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Demasiado ocupados para escribir lo que firman: ¿por qué todos plagian?
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Demasiado ocupados para escribir lo que firman: ¿por qué todos plagian?

Esta plaga se extiende por la cultura, de los libros a las series y, aparentemente, sin consecuencias

Foto: Lucía Etxebarria. (EFE)
Lucía Etxebarria. (EFE)

Comienzo del curso más atípico desde 1936. El mundo se debate entre mantener la salud o mantener la economía. Entre los pocos sectores que acusan una demanda igual o superior a la que tenían en 2019 se halla el mundo de la ficción, en concreto el de la ficción audiovisual. Se anuncian proyectos de sesenta productoras para el curso 2020/2012, y la libre competencia entre plataformas aún existe. No hemos llegado —todavía— a un monopolio. Atresmedia y Mediaset, a sabiendas de que su público natural envejece, prueban nuevos productos para los viejos del futuro. Ahí está, por ejemplo, 'Veneno'. Atresmedia emite una nueva serie de Daniel Écija, creador poliédrico que igual pare 'Periodistas' que 'SMS Sin Miedo a Soñar' que esta serie distópica: 'La valla'.

Vayamos a 'La valla'. Trata de una España futurible en la que hay una férrea dictadura y una ausencia de recursos acuciante. Un producto en la línea pesimista de los años que vendrán. De momento todo es coherente. Pero una voz se alza en Twitter. Un alumno de Comunicación Audiovisual de la UCM cuenta, en un largo hilo, cómo Daniel Écija le ha robado la idea. El hilo no está especialmente bien escrito y culmina con una petición de trabajo; inesperado giro tras una acusación grave sin pruebas. El hilo fue previo a la emisión de la serie.

Desenredemos la madeja: alumno crea una serie para un trabajo de clase. Profesor menciona a menudo a Daniel Écija. Persona de HBO acude a la presentación de las series y critican con saña la puesta en escena del alumno. Esa persona de HBO, según mis pesquisas, es íntimo del profesor desde hace años. Unos meses después se anuncia el estreno de 'La valla' en la que participan, entre otros, este profesor. Y por supuesto, Daniel Écija. El profesor, ya lo adelantó, es un gran conocedor del género fantástico y distópico.

El hilo de Twitter crea mucho 'engagement' (que es como se llama en social media a que la gente te dé bola) y se pide que se paren los abusos, robos, chanchullos. El núcleo duro del guion de ficción televisivo no menciona el hilo, pero se vuelca en comentarios jocosos sobre el tema. Tan solo su vertiente oficial, es decir, el sindicato de guionistas ALMA, ofrece consejos útiles para estos casos. Porque, aunque tenga visos de no ser un plagio de ningún tipo… es algo que puede pasar y que pasa, por más bromas que se hagan sobre la imposibilidad de que un simple alumno pueda parir una buena idea.

Es habitual despertar a la literatura adulta con 'El guardián entre el centeno', pero es algo menos común hacerlo con 'Nueve historias', su libro de cuentos. Son relatos amargos aunque capaces de producir un auténtico y aciago encantamiento en el lector. Lectura muy, muy recomendable que mantiene un misterio imposible de replicar. Salinger fue un autor muy opaco con su vida personal y adaptarle legalmente es casi misión imposible. Uno de estos cuentos toma el título de la obra de Víctor Hugo 'El hombre que ríe' (adaptada a su vez por Paul Leni a la pantalla en 1927). En él, un entrenador de béisbol cuenta cada día a sus chicos las aventuras de este héroe obligado a sonreír. De vez en cuando, al entrenador le visita una chica.

El juego de relato dentro del relato funciona como un eco de la vida; de verdad, es impresionante. En un momento dado el entrenador cambia el rumbo de esta historia y el hombre que ríe ya no es ese superviviente. Hay algo funesto que empapa también la realidad. El final es fácil de prever, pero rima con situaciones que todos hemos vivido alguna vez. Es el amargo sabor de la frustración y del escape. Fantástica lectura. Bien; en 2003 un joven Juan Antonio Bayona escribe y dirige un cortometraje llamado 'El hombre esponja'. Transcurre en un autobús en el que Zoé Berriatúa (no se pierdan 'Los héroes del mal', su debut en la dirección) le cuenta a unos niños la historia de un hombre que absorbe su llanto y tal. Los paralelismos con Salinger son evidentes, aunque aquí no entre Víctor Hugo. Para mi sorpresa, nadie mencionó el parecido. Al parecer solo lo hizo un crítico de cine hace años, pero no me corresponde a mí contar esta historia.

Es más, ¿alguien es capaz de recordar un solo mes en el que Lucía Etxebarria no haya estado en boca por algún escándalo?

Arturo Pérez Reverte tuvo su aventura con el plagio que acabó en 2013 tras abonar 212.528,94 euros a Antonio González-Vigil por las coincidencias entre el guion de este y 'Gitano'. A nuestro Jerges vestido de loden, sátrapa de las redes sociales, no le satisfizo la resolución judicial y alegó, entre otras cosas, que el perito era Gonzalo García-Pelayo (quizás el hombre más interesante vivo, productor de Lole y Manuel, desbancador de casinos, autor genuino y un absoluto vividor), y que menudo liante.

Lucía Etxebarria se enfrenta día sí y día también a acusaciones de plagio, las últimas por haber 'cortapegado' párrafos de algunos artículos para su libro 'Mujeres extraordinarias: una historia de mentiras'. A Etxebarria las acusaciones deben de resbalarle, porque esto ha provocado una nueva edición del ensayo. Es más, ¿alguien es capaz de recordar un solo mes en el que Lucía Etxebarria no haya estado en boca por algún escándalo? Yo no.

La lista de plagiarios es larga y, sobre todo, está exenta de consecuencias. Lo de 'Madera de boj' de Camilo José Cela es explicable. Lo de Ana Rosa Quintana ya no tanto. Ahí siguen, todos ellos. Con los autores consagrados sucede como con los futbolistas: podrían comerse a un niño vivo y no pasaría nada. La ética es prescindible, pero la moral no. Si quieren hundir a alguien no vayan por ahí; acúsenle de algo de connotación sexual. Es la única manera de evitar un juicio y conseguir los objetivos.

El plagio ha renqueado con el paso de los años. Con Reverte se hablaba de coincidencias (más de setenta) y con Extebarria de 'cortapega'. Ha pasado lo mismo en la universidad. ¿Robó Écija la idea de aquel alumno? Pues no lo sabe ni él, porque no se molestó en ver un solo capítulo.

Llega alguien joven y desconocido con una idea brillante y con potencial

Pero vayamos a una cuestión mucho más incómoda: ¿Por qué plagia algo un autor consagrado?¿Por qué plagia un 'pope' de la tele? ¿Está todo escrito desde Aristófanes? Tal vez. Pero piensen por un momento… llega alguien joven y desconocido con una idea brillante y con potencial. Ese alguien, pongamos un alumno, pongamos un profesor de lengua de Huesca, no es nadie. Pongamos también que lo que trae, ese guion por ejemplo, está torpemente escrito. He leído guiones en una productora y novelas en una editorial, sé de lo que hablo. Guiones que no respetan las normas más elementales del formato y novelas que caen del sobre sin encuadernar y con las páginas sin numerar. Cartas en las que te venden dos párrafos en Comics Sans para que las adaptes a cortometraje, trilogía o serie de TV.

Pongamos incluso que esa obra está correctamente presentada y registrada. Pero está sin hacer, sin pulir. Y tienes un semestre que cerrar, necesitas ofrecer algo a una cadena porque si no hay quiebra. Ustedes que son buenas personas pensarán que lo harían. Una persona enfrentada a un dilema económico diría que sí, que contarían con el autor. La realidad es que nadie va a hacer eso. Para eso existe el registro de la propiedad, para cambiar los elementos necesarios que harán que moralmente sea un plagio, pero que legalmente no lo sea.

Foto: Lucía Etxebarria, en una imagen de archivo. (Getty)

El caso más flagrante y misterioso lo he dejado para el final. 'Médico de familia', qué recuerdos. De Enrique Simón tal vez no se acuerden. Estrenó el mismo día una serie llamada 'Tres hijos para mí solo', cancelada por Antena 3 al poco tiempo. Esa noche los españoles cambiábamos de Telecinco a Antena 3 y vuelta atrás sin dar crédito: era la misma serie. En una, Emilio Aragón era médico y tenía tres hijos para él solo. En otra, Enrique Simón era cantante y era el cabeza de familia. ¿Dónde está la nave del misterio cuando se la necesita?¿Qué haces, Iker Jiménez, hablando de Bélmez cuando tienes esta historia pendiente?

Los robos existen, en el cine, en la literatura, en la radio

Lo habitual en casos así es pensar en Luixi Toledo y su problema con Michael Jackson. Luixi, ustedes no lo sabrán, pero le remitía casetes a todo quisqui. Incluso tiene una carta de la Casa Real diciendo que muchas gracias, que muy bonita la cinta. Quizás haya alguien en Manitoba bramando sobre aquel guion que le mandó a Steven Spielberg sobre un aventurero tan parecido a Indiana Jones. Quizás Spielberg tuvo más en mente a Pearl White que a este señor.

Pero los robos existen. Existen en el cine, en la literatura, en la radio, en la industria del automóvil, en la investigación médica, en el ilusionismo, en las reuniones de consultores y quién sabe si en el Más Allá. La diferencia la puede dirimir un perito. Pero la realidad es que usted y yo sabemos quién es Thomas Alva Edison, pero dispersos por el mundo cual 'horrocruces' están los restos de los que inventaron sus patentes. Pobres diablos.

Si es usted un estudiante de cine y quiere un consejo, aquí lo tiene: no desarrolle una gran idea en clase. Desarrolle algo más sencillo, que le enseñe el oficio. Cuando sea el momento saque sus cartas. En esta vida todos nacemos con un revolver y unas balas en el tambor. Cuando se acaben date por muerto. Pero si usted es un reconocido creador tenga un poco de pundonor, hombre. No vaya robando ideas. Acuérdese de cuando era un chisgarabís y esperaba a que alguien le diera una oportunidad. O tal vez no pueda acordarse porque siempre, desde niño, ya era usted, simple y llanamente, un caradura.

Comienzo del curso más atípico desde 1936. El mundo se debate entre mantener la salud o mantener la economía. Entre los pocos sectores que acusan una demanda igual o superior a la que tenían en 2019 se halla el mundo de la ficción, en concreto el de la ficción audiovisual. Se anuncian proyectos de sesenta productoras para el curso 2020/2012, y la libre competencia entre plataformas aún existe. No hemos llegado —todavía— a un monopolio. Atresmedia y Mediaset, a sabiendas de que su público natural envejece, prueban nuevos productos para los viejos del futuro. Ahí está, por ejemplo, 'Veneno'. Atresmedia emite una nueva serie de Daniel Écija, creador poliédrico que igual pare 'Periodistas' que 'SMS Sin Miedo a Soñar' que esta serie distópica: 'La valla'.

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