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Filmin cumple 10 años, la historia de unos locos pioneros de las plataformas
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Filmin cumple 10 años, la historia de unos locos pioneros de las plataformas

La empresa española, fundad por Juan Carlos Tous, José Antonio De Luna y Jaume Ripoll ha pasado de no tener ni oficina a ser punta de lanza en el mundo audiovisual

Foto: Interfaz de Filmin, la plataforma de cine y series española cumple 10 años. (Filmin)
Interfaz de Filmin, la plataforma de cine y series española cumple 10 años. (Filmin)

"La gente nos tomaba por verdaderos locos". En 2006, todo aquello era territorio de piratas. Sin leyes, sin infraestructuras, todo terreno virgen y desconocido. Cuando José Antonio de Luna, Juan Carlos Tous y Jaume Ripoll se unieron para crear Filmin, pocos apostaron por ellos. Se toparon con el cerrazón de la industria de cine, con la falta de legislación y con las carencias técnicas de un acceso a internet que dista mucho del que conocemos hoy. "Ten en cuenta que en aquella época tardabas a lo mejor un día en bajarte una película", recuerda Tous. Pocos confiaban en la idea del cine en casa a través de internet. De Luna se lió la manta a la cabeza, dejó Sogecable y, junto a Tous y Ripoll, fundador y responsable editorial en Cameo, ocuparon una mesa en las oficinas de la distribuidora de cine en DVD y comenzaron un proyecto que hoy se ha convertido en la plataforma de cine independiente más importante de España y pionera en Europa. Comenzaron con un catálogo de apenas 300 títulos que ahora llega hasta los 15.000. De número de suscriptores no podemos hablar: "No decimos el número de suscriptores que tenemos, porque mientras no lo digan los demás, nosotros seguiremos igual de calladitos". Este pasado mayo, después de una montaña rusa de emociones, Filmin cumplió 10 años de su primera suscripción.

"Los tres primeros años fueron los más trágicos", recuerda Tous. "No teníamos ni local. No teníamos nada. Yo no cobraba nunca, porque no había dinero. Nosotros no teníamos ni idea de tecnología, así que nos equivocábamos todo el rato. Éramos gente del mundo del cine. Nos juntamos con un experto en comunidades de internet al que tuvimos que comprar las acciones al cabo de un año porque no nos convencía. Al principio nada funcionaba. Nuestros socios veían las películas y les parecía horrible. No había banda ancha; era cuando las películas tardaban todo un día en descargarse. En un principio ni siquiera sabíamos si íbamos a apostar por la descarga, compra o suscripción. Al cabo de tres años apostamos por la suscripción en un mundo totalmente pirata".

placeholder Jose Luis Tous, móvil en mano, se fotografía junto a los otros cofundadores de Filmin, Jaume Ripoll y José Antonio de Luna (EFE)
Jose Luis Tous, móvil en mano, se fotografía junto a los otros cofundadores de Filmin, Jaume Ripoll y José Antonio de Luna (EFE)

El primer año y medio lo dedicaron a encontrar la financiación. "Todo lo que era internet sonaba a piratería. Las productoras y distribuidoras no reconocían esos servicios de ninguna manera, porque todo para ellos era piratería. Nos encontramos un montón de problemas a nivel de derechos y a nivel de tecnología", recuerda De Luna, que diseñó el plande negocio la noche antes de su boda gracias al insomnio. "Ten en cuenta que era un mercado que no existía. Era lo desconocido. Sólo existía la versión pirata y eso lo hacía más apasionante. El día antes de mi boda, como no podía dormir, hice el plan de negocio de lo que iba a ser —o yo pensaba que iba a ser Filmin— que ni se llamaba Filmin ni se parecía en nada a lo que es ahora. Esos primeros años hubo mucho ensayo y error y era extenuante pensar por qué todo era tan difícil si querías hacerlo bien y tan fácil para la piratería".

"Lo único que teníamos claro era que teníamos que ser como los piratas, que eran catálogos bien grandes y que se renovasen continuamente, pero de manera legal, cómoda y ordenada, con la industria detrás", prosigue. "No teníamos nombre ni imagen ni idea de nada. Eso sí, teníamos claro que nos queríamos alejar de las ‘majors’ y dedicarnos al cine que conocíamos, que era la distribución y producción de cine independiente. En esa época, además, imagínate. Dijimos de apostar por la versión original y nos dieron meses de vida". "El riesgo ha sido bien recibido", se alegra Ripoll. "La uniformidad puede ir bien en algunas plataformas, pero se ha demostrado que hay la suficiente gente en este país que quiere pagar por ver cine independiente, cine clásico y series europeas. Es el principal trofeo que nos llevamos de este viaje".

Se ha demostrado que hay la suficiente gente en este país que quiere pagar por ver cine independiente, cine clásico y series europeas

Tous trajo a sus socios de Cameo —Golem, Tornasol, Wanda, El Deseo, Continental— y se unieron a Vértigo. Más tarde entró Avalon. Y, de repente, estalló la crisis. "Salimos en plena crisis con la sensación de que las instituciones no nos apoyaban porque era más fácil dejar que la gente estuviese entretenida que preocuparse por los autores y los productores, que las empresas de telecomunicación de turno les daba igual y sólo querían que la gente consumiera muchos datos, pero el copyright no les importaba. Era una sensación de estar bastante solos", admite De Luna.

"Si queríamos tener éxito en un país con una crisis económica brutal y con la piratería rampante teníamos que ofrecer algo muy atractivo para el consumidor", reconoce Ripoll. "Hasta octubre de 2008 fue la época de lanzar la primera plataforma. Lo hicimos con ‘Tiro en la cabeza’, de Jaime Rosales, durante Sitges, más o menos. La película había pasado por San Sebastián. Hicimos estreno simultáneo con el Reina Sofía y las salas de cine. Y fue un desastre. La gente no estaba acostumbrada a pagar, la sala virtual tenía un aforo limitado, el ancho de banda era el que era".

placeholder Colecciones del catálogo de Filmin.
Colecciones del catálogo de Filmin.

Añade Tous los vericuetos que tuvieron que buscar para no estamparse contra el sistema de ventanas de distribución. "Jaime Rosales se brindó con los Wanda a hacerlo al mismo tiempo. Como no había reglamentación acudimos al ICAA para ver qué podíamos hacer —el mismo debate de las ventanas que ahora— y nos autorizaron para ponerla en internet pero con un aforo limitado. Cuando metíamos 100 ó 200 personas no podíamos admitir más hasta que acabase la película y la volviésemos a poner. Para que veas de dónde venimos. Hace 11 años todo esto era nuevo; nadie sabía nada".

Porque cuando nació Filmin, tan sólo existían Netflix, que llevaba entre dos y tres años funcionando, y YouTube. "Luego salió Mubi, Rakuten (lo que era Wuaki). Fuimos los que abrimos camino. Les pedíamos los derechos a los propietarios y al ser proveedores de derechos nuestros socios, que confiaban en nosotros y nos dejaban los derechos. Del primer talón que firmé de ‘royalties’ en 2010, tengo guardada la fotocopia, porque no llegaba a un euro".

Las hemos pasado muy putas. Lo hemos conseguido gracias a nuestros socios y a que año tras año íbamos haciendo ampliaciones de capital

Hubo momentos muy duros, admiten los tres. "Las hemos pasado muy putas. Lo hemos conseguido gracias a nuestros socios y a que año tras año íbamos haciendo ampliaciones de capital. Entraron Versus, Avalon… cada año perdíamos dinero. Y gracias a que nos dieron las ayudas Media Europa y a nuestros socios hemos podido llegar hasta aquí", explica Tous. De Luna insiste: "Desde el 2009, la Unión Europea con el proyecto Media creyó en lo que estábamos haciendo y hoy no estaríamos aquí si no fuese por ellos".

Años sin beneficios

"Cada año eran pérdidas", confiesa Tous. "Los sueldos no subían, sino que bajaban. Me acuerdo de tener que salir a la calle a buscar dinero de donde fuese. En 2014, lo tengo grabado, estuvimos a punto de ser absorbidos por una gran empresa porque no podíamos pagar los sueldos. En noviembre de 2014 no teníamos para pagar los sueldos. Pero conseguí que entrase un socio francés, que es Metropolitan, y con ese dinero pudimos pagar los sueldos. No podíamos pagar el alquiler, que lo pagaba Cameo. No salían los números".

Hasta hace tres ejercicios, en 2017, Filmin no daba beneficios. "Nunca pensamos en dejarlo, porque cada mes había más suscriptores que el mes anterior y cada año teníamos algún hito sobre el que anclarnos y seguir creciendo", apunta Ripoll. "Al principio, con tan sólo 300 títulos, teníamos películas como ‘Anticristo’ de Lars von Trier, que fue la primera película en streaming en HD en España. Teníamos ‘Tres días con la familia’ de Mar Coll o ‘Soul Kitchen’ de Fatih Akim. ‘House of Cards’, la versión inglesa, ‘Fawlty Towers’, ‘Sí, ministro’ fueron de las primeras series. Si nos dices hace algunos años que íbamos a tener Hitchcock o Billy Wilder, te diría 'no lo creo'". Aparte, en Filmin se puede encontrar más de una veintena de títulos dirigidos por Woody Allen y o muchos de los clásicos de la Metro Goldwyn Mayer. Aparte del cine de autor contemporáneo de los festivales más importantes. Y también la saga 'Torrente', ¿por qué no?

Cuando el mes pasado Filmin anunció que iba a subir a su catálogo la saga dirigida y protagonizada por Santiago Segura, algunos usuarios amenazaron con darse de baja de la suscripción. Luego, el debate pasó a Twitter. Y en Twitter... ¿si ya saben como me pongo, pa' qué me invitan? "Nos sorprendió lo grande que se hizo en Twitter. Sí hubo algunos usuarios que se quejaron, pero pocos. Me parece interesante que haya usuarios que crean que ‘Torrente’ no encaja en el catálogo de Filmin. Una película icónica del cine español, que ha ido al Festival de Cannes, que ha ganado goyas…. me parece bastante pertinente que esté en Filmin. No está mal tener esa discusión. Lo que entiendo es eso de ‘O la quitas o me doy de baja’. Eso ya pasa a la categoría de astracanada", quita hierro Ripoll.

De vuelta al periplo de Filmin para no naufragar en el intento, otro momento clave para la plataforma fue el cierre de Megaupload. "Nosotros estábamos luchando con Serieyonkis, Series.ly y todas esas webs", cuenta Tous. "Nosotros les intentábamos convencer de que se lo poníamos fácil, les ordenábamos los contenidos, no les entraban virus, que la película sería seguro la que querían ver. De pronto cortaron Megaupload y toda esa gente que estaba acostumbrada a ver contenidos a diario, de repente se quedó sin ofertas, sin poder ver películas. Esa semana o esas dos semanas que duraron cerrados, esa gente se dirigió a Filmin a conocernos". Era 2012 y la compañía empezaba a ver, discretamente, la luz. "La suscripción no se conocía y era un catálogo pequeño, pero fuimos ganando adeptos. Hemos picado mucha piedra y ha habido momentos muy duros", amplía De Luna. "La gente nos ha ido descubriendo y se han puesto de moda las plataformas de vídeo por demanda. Si antes lo ‘cool’ era piratear, ahora es tener varias plataformas en casa".

Otro momento señalado en la historia de la empresa fue el estreno en 2012 de 'Carmina o revienta', de Paco León. Era la ópera prima del actor reconvertido en director. León estaba buscando nuevas alternativas de distribución, cambiar el sistema de alguna manera. Y en una entrevista declaró que estaba barajando la posibilidad de estrenar en internet. "Al día siguiente, en un restaurante en la calle Flor Baja, entro y estaba Paco en una mesa. Yo me acerqué y le dije: ‘Hola, Paco, he leído que quieres hacer un estreno en internet, soy Juan Carlos Tous de Filmin y a mí me encantaría hablar contigo y hacer algo. Salimos en cines, en internet, en DVD con Cameo, todo el mismo día. La demanda fue brutal. A las 12 estrenábamos en internet y estábamos acojonados, pensando si aguantarían los servidores. Mucha gente le hizo boicot. Los cines no querían poner la película. Y fue el principio del debate de las ventanas", reconoce Tous.

Con 'Carmina o revienta' mucha gente nos hizo boicot. Los cines no querían poner la película. Y fue el principio del debate de las ventanas

"Los exhibidores tienen mucha fuerza en este país. Nos ven como una amenaza, en lugar de una oportunidad. Tendríamos que recordar a Álex de la Iglesia en la Academia y ese discurso en los Goya [que rezaba que internet era la salvación del cine, y que fue bastante criticado]. Nos llovieron hostias por todos los lados y hoy, muchos de esos creadores que nos dijeron de todo, casi todos viven gracias a internet, ya sea como coproductores, distribuidores o lo que sea para aquellos que nos veían como la gran amenaza", lamenta. "Nosotros defendíamos que la manera de acabar con la piratería era poner el máximo número de contenidos en internet. Siempre habrá piratas como había con los VHS o con el satélite, lo que no podía ser es que lo pirata fuese más grande que lo legal".

Otro gran hito en la trayectoria de Filmin fue el desembarco de Netflix en España. Año 2015. "Todo el mundo nos decía que Netflix nos barrería. Nosotros le decíamos a todo el mundo que al contrario, que nos haríamos grandes, que abriría mercado, porque nosotros no teníamos músculo financiero detrás como para hacer campañas agresivas de publicidad. Netflix fue quien abrió los ojos a la gente para que se plantease por qué tenía que piratear si en una plataforma tiene de sobra, sin virus, en alta calidad, con contenidos exclusivos, editorializados… Y con ellos la gente empezó a cambiar el chip", razona Tous. "Nosotros fuimos creciendo con ellos al lado a medida que ellos abrían mercado. Mucha gente que hasta entonces no eran clientes de plataformas porque no las conocían o quienes pirateaban pero vieron que podían encontrar mucho contenido de manera segura y ordenada. Siempre nos hemos definido como el complemento perfecto".

placeholder Neus Asensi y Santiago Segura en 'Torrente'. (Filmin y Flixolé)
Neus Asensi y Santiago Segura en 'Torrente'. (Filmin y Flixolé)

Además, la plataforma utiliza un algoritmo muy distinto al de otros servicios de streaming, basados mayoritariamente en los gustos previos del consumidor. "Tenemos un algoritmo de recomendación en Filmin. Negar su utilidad sería una necedad. Tenemos el primero, el de más arriba, que selecciona por estados de ánimo, y tenemos una franja donde aparecen unas películas a partir de las que ya hayas visto, pero que tienen un peso muy menor en el ecosistema de Filmin, porque creemos que hay otros mecanismos mucho más prácticos. No tengo por qué ver sólo un tipo de cine. Si la plataforma sólo te recomienda a partir de lo que ves tu mundo cinematográfico se encoge", explica Ripoll.

También distribuyen los títulos por colecciones más allá del género. Por ejemplo, con motivo de las revueltas raciales en Estados Unidos a causa del asesinato de George Floyd, la plataforma creó una categoría relacionada con el racismo y la lucha por los derechos sociales. "Las películas también te pueden ayudar a entender lo que pasa en la realidad. Y ese diálogo que tenemos no explícito entre el suscriptor y nosotros se mantiene gracias a que respondemos en forma de colecciones o canales de festivales a lo que está sucediendo ahora. Ya sea el Festival de Cannes o colecciones temáticas sobre el racismo o el Orgullo gay. Ofrecemos exclusividad sobre cómo editorializas el contenido y ponemos en valor títulos que están fuera de la novedad". Además, Filmin se ha asociado con varios festivales de cine, como el Atlántida Film Fest, el D'A y el Indie & Doc Fest de Cine Coreano, que pueden seguirse a través de la plataforma.

Viajando fuera

La empresa fundada por un catalán y dos mallorquines no se ha limitado a terreno español y también ha itentado desembarcar fuera, en algún caso con éxito, en otro no. Por un lado está su página en Portugal, donde funcionan como una de las plataformas más populares dentro del país vecino. "Allí tienen una cultura cinematográfica muy avanzada y la gente está muy acostumbrada a pagar por ver los contenidos", explica De Luna. "Era el paso razonable por proximidad, aunque el tema de los derechos varía según los países".

La otra aventura, que no ha salido como se esperaba, ha sido el desembarco en México. "El tema de México fue una historia muy bonita. El Incine pertenecía en 2014 a un organismo que se llamaba Conaculta, lo que es aquí el Ministerio de Cultura, y lo llevaba un señor que se llama Rafael Tovar, que es un tipo extraordinariamente culto, enamorado del cine y de Filmin. En el año 2014, imagina. A través de un político muy amigo suyo en España y por medio de una VPN, es decir, haciendo la pirula, se suscribió a Filmin y se conocía el catálogo mejor que nosotros. Un día, Jorge Sánchez, director del Incine entonces, nos planteó hacerlo en México. Al principio no le hicimos demasiado caso, porque nos parecía una cosa demasiado lejana y compleja", bromea De Luna.

Filmin está presente también en México con FilminLatino y Portugal, aunque de diferentes maneras

"Al final fue muy complicado de gestionar sin un equipo propio allí y con un mercado de derechos muy complicado. Además. El Incine subvenciona la producción de obras mexicanas pero, además, pasado ciertos plazos recupera los derechos de explotación, entre ellos los de vídeo bajo demanda para ofrecerlo al público mexicano gratuitamente. El problema es que chocaba el proyecto de ofrecerlos gratuitamente, como planteaba el Incine, y una plataforma de pago, como lo planteábamos nosotros. Las estrategias eran diferentes. Nosotros les ayudamos con el soporte, pero ellos son los que gestionan", reconoce.

El mes pasado, Ripoll, De Luna y Tous celebraban los 10 años de la primera suscripción a la plataforma. Ha sido un camino complejo, lleno de dificultades, pero poco a poco han conseguido situarse junto a gigantes como Netflix, Amazon y HBO sin ser aplastados. Es la historia de tres enamorados del cine con ciertas dotes adivinatorias y mucho emperramiento que han transformado la experiencia del cine en casa y que han demostrado que con perseverancia, riesgo y muchos socios incondicionales se puede sobrevivir. Y que se puede ser pionero en este mundo extraño y en constante transformación y, encima, divertirse.

"La gente nos tomaba por verdaderos locos". En 2006, todo aquello era territorio de piratas. Sin leyes, sin infraestructuras, todo terreno virgen y desconocido. Cuando José Antonio de Luna, Juan Carlos Tous y Jaume Ripoll se unieron para crear Filmin, pocos apostaron por ellos. Se toparon con el cerrazón de la industria de cine, con la falta de legislación y con las carencias técnicas de un acceso a internet que dista mucho del que conocemos hoy. "Ten en cuenta que en aquella época tardabas a lo mejor un día en bajarte una película", recuerda Tous. Pocos confiaban en la idea del cine en casa a través de internet. De Luna se lió la manta a la cabeza, dejó Sogecable y, junto a Tous y Ripoll, fundador y responsable editorial en Cameo, ocuparon una mesa en las oficinas de la distribuidora de cine en DVD y comenzaron un proyecto que hoy se ha convertido en la plataforma de cine independiente más importante de España y pionera en Europa. Comenzaron con un catálogo de apenas 300 títulos que ahora llega hasta los 15.000. De número de suscriptores no podemos hablar: "No decimos el número de suscriptores que tenemos, porque mientras no lo digan los demás, nosotros seguiremos igual de calladitos". Este pasado mayo, después de una montaña rusa de emociones, Filmin cumplió 10 años de su primera suscripción.

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