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Demandas, cuernos y armarios: la historia oculta de Hollywood
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Demandas, cuernos y armarios: la historia oculta de Hollywood

Mucho antes de la era internet, Hollywood podía controlar mejor que los escándalos no se saliensen de madre, pero haberlos habíalos

Foto: Ava Gardner y Lana Turner en una foto de archivo.
Ava Gardner y Lana Turner en una foto de archivo.

Hollywood, la meca de las sonrisas Profident. De las alfombras rojas y los photocalls. Del dientes, dientes. Vendemos peinados. Vendemos vestidos. Pero no podemos vender fajas ni pelucas ni halitosis. Vacaciones de ensueño. Portadas del 'Hola!', del 'Vanity Fair'. Para flagelarse ya está el cine europeo y el 'Cahiers du Cinema'. Hubo una época, en la era preinternet, en la que las estrellas de cine no descendían de los altares ni iban a la compra ni se les descubría la celulitis adiposa en una playa de Lloret de Mar. Las revistas relataban fiesta de monóculo y caviar, de collares procedentes de alguna monarquía absolutista oriental, de algún escarceo amoroso extramatrimonial pero sin ETS. Por eso, cuando en 1975 el cineasta Kenneth Anger publicó su libro 'Hollywood Babilonia', en el que desvelaba las historias más sórdidas y comprometedoras de las bambalinas de la industria de los sueños.

Dicen que ya no existen las estrellas. Es imposible serlo cuando las redes sociales, las publicaciones digitales, los 'blind items' suponen una puerta a la intimidad de un coto privado que habitualmente lava los trapos sucios en casa. El público ya ha visto 'brotar' y raparse la cabeza a la reina del pop. La fama de la celebrity contemporánea por antonomasia se ha construido sobre un vídeo de porno casero. Un vídeo del vigilante de la playa primigenio borracho y comiendo una hamburguesa del suelo circuló por los programas de sobremesa de todo el mundo. ¿Tanto ha cambiado la industria de puertas para dentro? ¿Tanto ha degenerado el 'star system'? El libro de Anger es una muestra de que los que han cambiado no han sido ellos, sino nosotros. O al menos la manera de la que se relaciona el público con los famosos.

Pongamos un nombre. Charles Chaplin, por ejemplo. Azote de fascismos. Actor y director ineludible en la historia del cine. Simpático mimo pobretón de ojos tristes. Cuenta Anger que Jerry Geisler, abogado de los famosos, recibió una noche una llamada de un hombre de 54 años que estaba metido en un lío a razón de mujer. Era Charles Chaplin. Resulta que una camarera-barra-actriz con la que había tenido un 'affaire' acababa de presentar una demanda de paternidad. Los dos se habían conocido en México, en una fiesta organizada por el magnate del petróleo Jean Paul Getty, donde Joan Barry trabajaba de camarera mientras esperaba su oportunidad para conseguir el papel de su vida. Charlin cayó prendado de ella y le ofreció un contrato por 75$ a la semana. La anunció como "la próxima Maude Adams" y que protagonizaría su proyecto 'Shadow and Substance'. Durante los dos años de relación con el británico, la actriz se sometió a dos abortos, según recuerda Anger.

placeholder Interior de una revista de la época
Interior de una revista de la época

Pero el furor tardó lo mismo en irse que en llegar y dos años después, en 1942, Chaplin intentó zafarse de ella. Como cuando Clint Eastwoodcambió todas las cerraduras de la casa que compartía con Sondra Locke, a la que dejó con los muebles en la puerta, Chaplin no dejó entrar a Barry en casa. Hasta el día de Navidad, que la actriz llegó a casa del director con pistola en mano, dispuesta a usarla. El arrebato excitó tanto a Chaplin que hicieron el amor apasionadamente frenta a la chimenea, sobre unas pieles. Pero después de volver a rechazarla y de que la joven intentase escalar por la fachada de su casa hasta la ventana —por lo que pasó 30 días en prisión—, Barry le plantó una demanda de paternidad.

Pero si Chaplin era poderoso, más lo era entonces la prensa del corazón. En concreto, las columnistas Hedda Hopper y Louella Parsons, que contaban con alrededor de 75 millones de lectores y tumbaban y construían carreras a voluntad. Y decidieron ir a por él. El escándalo fue mayúsculo. Tanto, que Chaplin tuvo que posponer su boda con Oona O'Neill y durante un tiempo se le trató como un apestado en Hollywood. Y a pesar que aceptó someterse a los test de sangre —que dieron negativo—, Chaplin tuvo que hacer frente a la manutención del bebé de Barry. Chaplin tardó alrededor de cinco años en volver a trabajar y en Hollywood siempre arrastró fama de mujeriego y asaltacunas.

placeholder Frank Sinatra y Ava Gardner, la tormentosa relación de dos fuerzas de la naturaleza
Frank Sinatra y Ava Gardner, la tormentosa relación de dos fuerzas de la naturaleza

Pongamos otro nombre: Ava Gardner. El animal más bello del mundo. La morena del Hollywood clásico. Fiestera, devorahombres. En 'Hollywood Babylonia It's Back', el cronista Darwin Porter revela una controversia no tan conocida como sus escarceos al margen de Sinatra con toreros y compañeros de reparto. Sino las que tuvo con compañeras de reparto y amigas. En la época, había muchos rumores que apuntaban a que su relación con Lana Turner iba mucho más allá de la amistad. Según Marlon Brando, "Howard Hughes persiguió a Ava Gardner, pero todo lo que consiguió de ella fue una felación estupenda después de haberse estrellado con el avión. Ava me contó que nunca le había dejado follarla. Pero Hugues si que se acostaba con Lana Turner y su novio, Tyrone Power, en varias ocasiones. Pero lo que él quería realmente es estar a a vez en la cama con Lana y Ava. Ava le dijo que no, pero una noche borracho le dejó mirar mientras se lo montaba con Lana. Creo que Hughes me contó que se había estado masturbando durante todo el encuentro".

Gardner era una de las últimas grandes estrellas de los estudios y Louis B. Meyer se pasó la mitad de la carrera de la actriz intentando tapar sus escándalos para no dinamitarla. Y Frank Sinatra gran parte de su matrimonio con Gardner sacándola de la cama de otros hombres. Sinatra tuvo que ir al rodaje de 'Mogambo' en África para arrastrarla fuera de la tienda de Clark Gable. Éste acabó liándose con Grace Kelly, que acabó siendo muy amiga de Gardner, a pesar de los celos iniciales. Tanto que ambas se fueron de vacaciones a Roma para hacer juntas una ruta alrededor de lor prostíbulos de la capital italiana.

placeholder Frank Sinatra y Mia Farrow el día de su boda.
Frank Sinatra y Mia Farrow el día de su boda.

Sin embargo, con quien no hizo muchas migas fue con Mia Farrow. Probablemente por ésta acabó también casada con Sinatra. Cuando se enteró del enlace, la diva dijo aquello de que siempre supo que el cantante "acabaría yéndose con un muchachito", mientras que la segunda dijo de la primera que "Ava estaba tan borracha la mitad del tiempo que se hubiese ido a la cama hasta con un puercoespín".

El libro de Porter llega también hasta escándalos más próximos para la generación 'millennial'. Por ejemplo, en relación al matrimonio de Cindy Crawford con Richard Gere —sí, aquello ocurrió— y en los rumores de que ambos eran una tapadera para ocultar la homosexualidad de ambos. En 1994 decidieron pagar 30.000 dólares por un anuncio en 'The London Times' que rezaba: "Somos heterosexuales y monógamos y nos tomamos nuestro compromiso muy en serio". Más tarde, en 1999, el mismo año que la revista 'People' lo encumbró como el hombre más sexy del año, se extendió un rumor loco sobre Gere y un gerbo en su recto. ¿Recuerdan? Al final resultó una leyenda urbana, pero hubo reporteros, como Mike Walker de 'The National Enquirer', que estuvo buscando el nombre del médico que supuestamente lo atendió.

placeholder Nicole Kidman y Tom Cruise en una foto de archivo. (Gtres)
Nicole Kidman y Tom Cruise en una foto de archivo. (Gtres)

Otra de las grandes parejas de los 90 fue la formada por Tom Cruise y Nicole Kidman. Otra, también, cuya historia de amor estuvo rodeada de escándalos y maledicencias. Según el bloguero Pérez Hilton, "durante años, la gente de dentro de Hollywood ha estado murmurando sobre la imposibilidad de Tom Cruise de tener hijos propios es por tener baja densidad de espermatozoides. Eso explicaría por qué él y Nicole Kidman tuvieron que adoptar a sus dos hijos. Además, aunque esto nunca ha sido confirmado, la teoría imperante sobre los motivos del divorcio es que Nicole se quedó embarazada de su coestrella escocesa en Moulin Rouge, Ewan McGregor, aunque acabó en aborto. Según esta teoría, Tom se enfadó muchísimo con Nicole y rompieron su pacto. Ambos podrían tontear con hombres por ahí, pero ella no podía quedarse embarazada. ¿Por qué? Porque resultaría obvio cuando creciera el bebé que el hijo no era suyo".

Quien piense que las estrellas de hoy son mucho más problemáticas que las de antaño, que repase los libros de Anger y Porter para darse cuenta de que en todas las épocas cuecen habas. Y de que nuestros abuelos, seguramente, también la liaron.

Hollywood, la meca de las sonrisas Profident. De las alfombras rojas y los photocalls. Del dientes, dientes. Vendemos peinados. Vendemos vestidos. Pero no podemos vender fajas ni pelucas ni halitosis. Vacaciones de ensueño. Portadas del 'Hola!', del 'Vanity Fair'. Para flagelarse ya está el cine europeo y el 'Cahiers du Cinema'. Hubo una época, en la era preinternet, en la que las estrellas de cine no descendían de los altares ni iban a la compra ni se les descubría la celulitis adiposa en una playa de Lloret de Mar. Las revistas relataban fiesta de monóculo y caviar, de collares procedentes de alguna monarquía absolutista oriental, de algún escarceo amoroso extramatrimonial pero sin ETS. Por eso, cuando en 1975 el cineasta Kenneth Anger publicó su libro 'Hollywood Babilonia', en el que desvelaba las historias más sórdidas y comprometedoras de las bambalinas de la industria de los sueños.