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El ancestral idioma que nació en Esparta y está a punto de 'morir'
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SOLO LO HABLAN 2.000 PERSONAS

El ancestral idioma que nació en Esparta y está a punto de 'morir'

En una pequeña región del Peloponeso, 13 pueblos guardan un secreto de hace más de tres milenios: hablan el mismo idioma que Leónidas utilizó en la batalla de las Termópilas

Foto: 'Leonidas en las Termópilas', por Jacques Louis David. (CC/Wikimedia Commons)
'Leonidas en las Termópilas', por Jacques Louis David. (CC/Wikimedia Commons)

El lenguaje sigue siendo uno de los grandes misterios de nuestra civilización. A largo de los años, diferentes disciplinas se han encargado de tratar de analizar cuándo y cómo nació la principal vía de comunicación con la que contamos en la actualidad y, por supuesto, entender cómo se diversificó lo largo de los años en las diferentes naciones. Sin ir más lejos, dentro de nuestro país uno de los grandes misterios es el euskera, del que se desconoce la procedencia y el momento exacto de su nacimiento. Pero en pleno Mediterráneo existe un lenguaje lleno de misterio y encanto que presume de ser uno de los más antiguos del mundo: la lengua de Esparta.

Quien más, quien menos ha oído hablar de Leónidas, las Termópilas o del oráculo de Delfos, posiblemente tres de los símbolos más conocidos a nivel mundial de Esparta. Pero, con total seguridad, muy poca gente sabe qué es el tsakonio, el mítico y ancestral idioma que se utilizaba en esta legendaria ciudad-estado griega. Y, aunque pueda parecer mentira, más de tres milenios después, este idioma sigue hablándose en una región perdida de Grecia, si bien es cierto que cada vez se hace en menor medida y que está considerada como una lengua en gran peligro de extinción.

Foto: El jeque Mohamed Bin Zayed, príncipe heredero de Abu Dabi. (EFE)

Los expertos calculan que el tsakonio es unos 3.100 años más antiguo que el griego moderno, lo que lo convierte en una de las lenguas más antiguas de Europa y del mundo. Está basada en el dórico, era el principal vehículo de comunicación de los antiguos espartanos y, a día de hoy, solo se habla en 13 localidades alrededor de Pera Melana, un pequeño pueblo montañoso ubicado en el sur de la península del Peloponeso. Los hablantes son descendientes muy lejanos de los antiguos habitantes de Esparta y, a día de hoy, siguen sintiéndose orgullosos de su herencia.

Sin embargo, la influencia del tsakonio ha ido perdiendo peso a lo largo de los años. Se calcula que de las 10.000 personas que habitan en esta región solo unos 2.000 son capaces de hablarla con fluidez y lo cierto es que el número continúa descendiendo de manera importante, pues solo los más antiguos del lugar son capaces de hablarlo. La industrialización, las modernas telecomunicaciones y el mundo global en el que vivimos han provocado que, poco a poco, vaya perdiendo su esencia.

Hasta mediados de la década de los 90 del siglo pasado, esta lengua se enseñaba junto al griego en las escuelas locales, pero, a partir de ese momento dejó de ser obligatorio para convertirse en algo opcional. Si a eso le sumamos que muchos de los habitantes de la zona decidieron marcharse a otros lugares tanto de Grecia como de Europa en busca de un futuro más próspero y que la cantidad de niños que nacen en estos pueblos es cada vez menor, el resultado es que una de las lenguas más antiguas de Europa está en grave peligro de desaparecer.

Tal y como explica Thomais Kounia, una de las personas que mejor habla el tsakonio a BBC, el principal problema de la zona es la escasa juventud y la estigmatización del idioma. "Solo 12 niños viven en mi pueblo hoy en día. Es un gran problema no tener una generación más joven para pasarle el idioma. En los años sesenta y setenta, se produjo un cambio de actitud hacia el tsakonio, pasó a ser visto como algo que ocultar en lugar de atesorarlo", pues pasó a ser considerado como "una lengua de campesinos", explica Kounia.

En realidad, se trata de un lenguaje con pocas palabras, pero con importantes dificultades. De hecho, se calcula que cuenta con entre 8.000 y 10.000 palabras, mientras que el griego moderno cuenta, aproximadamente, con unos cinco millones de vocablos. Sin embargo, el principal problema con el que se encuentra es con su fonética y su escritura. Conseguir acertar con la entonación exacta de los vocablos y transcribirlos de manera correcta en papel es realmente complicado, una de las razones que llevó a que fuera eliminado de las escuelas hace más de 20 años.

A día de hoy, los principales esfuerzos de la gente de la zona están basados en tratar de preservar aquel idioma que el propio Leónidas hablaba hace miles de años. Para ello, el mayor esfuerzo que se ha llevado a cabo es crear un diccionario de tres volúmenes para explicar el significado y la utilización de cada una de las palabras. Ahora, el siguiente objetivo no es más que conseguir que ese diccionario esté en línea y pueda ser consultado desde cualquier punto del planeta. No es sencillo, pero los expertos quieren conseguir que el tsakonio siga viviendo durante varios milenios más entre nosotros.

El lenguaje sigue siendo uno de los grandes misterios de nuestra civilización. A largo de los años, diferentes disciplinas se han encargado de tratar de analizar cuándo y cómo nació la principal vía de comunicación con la que contamos en la actualidad y, por supuesto, entender cómo se diversificó lo largo de los años en las diferentes naciones. Sin ir más lejos, dentro de nuestro país uno de los grandes misterios es el euskera, del que se desconoce la procedencia y el momento exacto de su nacimiento. Pero en pleno Mediterráneo existe un lenguaje lleno de misterio y encanto que presume de ser uno de los más antiguos del mundo: la lengua de Esparta.

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