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La música española mira al pasado: ¡la tradición ha muerto! ¡Viva la tradición!
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La música española mira al pasado: ¡la tradición ha muerto! ¡Viva la tradición!

Artistas como Lorena Álvarez, Le Parody, CRUHDA y Fernando Alfaro reinventan el folclore en sus nuevos discos

Foto: La asturiana Lorena Álvarez
La asturiana Lorena Álvarez

El presente está paralizado. Es lo que sostienen algunos críticos que, como Fredric Jameson, creen que la característica principal de nuestro tiempo es su incapacidad para producir novedades. Así, según el americano, y como podríamos concluir echando un vistazo a los últimos taquillazos de Hollywood (remakes y pastiches, películas plagadas de gestos nostálgicos): "los creadores solo pueden dirigirse ya al pasado recurriendo a la imitación de estilos muertos y a las voces almacenadas en el museo imaginario de la cultura".

Sin embargo, España siempre ha supuesto una anomalía dentro de la cultura europea —ahora global— y es precisamente una nueva forma de mirar hacia atrás —más tierna, honesta y valiente a la hora de enfrentar las zonas de sombra— la que está produciendo propuestas interesantes en disciplinas como la música o la literatura.

En un país con un pasado conflictivo como el nuestro, durante unos años de repliegue de las políticas globalistas, la identidad está más en disputa que nunca, y estas guerras culturales están influyendo en multitud de voces jóvenes que, consciente o inconscientemente, se proponen reorganizar su memoria y la de sus comunidades e indagar en sus orígenes. Cuentan, además, con una potente herramienta que actúa a modo de óptica a través de la que examinarlo todo (desde los cuidados hasta las cuestiones medioambientales): el feminismo, ya consolidado como proyecto político más vivo e importante de la contemporaneidad.

España, que siempre ha supuesto una anomalía en la cultura europea, es la que está produciendo propuestas interesantes en música y literatura

Si la generación anterior viajaba a Nueva York (ya no a Londres) para sentirse parte de una élite transnacional y se llegó a hablar de “literatura sin escenario” (novelas que podrían suceder en cualquier gran ciudad), ahora muchos creadores acuden a los altillos y sótanos de sus abuelos en busca de material con el que construir un presente que incorpore la tradición. Algo que también podría estar relacionado con el éxodo masivo de jóvenes con estudios superiores desde las zonas rurales (pero también desde las ciudades de tamaño mediano) hacia Madrid y Barcelona, un fenómeno demográfico que explica que haya quien, una vez instalado en una de las dos grandes metrópolis, quiera poner en valor lo que vivió durante su infancia y primera juventud. Nos encontramos ante un antídoto —ya era hora— contra ese cinismo del que participan, por ejemplo, cómicos que, más o menos afilados pero rozando el clasismo —de Moderna de Pueblo a Pantomima Full—, señalan la distancia entre una procedencia supuestamente rústica y las actitudes sofisticadas de quienes se mueven en ambientes creativos y cosmopolitas.

Diálogo entre tradición y modernidad

Hasta hace poco, la música chilena había sido el mejor ejemplo de este diálogo entre tradición y modernidad. A la sombra de Violeta Parra, musas como Javiera Mena han sabido manejar su herencia, mezclando, por ejemplo, cumbia con house. Algo parecido empieza a suceder en el norte de España. Habrá quien diga sin exactitud que se trata de “la morriña de siempre” pero propuestas como la de Baiuca van más allá. Este gallego, de nombre Alejandro Guillán, consiguió, desde la programación complementaria de los grandes festivales, convencer a multitudes que preferían quedarse bailando durante su sesión antes que acudir a ver los conciertos de las bandas más conocidas que se desarrollaban al mismo tiempo en los escenarios principales. Baiuca, en pocas palabras, pretende tender puentes entre el folklore gallego y la electrónica de vanguardia.

placeholder Le Parody (Carlota Figueras)
Le Parody (Carlota Figueras)


También desde latitudes septentrionales, en su caso desde San Antolín de Ibias, Asturias, Lorena Álvarez explora los sonidos típicos de su región –sones populares que acompañaron a la gente humilde durante los momentos más significativos de sus vidas— y los relaciona con una búsqueda más personal: “Creo que a lo común se llega desde dentro de una misma”. Su último disco 'Colección de canciones sencillas' sorprende, precisamente, por la complejidad que hay detrás de su aparente sencillez. Canciones como 'El bosque tenebroso de mi mente' o 'La Nube' demuestran que esta “rapaza de San Antolín” (cariñoso apelativo acuñado por Nacho Vegas) es capaz de escribir letras hondas, conmovedoras y llenas de piedad: hacia sí misma y hacia quienes la acompañan o han acompañado.

Hay quien ha definido las canciones de Paula Tweaker como “dark copla” y en ellas se distinguen las armonías de las marchas procesionales

CRUHDA se hizo llamar Paula Tweaker durante su etapa en formaciones más cerca del postpunk y vivió hasta los dieciocho años en Meco, una población perteneciente a la Comunidad de Madrid en medio de esos paisajes llanos y desolados de la Meseta que describió Sánchez Ferlosio en 'El Jarama'. “Parece Marte. No hay ni árboles”, nos dice Paula, que, después de una temporada en la capital, regresó a Meco para revisitar su imaginario. Así, su EP “Íbera Morte” lleva desde abril pasando de mano en mano (de Whatsapp en Whatsapp). CRUHDA compone una trama sonora para cuestiones complejas como la pérdida o el arraigo e indica que lo suyo es una “lírica de invocación” que “tiene que ver con la tierra, no con el Estado”. Hay quien ha definido sus canciones como “dark copla” y en ellas también se distinguen las oscuras armonías de las marchas procesionales.

placeholder CRUHDA
CRUHDA

Fernando Alfaro, junto a sus bandas Chucho y Surfin’ Bichos, fue durante algunos años el hombre más moderno de España. 'Magic' (1999) sirvió de himno para toda una generación que se propuso “beber la vida intensamente” (sobre aquella “noche sin fin” se expuso la obra del fotógrafo Diego Abad en Casa Filete, Madrid). Alfaro, antes de alcanzar el éxito, trabajó durante muchos años en la gasolinera propiedad de su familia en Albacete, algo que sirve de inspiración para uno de los personajes de 'Nocilla Dream', la importante novela de Agustín Fernández Mallo. Emblema, pues, de cierta manera de entender el arte, en 2018 se junta con Paco Loco y desempolva la armónica para revisar sus temas en clave folk, con un estilo que recuerda al Neil Young más acústico. 'Sangre en los surcos' arranca con 'Dominó', una canción en la que Alfaro, tan crudo como siempre, se sienta a jugar al dominó “con los amigos de su padre que dejó el mundo de los vivos”. También los mitos regresan al pueblo.

Aires del sur

"Tiene la noche huecos y estrellas / suelta sus potros de rabia y miel. / Colores tiene la madrugada / que con los ojos no se ven".

Así sonarían los androides si soñaran con poemas de García Lorca.

Y es que desde las coordenadas sentimentales del Sur (con una mirada que parte de Madrid y alcanza la otra orilla del Estrecho) llega el sorprendente trabajo de Le Parody, quizá el más importante de 2019. Una grabación autoeditada tanto por decisión de Sole, su autora y productora (capaz de rechazar ofertas: forma parte de un circuito movido por intereses muy distintos de los comerciales), como por despiste de las compañías (torpes al no proponer una oferta irrechazable).

'Porvenir' (que todavía se puede comprar en vinilo firmado desde Bandcamp) es un disco lleno de resonancias flamencas, orientales y africanas, pero también de sonidos tecnológicos y atmósferas de club: el andalucismo se electriza hasta mezclarse con el dubstep de Burial o el trabajo más avanzado de Coucou Chloe. En este tercer álbum, prometeico desde el título, cada canción parece proceder de un futuro híbrido, mestizo y trans. Como si Sole —muy comprometida políticamente, como demuestra en 'Europa'— hubiera compuesto con el 'Manifiesto Cyborg' de Donna Haraway en la mesilla de noche.

Precisamente desde un avión rumbo a Tenerife, Soledad Sánchez Parody matiza, ilumina (y contradice) algunos de los puntos tratados previamente:

“Yo no considero que esté recuperando el folclore, porque no creo que en ningún momento el folclore haya estado descontinuado o "perdido". Me parece que lo que hacemos Lorena Álvarez y yo, está muy alejado aunque puedan coincidir algunos elementos, las direcciones e intenciones y tonos de lo que cantamos son muy distintas. Fuera de los cánones musicales o de los grandes géneros ("indie", "folk", "electrónica") hay campos estéticos lo suficientemente amplios como para no tener que forzar comparaciones.”

“Lo que hago es usar elementos de mi propia sentimentalidad, que resulta que durante la mayor parte de mi vida ha estado inmersa en lo andaluz. Cuando empecé a publicar música venía de pasar un año en Estados Unidos y estaba fascinada por la cultura occidental a la que creía, como todo el mundo, que pertenecía al 100%. Quizá por empeñarme tanto en estar dentro de aquello, por esforzarme en asimilarme al mundo yanki, a la cultura anglo, me acabé dando cuenta de que muchas de las cosas que yo era y muchas realidades que me atravesaban no cabían ahí. Que a Estados Unidos o al norte de Europa yo puedo ir de visita, por el privilegio de haber nacido en la Unión Europea, pero que culturalmente están muy lejos de la manera de vivir y los valores en los que yo me he criado. Entonces empecé a tirar del hilo poco a poco, ayudándome mucho de la música, que es de lo que me sirvo yo para entenderme, y de ahí salió “Hondo” y luego “Porvenir”. Las raíces árabes siempre las he tenido presentes, creo que en Andalucía eso es algo que está, pero es como si no me hubiera dado cuenta de ellas hasta hace poco. Hay un esfuerzo anti-humano en Europa por borrar ese vínculo, ahí están las vallas y las fronteras y esa enorme fosa común que es el Mediterráneo... Pero las raíces no se pueden cortar, van a estar siempre ahí. Y a mí me parece que hay que mirarlas y tenerlas muy en cuenta.”

En fin, ya lo dijo Juan Ramón: “Raíces y alas, pero que las alas arraiguen y las raíces vuelen”.

El presente está paralizado. Es lo que sostienen algunos críticos que, como Fredric Jameson, creen que la característica principal de nuestro tiempo es su incapacidad para producir novedades. Así, según el americano, y como podríamos concluir echando un vistazo a los últimos taquillazos de Hollywood (remakes y pastiches, películas plagadas de gestos nostálgicos): "los creadores solo pueden dirigirse ya al pasado recurriendo a la imitación de estilos muertos y a las voces almacenadas en el museo imaginario de la cultura".

Federico García Lorca
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