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La canción del exilio español: los emigrados en UK entre el Brexit y el coronavirus
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"NI DENTRO NI FUERA"

La canción del exilio español: los emigrados en UK entre el Brexit y el coronavirus

Un dúo acústico formado por un músico palentino y uno escocés lanza su primer videoclip, el cual da voz a los españoles que tuvieron que emigrar a Gran Bretaña durante la crisis

Foto: Foto: Whiskey Por Favor.
Foto: Whiskey Por Favor.

En una habitación de una ciudad gris y vetusta construida a base de granito, un joven descansa en una cama. A su derecha, hay un póster colgado de la Península Ibérica sobre el que hay escrito una palabra de sabor cómico y culpable: “Españistán”. Entre bares y tabernas escocesas, pedidos de Deliveroo y empresas de trabajo temporal, alterna sus estudios de inglés como cualquier foráneo que llega a las islas cargado de esperanzas pero inquieto respecto a su futuro. Cuando anochece, vienen amigos a cenar, abren una botella de vino y tocan la guitarra. Animados por el caldo y la fiesta, un grupo de españoles canta a los nativos:

“Cada vez que vuelvo es como volver a nacer

Con los ojos abiertos, perdidos, mirando qué hacer.

Por qué no podemos vivir cerca de casa

Por qué tenemos que estar tan lejos de casa”.

Así concluye 'El Síndrome del Emigrado', el single de Whiskey Por Favor, el dúo formado por Javier Burón (Palencia) e Innes Cardno (Aberdeen). Con un sabor amargo y cargada de “duende”, la canción condensa a la perfección el áspero sentimiento del expatriado, haciendo honor a una tradición musical que ha pasado de generación en generación de emigrantes hasta nuestros días. El tema destila influencias que tienen en común esa condición de exiliado, impuesta o buscada, desde el virtuoso de la guitarra y pionero del jazz Django Reindhart (un francés de origen gitano sinti) al más actual y reciente Manu Chao (también de origen francés, pero conectado a la corriente latina). Al igual que ellos, Burón y Cardno han estado moviéndose de un lado a otro, buscándose la vida, en París y en Cuba, estrechando amistades efímeras pero sinceras, recorriendo con sus dedos el mástil de la guitarra a la par que trabajando de forma precaria para poder subsistir.

Algunas personas se quejan de los inmigrantes cuando son los que se encargan de hacer todos los empleos que nadie quiere

Como ellos, miles de jóvenes españoles han ido llegando a las islas británicas en busca de un futuro desde la crisis. Hoy en día, ambos están más asentados, ostentan un buen empleo y han conseguido crecer. Sin embargo, como cualquier otra persona, saben que no será para siempre y que, en algún momento, deberán volver a hacer las maletas y embarcarse en un nuevo viaje con su guitarra al hombro. “Echo de menos España, todos los días me acuerdo de ella”, admite Javier, quien lleva cuatro años y medio viviendo en Escocia. “Creo que esa nostalgia forma parte de todos los que somos extranjeros, incluso Innes, que es escocés pero ahora vive en Londres; él también se puede considerar foráneo ya que Escocia no es Inglaterra”.

Ambos se conocieron en las húmedas calles de Aberdeen gracias a la plataforma de voluntariado 57 Degrees North, encargada de fomentar la creación musical en el norte de Escocia. Innes acababa de volver de París y Javier finalizaba los estudios del máster que le hicieron recalar en estas tierras tan septentrionales. Pronto, se hicieron amigos al compartir sus inquietudes artísticas. El escocés, músico profesional y maestro, siempre había admirado a los grandes maestros de la guitarra española (Paco de Lucía, Raimundo Amador, Tomatito…) casi en silencio, pues como él mismo reconoce, en Escocia lo más español que se escucha es “reguetón”. A camino entre rumbas y bulerías, empezaron a componer, y el resultado ha quedado materializado en este excelente videoclip.

¿Y el coronavirus?

El pasado fin de semana, el primer ministro Boris Johnson anunció la posición de Reino Unido a la hora de luchar contra la crisis sanitaria y económica que está enfrentando Europa por la pandemia del coronavirus: la conocida como “inmunidad del rebaño” no impondrá la cuarentena a toda la población como sí lo ha hecho España o Italia, exceptuando a aquellas personas mayores de 70 años y grupos de riesgo. En este sentido, Johnson ha decidido proteger antes la economía, renunciando a cerrar pubs o colegios, bajo la conocida frase de “keep calm and carry on”.

“Esta forma de enfrentar la pandemia es muy británica”, advierte Javier Burón. “Realmente, Inglaterra ha adoptado el mismo papel que en las guerras mundiales, una especie de pragmatismo que viene a decir: ‘es lo que hay, mucha gente va a morir y no lo vamos a poder evitar, así que por ello debemos trabajar para ocasionar el más mínimo daño posible a la economía’. De todos modos, los británicos son mucho menos dados al contacto físico, aquí la gente se toca menos y la población es más disciplinada que la española. Si ya de por sí son poco propensos a tocarse, a mínimo que se esfuercen, los contagios disminuirán”.

Una especie de pragmatismo que viene a decir: ‘es lo que hay, mucha gente va a morir y no lo vamos a poder evitar

El músico palentino residente en Aberdeen recalcó que allí “los pubs, restaurantes y trabajos siguen abiertos”, aunque se ha extendido la recomendación de que nadie, y mucho menos los grupos de riesgo, vayan a esos lugares. “La mayoría de los negocios cumplen a rajatabla las precauciones y sigue habiendo concentraciones de gente, pero cada vez menos. Por ejemplo, el domingo acudí a un festival de música llamado Jazz On The Green, que ofrecía conciertos en escenarios en la calle. Pero estaba completamente vacío, al final los músicos recogieron a los pocos minutos porque no fue casi nadie”, relata.

“Aunque no haya una prohibición, la gente se está quedando en casa por voluntad propia. A decir verdad, la opción que ha tomado Johnson es muy arriesgada, ya que le puede salir el tiro por la culata. Pero bueno, es un tío que cuenta con mucho apoyo popular, otros piensan que es un payaso; de todos modos, existe mucha incertidumbre, puede que la cosa mañana cambie e impongan la cuarentena y el estado de alarma como en España. Hay un ambiente muy raro en las calles”, sentencia.

El Brexit y los inmigrantes

“Al final, es el inmigrante el que se desempeña en trabajos de mierda, y me 'toca los huevos' que la gente se queje de la inmigración cuando son los que se encargan de hacer todos los empleos que nadie quiere”, afirma categórico Javier. “Además, vienen en edad de trabajar, fuertes y sanos, y con una educación que ellos no han tenido que pagar. El vídeo es un homenaje a todos ellos”.

La sensación de los escoceses es muy amarga, es un país multicultural y abierto, la mayor parte de la gente está triste por el Brexit

Después de ejecutarse el Brexit el 31 de enero de este mismo año, parece que desde fuera del Reino Unido impera la sensación de que es un país que no quiere recibir a más inmigrantes. Sin embargo, como aseguran los analistas, la mayor parte de la gente que votó “Sí” no se concentra en las capitales, sino en pequeños focos de población y, generalmente, con una fuerte desigualdad social y de edad avanzada. “Son muy acogedores, la economía se sustenta en la gente que viene de fuera, nadie me ha hecho ningún mal gesto al ver que soy español”, prosigue Javier. “Lógicamente, no es lo mismo ser blanco y europeo que ser de otra raza u otro continente, esas personas creo que lo tendrían más 'jodido', ya que sigue habiendo ránkings que miden el valor de las nacionalidades”.

“La mayoría de los jóvenes que viven en Escocia son extranjeros”, observa Innes, natural de Aberdeen. Algo con lo que coincide Javier, quien asegura que más de la mitad de los habitantes de dicha ciudad son foráneos. “Por tanto, el Brexit hará que cada vez haya menos jóvenes y envejezca aún más la población. Obviamente, Escocia no es un país independiente, forma parte del Reino Unido, y todavía es pronto para saber cómo nos afectará una vez que salga de la Unión Europea. Sin embargo, las sensaciones de los escoceses son muy amargas, es un país multicultural y abierto, la mayor parte de la gente está en 'shock' y un poco triste”.

La mitad de la población de Aberdeen no ha nacido en Reino Unido, mientras que en Palencia no hay ni turistas; es la gran olvidada

La situación de la nación constituyente escocesa es de lo más peculiar, y más similar a Cataluña de lo que parece a simple vista. En 2014, sus habitantes votaron que “No” a la independencia de Reino Unido ante la amenazas de expulsión de la Unión Europea en caso de salir “Sí”, tal y como explica Innes. Ahora, los lamentos se suceden desde Glasgow a Aberdeen al comprender que el 31 de diciembre de este mismo año ya no serán europeos debido a los resultados del referéndum de 2016 que lo cambió todo. “Queremos volver a votar para quedarnos en Europa”, pide el músico escocés. “La mayoría de nosotros votamos que 'Sí' a la permanencia del Reino Unido. A partir del año que viene, solo se podrá vivir en el país 'a la australiana', mediante un sistema de puntos que primará tener un contrato laboral de antemano. Por tanto, habrá muchos menos jóvenes del resto del mundo que vengan aquí, ya que lo natural es que empieces desde lo más bajo y poco a poco vayas ascendiendo”.

“Aquí en cuanto llegas te comes 'toda la mierda'”, sentencia Burón. “Sin embargo, poco a poco empiezas a notar que subes para arriba. En cuanto tienes experiencia te llueven oportunidades, algo que creo que no pasa en España, allí la precariedad es más larga”. El músico palentino encontró en la orquesta de verbena su formación particular durante años, antes de irse a Aberdeen, un útil recurso para muchos artistas que saben que no cuentan con medios para poder dedicarse a su oficio. En Reino Unido, y particularmente en Escocia, hay mucha más promoción, tanto a nivel privado como público, por algo es una de las grandes cunas culturales del mundo.

Recuerdos de Monte “El Viejo”

Javier Burón no puede evitar emocionarse cuando se le pregunta por su Palencia natal. Esta provincia, “olvidada por el Estado español”, es una de las más castigadas por el fenómeno demográfico de la España vaciada, tan de moda en estos tiempos en los cuales muchas personas emigran a otras zonas geográficas. “La mitad de la población de Aberdeen no ha nacido en Reino Unido, mientras que en Palencia no hay ni turistas”, asevera, a la hora de diferenciar la vida en ambas ciudades. Al regresar a las llanuras palentinas, siempre acude al bar Trompicón, a la Mejillonera, a Monte El Viejo “a dar de comer a los ciervos” o al Cristo del Otero. Pero sin duda lo que más echa de menos, como “cualquier persona”, es a la gente que dejó allí y los planes que hacían juntos: “los botellones, las terrazas, las cenas en familia...”

Los emigrados vivimos en tierra de nadie, añorando una cosa que a lo mejor estaba ahí pero que puede que ya haya desaparecido

“Ahora mismo dispongo de un equilibrio económico y vital que hace que no me plantee demasiado volver”, admite el músico. “Además, me molesta muchísimo ver cómo está España, veo las noticias y el panorama político que hay ahora mismo, con Vox, los catalanes… y se me quitan las ganas de ir. Y mira que vivo aquí, en Reino Unido, el país de Boris Johnson y del Brexit, pero en la calle nadie discute tanto de estos temas, en cambio en España es meterte en un bar y el camarero ya empieza a rajar de Podemos o de cualquier cosa. Aquí hay mucha paz, en España el ambiente está muy revuelto. Los españoles son muy pasionales, están muy polarizados”.

Pero esto no quiere decir que admire el modo de vida de su tierra natal. “En España se vive mejor que aquí, lo que pasa que sales del trabajo muy tarde y apenas da tiempo a disfrutar del 'terraceo' tan típico o de esa forma de existencia tan mediterránea”, recalca Burón. “Como dice la canción, 'no estoy ni dentro, no estoy ni fuera', es es el síndrome del emigrado, que siempre estamos viviendo en tierra de nadie, añorando una cosa que a lo mejor está ahí pero que ni siquiera existe o que ya ha desaparecido. Cuando regreso no es lo que pensaba que era, y cuando vuelvo a Aberdeen, tampoco. Así todo”, sentencia.

¿Escoceses bailando salsa?

En los últimos años, ha habido una gran explosión cultural dentro de la música tradicional hispana que ha provocado que se extienda a otros lugares. Una prueba de ello es el fenómeno Rosalía, como ejemplo perfecto de esa penetración cultural del cante jondo en la escena anglosajona. Cuando le preguntamos a Innes si cree que, tal y como ha ocurrido a lo largo de las décadas con la música británica en la música de masas española, puede producirse un trasvase cultural a la inversa, él admite que “puede ser, pero el mayor problema es el lenguaje”.

La música española reúne lo que les falta a los escoceses, a lo que nosotros estamos acostumbrados: el sol, el calor o las vacaciones

“Los británicos estamos muy poco familiarizados con el español, y tal vez eso sea el impedimento clave en caso de que surja una escena con influencias de la música tradicional de España”, sopesa. “Creo que la música española tiene un halo espiritual muy puro, es muy pasional. Pero aquí el reguetón es el género que más se lleva, tanto es así que se asocia directamente a la música española, aunque sea latino”, recordando la época en la que el 'Despacito' “sonaba en todas las calles de Aberdeen”.

En este sentido, Burón apunta a que el local de fiesta de más éxito en la ciudad escocesa es uno que se llama 'Revolución de Cuba'. “Llevan bandas de salsa por la tarde y por la noche hay Djs que ponen reguetón. Les transmite buen rollo, calor, recuerdos de las vacaciones… es como que reúne lo que les falta, que no es más que sol y calor, algo que se agradece mucho y a lo que los españoles estamos acostumbrados”.

En una habitación de una ciudad gris y vetusta construida a base de granito, un joven descansa en una cama. A su derecha, hay un póster colgado de la Península Ibérica sobre el que hay escrito una palabra de sabor cómico y culpable: “Españistán”. Entre bares y tabernas escocesas, pedidos de Deliveroo y empresas de trabajo temporal, alterna sus estudios de inglés como cualquier foráneo que llega a las islas cargado de esperanzas pero inquieto respecto a su futuro. Cuando anochece, vienen amigos a cenar, abren una botella de vino y tocan la guitarra. Animados por el caldo y la fiesta, un grupo de españoles canta a los nativos:

Música Brexit Reino Unido Escocia Trabajo temporal Deliveroo Inglaterra Unión Europea Rosalía Boris Johnson Flamenco