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Plácido Domingo: "Tengo la mente clara y la conciencia tranquila"
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Plácido Domingo: "Tengo la mente clara y la conciencia tranquila"

El cantante cumple 80 años, anuncia su regreso a los escenarios españoles, repite que nunca cometió abusos y reconoce haber cometido errores en la gestión de la 'crisis'

Foto: El cantante español Plácido Domingo. (EFE)
El cantante español Plácido Domingo. (EFE)

Plácido Domingo (Madrid, 1941) cumple 80 años este jueves, 21 de enero, en buen estado de salud y con la mesa llena de contratos. Tiene mérito el expediente. Porque el coronavirus estuvo a punto a acabar con él. Y porque ha sobrevivido a la muerte civil. O sea, al proceso que se le organizó a cuenta de los supuestos abusos sexuales cometidos entre las paredes de la Ópera de Los Ángeles. Domingo era el director del teatro. Y terminó por dejar el cargo. No se presentaron denuncias formales en los tribunales. Ni se pudo defender, pero se le abrió un proceso ejemplar y ejemplarizante que lo convertía en un personaje tóxico. Empezando por España. El ministro de Cultura, Uribes, cancelaba sus contratos. Cada vez está más cerca, sin embargo, el regreso a los escenarios españoles, tal como nos anuncia en esta entrevista a El Confidencial. Los internacionales no los ha abandonado. La prueba está en que celebra sus 80 años cantando 'Nabucco' en el teatro de la Ópera de Viena.

PREGUNTA. ¿Imaginó alguna vez que podría celebrar 80 años interpretando, como si nada, la ópera de Verdi en uno de los mayores teatros del mundo?

RESPUESTA. Nunca lo hubiera imaginado... Increíble pensar que ya tengo 80 años, ¡ha pasado el tiempo volando!

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EFE.

P. ¿Cuál diría que es el secreto o el misterio de esta insólita longevidad? Tiene acuñado un lema elocuente: 'If I rest, I rust' (Si descanso, me oxido).

R. Debo decir que mi lema ha evolucionado aún más en las semanas de mi convalecencia poscovid. Estuve lejos del escenario, pero a pesar de estar 'oficialmente quieto' nunca perdí el tiempo, poco a poco me puse en forma haciendo ejercicio, tocando al piano y luego cantando... En resumen, aunque descansé, me mantuve alejado del 'óxido'.

P. ¿Y cuánto entonces estuvo su vida en peligro cuando fue ingresado en Acapulco por el coronavirus la pasada primavera?

R. El peligro estaba ahí, ya que la evolución del virus podía haber sido más rápida, más fuerte y, además, mi edad y otros antecedentes médicos me pusieron en una situación de mayor riesgo. Pero gracias a Dios fui tratado rápida y exitosamente. Todo salió bien y tengo el mayor 'regalo' de poder celebrar mis 80 años.

Foto: Plácido Domingo. (Reuters)

P. ¿Y cómo se encuentra ahora? Se supone que la enfermedad afecta al sistema respiratorio, o sea, el motor de un cantante.

R. Me he recuperado completamente: ¡el motor todavía funciona! Utilicé el oxígeno durante un tiempo, pero no necesité de un tratamiento más invasivo. Y sobre todo he estado haciendo mucho ejercicio para recuperarme, mejorar mi respiración y tonificar mis músculos después de un tiempo de inactividad. Esto es esencial para el canto, las cuerdas vocales por sí solas no son suficientes.

P. Ha sido un año duro 2020 por otras razones más allá de la salud. ¿Cuánto le dolió particularmente que el ministro de Cultura diera instrucciones para romper los contratos que le unían a Madrid?

R. Sí, ha sido un año difícil. Por supuesto, fue muy triste para mí enterarme de la decisión del ministro, porque estamos hablando de mi país. Pero estoy profundamente convencido de que un diálogo sincero con las instituciones pertinentes podrá aclarar la cuestión y los malentendidos.

"Estoy profundamente convencido de que un diálogo sincero con las instituciones pertinentes podrá aclarar la cuestión y los malentendidos"

P. ¿Quiere eso decir que le veremos en los escenarios españoles?

R. Sí, he recibido numerosas invitaciones y estamos concretando algunos proyectos para este año.

P. Declaró usted en verano que lucharía para limpiar su imagen y su honor. ¿Qué piensa hacer al respecto más concretamente?

R. Nada de peleas, no está en mi naturaleza. Simplemente, elegí romper el silencio. La enfermedad me hizo comprender lo hermoso que era volver a la vida y me hizo valorar aún más las pequeñas cosas de la vida cotidiana. Así es que este verano entendí que era necesario aceptar la confrontación directa con los principales periódicos internacionales, con respecto al tema de las acusaciones, hasta la entrevista con Associated Press. Mi mente está clara y mi conciencia tranquila, pues sé que siempre he tratado de hacer el bien. Este es el camino que sigo con el mayor respeto por todos.

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Foto: EFE.

P. ¿Reconoce haber cometido errores en la gestión de esta crisis? La política de comunicación ha sido muy confusa.

R. Efectivamente, la gestión hasta el verano pasado estuvo plagada de errores que dejaron muchos malentendidos y mucha manipulación de la información. Ahora, las cosas han cambiado. Yo también he cambiado porque, en pleno respeto de las posiciones de los demás, siento que también debo afirmar mi versión. Es muy triste ver cómo ciertas palabras pueden ser sacadas de contexto y distorsionadas. Es realmente horrible ver lo que la gente dice y escribe sobre ti, gente que ni siquiera te conoce y que sin embargo está dispuesta a herir y ofender, retratándote de forma muy diversa de lo que uno es.

P. E insiste usted en que nunca cometió abuso alguno ni que se valió del cargo para hacer promesas...

R. Por supuesto, nunca he obstaculizado la carrera de nadie ni he cometido abuso alguno. No soy el único que lo dice, sino que también así lo confirman los resultados de las dos investigaciones internas con las que colaboré estrictamente. Además, en los teatros de Washington y Los Ángeles, en los que he ocupado puestos de dirección, siempre he tenido colaboradores trabajando conjuntamente, de una manera colectiva, y de equipo, para definir el repertorio e interpretes.

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Foto: EFE.

P. Hagamos memoria de estos 80 años. ¿Cuál ha sido su mayor satisfacción? Se me ocurre sugerirle la proeza de haber convertido la ópera en un fenómeno de masas y de haber divulgado la zarzuela hasta en el último rincón del planeta.

R. Ciertamente que sí. Divulgar la ópera a las masas y promocionar la zarzuela por todo el mundo me han dado una enorme satisfacción porque son dos formas de arte que llevo muy dentro del corazón y que quiero compartir a los cuatro vientos, sobre todo porque he visto las reacciones extraordinarias en públicos de todo el mundo. Y si el público se lo pasa bien, yo me la paso mejor todavía.

P. ¿Cuánto le ha satisfecho haber convertido Operalia, el concurso de canto, en la gran cantera de jóvenes talentos y de glorias contemporáneas?

R. ¡Otra enorme satisfacción! Cuando viajo por el mundo y veo los carteles de cada teatro, es maravilloso pensar que Operalia ha sido el trampolín para muchos jóvenes que ahora son grandes intérpretes y se han establecido en el firmamento de la ópera.

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Foto: Reuters.

P. Ha cantado usted 151 papeles. ¿Sigue siendo Otello el hijo predilecto de Plácido Domingo?

R. Claro que sí. ¡Otello es Otello! Requiere un compromiso físico y mental que no tiene parangón si se quiere ser verdaderamente creíble y acercarse lo más posible a lo que Verdi escribió. En el año verdiano, hace ya 20 años —y sin embargo parece que fue ayer—, lo interpreté de nuevo en La Scala para la apertura de la temporada después de haberlo debutado allí en 1978. Ahora estoy completamente inmerso y fascinado por los papeles de barítono, especialmente los personajes que Verdi creó a partir de figuras paternas, pero Otello fue el hito de mi carrera.

P. Usted ha sido un todoterreno. Ha cantado Wagner, el repertorio francés, el verista, el barroco, los papeles de vanguardia y el repertorio ruso. Pero ya que lo ha mencionado, ¿diría que ha sido Verdi su compañero de viaje?

R. Así es. Verdi es el pilar de toda mi carrera; para mí, su música es el autentico 'megabelcanto'. Y sus violonchelos me enseñaron el legato y me descubrieron la tristeza y el dolor.

"Divulgar la ópera y la zarzuela me ha dado una enorme satisfacción porque son dos formas de arte que llevo dentro del corazón"

P. ¿Y cómo se contempla el porvenir desde los 80 años? ¿Le da o no le da vueltas en la cabeza al momento de la retirada?

R. El día de la jubilación llegará, pero cuando ese momento llegue, le agradeceré al cielo por todo lo que me ha dado. Estos 80 años han pasado tan rápido... Pero sigo pensando en el futuro con el mismo entusiasmo y optimismo de siempre, con la diferencia de que entonces iba corriendo de un compromiso a otro sin tener tiempo de disfrutar de mi familia, mientras que ahora disfruto cada actuación con más calma y la vivo como un regalo.

P. ¿Qué le falta por hacer? ¿Qué frustraciones se lleva consigo? No llegó a tiempo de cantar con Maria Callas, pero casi...

R. A lo largo de los años, he tenido la suerte de cantar con las leyendas y con las nuevas luminarias de la ópera. Sí, me hubiera encantado cantar con Maria Callas. Llegamos hasta planear hacer una 'Fedora' juntos. Casi la convencí, pero desafortundamente, a la postre, no se llevó a cabo. Tal vez fue demasiado pronto para mí y demasiado tarde para ella. La tristeza del último periodo de su vida me impresionó mucho.

P. ¿Y cuál sería la 'primadonna' de Plácido Domingo haciendo balance de estas décadas?

R. La respuesta es imposible... En mis 61 años de carrera, he tenido el privilegio de cantar con las más grandes 'primadonnas'. Cómo señalar a una si todas han sido irrepetibles. Solo puedo decir que si con la Callas no tuve la suerte de cantar, en mi debut en el Metropolitan canté con Renata Tebaldi.

P. ¿A qué tenor ha admirado secretamente más?

R. No es un secreto que Caruso es el punto de referencia para todos los tenores. Crecí viendo las películas de Mario Lanza, cuyo centenario cae a finales de este mes, y admirando a Miguel Fleta, Galliano Masini y, por supuesto, al gran Giuseppe di Stefano, con quien tuve la gran fortuna de cantar con él en México el 'Incredible' de Andrea Chénier y el 'Remendado' en Carmen.

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Foto: EFE.

P. ¿Cuánto han sido de difíciles estos meses de polémica y procesos inquisitoriales? ¿Cuánto se ha sentido solo?

R. Ha sido muy difícil, muy injusto, pero nunca me sentí solo... al contrario. El amor de mi familia y el apoyo incondicional de mis amigos fueron como un abrazo constante durante ese tiempo. Es en los momentos más difíciles cuando descubres a las personas que realmente te quieren.

P. ¿Qué queda de aquel niño que nació en una compañía de zarzuela y que heredó de sus padres la pasión de la música?

R. El niño ha crecido, su pelo ha encanecido, pero el entusiasmo sigue siendo el mismo, sobre todo en su pasión por el teatro y su curiosidad por la música.

P. ¿Y qué papel le gustaría cantar para despedirse?

R. Lo que el cielo quiera... Yo lo veo así: llegará el día en que diré: 'Esta noche ha sido mi última función como cantante de ópera'... y luego iremos todos a cenar y festejar en familia. Y si a la noche siguiente hubiese una función en cartelera, iría al teatro con mi mujer para disfrutar sentado cómodamente en platea, como hago siempre que puedo.

Plácido Domingo (Madrid, 1941) cumple 80 años este jueves, 21 de enero, en buen estado de salud y con la mesa llena de contratos. Tiene mérito el expediente. Porque el coronavirus estuvo a punto a acabar con él. Y porque ha sobrevivido a la muerte civil. O sea, al proceso que se le organizó a cuenta de los supuestos abusos sexuales cometidos entre las paredes de la Ópera de Los Ángeles. Domingo era el director del teatro. Y terminó por dejar el cargo. No se presentaron denuncias formales en los tribunales. Ni se pudo defender, pero se le abrió un proceso ejemplar y ejemplarizante que lo convertía en un personaje tóxico. Empezando por España. El ministro de Cultura, Uribes, cancelaba sus contratos. Cada vez está más cerca, sin embargo, el regreso a los escenarios españoles, tal como nos anuncia en esta entrevista a El Confidencial. Los internacionales no los ha abandonado. La prueba está en que celebra sus 80 años cantando 'Nabucco' en el teatro de la Ópera de Viena.

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