sé, Moraleja de Enmedio”, afirma Queipo, que revela que hay un proyecto de los sellos de Madrid y de las agencias de managment para asociarse y poner en marcha programaciones culturales en la región. “Eso proyectaría también una imagen de marca Madrid”, sostiene. Además, cree que tanto Telemadrid como Onda Madrid deberían “dar más pie a los artistas madrileños. Al final tenemos un montón de herramientas infrautilizadas”.

¿Qué proponen los partidos?

Si bien la cultura no tiene mucha cabida en campaña, más allá de algunos debates específicos que no incendian las redes sociales, sí tiene su espacio en los programas electores excepto en el de VOX, en el que no hay ni una sola propuesta en esta materia. La gran mayoría de estas medidas ya estaban en los programas de 2019.

El Partido Popular, que en esta legislatura no ha ostentado la cartera de Cultura, apuesta todo al lema “Madrid capital cultural del sur”, incentivar teatros de la comunidad (como los Teatros del Canal) y a la promesa de aumentar en un 50% el presupuesto destinado a las políticas culturales (siempre y cuando haya presupuesto, que en estos dos años todavía no se aprobó ninguno). También señala que protegerá el patrimonio cultural. Tarea ahí en este sentido, puesto que las asociaciones que protegen el patrimonio cultural, industrial e inmaterial han reclamado que haya una actualización de los monumentos BIC.

placeholder Velintonia, la casa del poeta Vicente Aleixandre con el cartel de “se vende“
Velintonia, la casa del poeta Vicente Aleixandre con el cartel de “se vende“

El PSOE, Más Madrid y Podemos comparten algunas propuestas. Una de ellas es la de elaborar una nueva ley de Patrimonio Histórico (la que hay es de 2013 y, según denuncian las asociaciones es insuficiente) para proteger edificios, yacimientos, descubrimientos arqueológicos. Como se observa (el asunto también lo toca el PP) es un tema ahora principal en la política cultural madrileña. Pero, en este sentido, puede que se tenga que estar a la espera de la ley estatal de patrimonio ahora mismo en elaboración. El PSOE además propone una medida concreta como es la de rehabilitar Velintonia, la casa de Vicente Aleixandre, como un lugar dedicado a la poesía.

Estos tres partidos también creen que son necesarias ayudas directas para el sector, sobre todo después de la pandemia (además Podemos propone aumentar un 10% el presupuesto cultural al año). Todo ello saldría de los nuevos presupuestos cuando se aprobaran. Otro tipo de ayudas serían, en el caso del PSOE, impulsar una especie de Bono Cultural para los jóvenes -es una medida que ya tiene, por ejemplo, la ciudad de Madrid con el JOBO-, y en el caso de Más Madrid, una renta cultural, una medida más transversal que conllevaría, por ejemplo, descuentos si estás en el paro para acudir a eventos culturales.

Por último, Ciudadanos, que ha tenido la cartera de Cultura los dos últimos años, solo lleva tres propuestas de la que destaca el Bono Cultural Joven de cien euros anuales.

La palabra ‘cultura’ apenas se mencionó en el único debate que se pudo ver en la televisión. Tampoco en las entrevistas electorales. Ni en los mítines (generales). La correosa campaña con sus cartas, sus balas y su terraceo ha ocultado durante todos estos días la cultura a la madrileña que, sin embargo, sí sale en las estadísticas. Como el empleo, el gasto y el consumo cultural en la Comunidad. Ahí están los datos, recogidos en el Anuario de Estadísticas Culturales 2020 del Ministerio de Cultura (ver aquí): es la región con mayor número de empresas culturales de toda España (27.715) y soporta el 21,7% del empleo cultural del país. Le siguen Cataluña con 25.585 y Andalucía con 16.933. Por el contrario, es la cuarta que menos destina a cultura. Solo la superan Murcia, Castilla La Mancha, Canarias y Aragón (por la cola). El madrileño es el que más se rasca el bolsillo en este tipo de actividades (312 euros anuales de media). Quizá solo por eso sí merezca un diagnóstico y una atención.

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