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La cultura por ‘streaming’ ya no será gratis en la era poscovid

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La cultura por ‘streaming’ ya no será gratis en la era poscovid

Por EC Brands

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i la montaña no va a Mahoma, Mahoma va a la montaña. Eso es lo que está pasando en el mundo de la cultura que, de un día para otro, se ha quedado sin espectadores y visitantes. Obligados a bajar el telón durante el confinamiento, salas de cine, museos, teatros o festivales han utilizado las redes sociales y han virtualizado sus eventos para seguir acercando la cultura aunque sea a través de una pantalla. Quien más y quien menos ha puesto a disposición del público su oferta de una forma gratuita, pero hasta que se vuelva a la verdadera normalidad habrá que poner precio a las nuevas formas de consumir cultura.

Salas de cine, museos, teatros o conciertos han virtualizado sus eventos para seguir acercando la cultura a la sociedad

Sin entrar en el aforo permitido durante la ‘nueva normalidad’ y lo que determine cada comunidad y/o consistorio, sin duda el miedo de los ciudadanos a ser contagiados está por encima del porcentaje de afluencia que marquen las autoridades. Las salas son conscientes de que, pese a que puedan abrir al 100%, los espacios tardarán tiempo en volver a llenarse y las medidas de seguridad tendrán que garantizarse. Un sentir que transmite Juan Jiménez, director de los teatros Galileo y Luchana, de Madrid, salas que permanecen todavía cerradas a día de hoy. Solo abrirá en julio sus puertas el patio del Galileo que, al ser abierto, permite una mejor adaptación. “Si no tenemos garantías de poder llenar toda la sala, yo no abriría”, reconoce.

Las salas de cine, conscientes de que los espacios tardarán en llenarse

Obras de teatro ‘online’ y salas virtuales

Jiménez ha llegado a plantearse la posibilidad de combinar dos tipos de espectadores, presencial y virtual, con la retransmisión en ‘streaming’ de las obras teatrales, pero no le salen las cuentas. “Hay que invertir para hacer la retransmisión y luego comprobar si funciona”. Durante el confinamiento, también se planteó la emisión en diferido, pero considera que es “devaluar la producción teatral” y, de nuevo, surge la duda sobre “cómo monetizarlo”.

La cuestión económica marca mucho la diferencia entre salas privadas y públicas a la hora de subir el telón. Es el caso los Teatros del Canal, dependiente de la Comunidad de Madrid, donde ya ha comenzado la función con un 30% de aforo. Las entradas presenciales para el Festival Madrid en Danza ya se han agotado, pero se abre la puerta a disfrutar de la representación desde el sofá de casa a un precio ‘simbólico’ de cinco euros. Desde este centro cultural reconocen que “las artes en vivo no puedes retransmitirlas, porque eso sería cine”, pero el canal ‘online’ se muestra como una alternativa para el público que todavía no quiere verlo ‘in situ’.

Algunas salas han barajado la posibilidad de combinar dos tipos de espectadores, presencial y virtual, con la retransmisión en ‘streaming’

Durante el confinamiento se creó un nuevo espacio cultural, la Cuarta Sala de los Teatros del Canal, que se ha convertido en una sala virtual en la que se pueden visualizar pequeños vídeos de coreografías, monólogos o piezas musicales y que han servido para entretener al espectador durante el estado de alarma, pero esta plataforma virtual ha llegado para quedarse.

El Festival de Almagro también se adapta a la ‘nueva normalidad’ para dar continuidad a una edición especial con un formato más reducido de aforo y en la que solo se acogerán a compañías nacionales. Asimismo, los Veranos de la Villa limitan los espectáculos a “recintos abiertos, pero controlables para evitar riesgo de aglomeraciones”, dicen desde el Ayuntamiento de la capital.

Las salas vacías, pero en las virtuales se ha podido entretener al espectador durante el estado de alarma

Redes sociales: aliadas de los museos durante la cuarentena

El confinamiento ha puesto de manifiesto que la digitalización de los museos era una realidad desde hace tiempo, con vídeos explicativos de lienzos y visitas virtuales. “Aunque nada sustituye un encuentro presencial con la obra de arte, hay que abrirse a otros caminos”, reconocen desde el Museo del Prado, cuyas visitas ‘online’ se han triplicado durante los meses de encerramiento.

La pinacoteca, que cuenta con una larga trayectoria en redes sociales, acaba de estrenarse en la red de moda durante el estado de alarma y que cada vez es menos de jóvenes, TikTok. La semana pasada, en la Semana de los Museos, el Museo del Prado se convirtió en el primero de España en participar en un directo junto a las Galerías Uffizi de Florencia, el Rijksmuseum de Ámsterdam, el Naturkundemuseum de Berlín y el Grand Palais de París, para acercar sus colecciones a un público (supuestamente) más joven. Los usuarios de esta red pudieron disfrutar de un recorrido virtual en directo por las obras más conocidas de la mano del responsable de Conservación de Pintura Flamenca y Escuelas del Norte del Museo del Prado.

“Vamos a optar por un modelo híbrido, pero se irá reduciendo la exhibición ‘online’ porque eso no da beneficios” (Círculo de Bellas Artes)

“Las acciones ‘online’ nos han permitido rejuvenecer nuestro público e internacionalizarlo”, afirma el director del Círculo de Bellas Artes, Valerio Rocco. El centro, que acoge artes escénicas, musicales, conferencias, cine, exposiciones, talleres y literatura, ha sido uno de los pioneros en llevar a cabo inauguraciones virtuales, como ha sido con la exposición de escultura de Alfonso Berridi, donde el mismo Rocco y la comisaria, Pilar López, realizaron sendos discursos de manera virtual y se compartió en redes un recorrido por la exposición en 3D.

Las tradicionales conferencias de ‘Los lunes al Círculo’ se trasladaron a la red y se abrió gratuitamente el catálogo de películas de cine de autor “con un éxito sorprendente en la era de Netflix”, afirma Rocco. Los talleres continuaron en la red con posados ‘online’ y se creó el ‘Glosario de la pandemia’, donde diferentes personalidades del ámbito del pensamiento y la cultura reflexionaban en vídeos cortos eligiendo una palabra relacionada con la covid-19. Empatía, desconfianza, abrazo, aplauso… Las visitas a la web también se han triplicado. “Vamos a optar por un modelo híbrido, pero se irá reduciendo la exhibición ‘online’ porque eso no da beneficios y necesitamos de nuestros visitantes presenciales”, afirma Rocco, quien, no obstante, reconoce que esta ventana se mantendrá abierta para que puedan acceder a contenido exclusivo otros públicos de cualquier parte del mundo.

Las visitas a las webs culturales se han multiplicado a traves del móvil

Los artistas dan el do de pecho más solidario

Los conciertos seguirán con el cartel de cerrado a los espectadores y de momento solo es posible actuar en la red o en solitario. Varias han sido las experiencias gratuitas virtuales que han compartido grandes artistas, a través de las cuales se ha conseguido recaudar dinero, como fue el concierto ‘One World: Together at Home’, en el que desde sus casas participaron grandes de la talla de The Rollings Stones, Lady Gaga o Stevie Wonder y que consiguió recaudar casi 120 millones de euros destinados a la OMS para luchar contra la covid-19.

Con motivo del Día de la Música, el pasado domingo 21 de junio artistas nacionales como Melendi, Miguel Poveda o Marta Sánchez, entre otros muchos, protagonizaron un concierto solidario organizado por la Fundación Starlite que no admitió público. Se pudieron comprar de forma voluntaria entradas conmemorativas firmadas por los artistas para recaudar fondos destinados a la compra de material sanitario.

Solo los cines de verano, marcando distancias entre los espectadores, y los recuperados autocines podrán salvar la taquilla

Las salas de cine también se llevan la peor parte, ya que tienen pocas alternativas más allá de ir adaptándose al aforo permitido. Solo los cines de verano, marcando distancias entre los espectadores, y los recuperados autocines podrán salvar la taquilla.

Estos son un botón de muestra de lo que está ocurriendo en el mundo de la cultura y que es extensivo a cualquier parte del mundo. Sin duda, esta nueva forma de consumir cultura continuará más allá de la desescalada, pero existe unanimidad en el sector en que, si se quiere continuar disfrutando de puestas de escena innovadoras, habrá que pagar por ellas.