Muere el dibujante Quino a los 88 años, el genio de la historieta que creó a Mafalda

En pocos minutos, la red se llenó de viñetas de la niña más conocida del mundo. En cuanto saltó la noticia del fallecimiento de su creador, el dibujante Joaquín Salvador Lavado, conocido en todo el mundo como 'Quino', a los 88 años, Mafalda tomó las redes con sus agudas reflexiones. Desde el famoso "vamos a crear el ministerio de a dónde vamos a parar" hasta "que alguien me diga cómo se pone esto en el alma [una tirita]" o el feminista "mamá, ¿qué te gustaría ser si vivieras?" mientras se ve a la madre agotada poniendo la colada. Es posible que Quino, que murió "por razones propias de la edad y derivaciones de su salud de este último tiempo", según señaló su familia, haya sido uno de los pocos creadores capaces de aglutinar a tantos fans de tantas edades distintas y de todo el ámbito español.

Desde el famoso "vamos a crear el ministerio de a dónde vamos a parar" hasta "que alguien me diga cómo se pone esto en el alma [una tirita]"

Nació en la ciudad de Mendoza, Argentina, hijo de emigrantes andaluces, en 1932. Desde su nacimiento fue apodado 'Quino' con el propósito de diferenciarlo de su tío Joaquín Tejón, también dibujante y pintor. A los 17 años tenía claro que quería dedicarse al arte de la viñeta por lo que se marchó a Buenos Aires, donde empezó a trabajar en semanarios con tiras de humor, pero también con anuncios publicitarios. De hecho, la creación de Mafalda se debió a una campaña de publicidad para la empresa de electrodomésticos Mansfield. Esta no llegó a salir, pero el personaje se quedaría para siempre, apareciendo por primera vez en septiembre de 1964 en la revista Leoplán y después en el semanario Primera Plana.

Mafalda y Manolito son dos niños, pero también podrían pasar por adultos. Una, inmersa en la contestación social y en la reflexión filosófica de Schopenhauer —si todo va a peor, todavía se puede escarbar—, y el otro obsesionado por el dinero, que parece un capitalista de la escuela de Milton Friedman. Por allí también está Felipe, el idealista, inocente y un poco ingenuo; Susanita, la más ignorante y futura ama de casa, rasgos de la mujer que ya se acababa para dar lugar a otra muy distinta; Guille, el bebé que siempre está jugando y representa la inocencia más absoluta; Miguelito, el más utópico; Libertad, la socialista intelectual, y finalmente los padres, de la típica clase media-media de la época.

Aquellos eran los sesenta y setenta, la guerra de Vietnam, la Guerra Fría, la aparición del neocapitalismo... El mundo estaba a punto de irse al carajo. En las tiras siempre hay una mirada ácida hacia las instituciones y toda la burocracia. Esos ministerios que parecen, más que nada, transatlánticos llenos de papeles y documentos en los que nunca sabes qué formulario necesitas.

Quino escribió tiras sobre Mafalda hasta 1973. Lo dejó porque, según dijo, se le acabaron las ideas. A España llegó en 1970 gracias a la editorial Lumen, aunque se etiquetó como viñetas para adultos. También fue publicado en el semanario 'Triunfo'. Desde el primer momento, no obstante, hubo recopilatorios de estas tiras que alcanzaron un enorme éxito. Las ediciones se agotaban en días. Para los años ochenta, Quino ya recibía homenajes y todo tipo de distinciones por los dibujos de Mafalda, que se habían expandido por todo el mundo.

El pasado 17 de julio, el emblemático dibujante había celebrado 88 años junto a su familia, en Mendoza, un día en que el Ministerio de Cultura del país austral lo definió en sus redes sociales como "creador de una parte de la cultura argentina" y recordó que Mafalda "ha acompañado con humor y aprendizaje a lo largo de muchos años" a millones de seguidores de sus historias y reflexiones. Todavía no se sabe cómo se llevará a cabo el funeral por las restricciones debidas al coronavirus en Argentina.