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El día que 'El nombre de la rosa' se hizo real: tres libros envenenados en una biblioteca
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Ocurrió en la University of Southern Denmark

El día que 'El nombre de la rosa' se hizo real: tres libros envenenados en una biblioteca

Unos extraños libros antiguos iban a ser estudiados por unos expertos para descifrar su contenido, momento en el que descubrieron que estaban cubiertos de arsénico

Foto: El día que 'El nombre de la rosa' se hizo real: tres libros envenenados en una biblioteca. (EFE)
El día que 'El nombre de la rosa' se hizo real: tres libros envenenados en una biblioteca. (EFE)

En muchas ocasiones, la realidad supera a la ficción. Esto es precisamente lo que ocurrió en Dinamarca, cuando un grupo de expertos que se disponía a estudiar en profundidad una serie de escritos históricos descubrió algo que ni tan siquiera sospechaban: tres de esos volúmenes estaban envenenados. O dicho de otra manera: 'El nombre de la rosa' de Umberto Eco no estaba, ni mucho menos, alejado de lo que pudo pasar en aquella biblioteca.

El archiconocido libro de Eco narra la historia de Fray Guillermo de Baskerville y su discípulo Adso de Melk, quienes visitan una abadía situada en el norte de Italia con la misión de tratar de resolver una serie de asesinatos que se están produciendo en su interior. Nadie sabe lo que está pasando, hasta que ambos investigadores son capaces de descubrir que el nexo en común entre los fallecidos es que han leído recientemente la 'Poética' de Aristóteles.

Foto: Una biblioteca llena de libros. (Unsplash)

Después de varios días de investigación, los expertos descubren lo que en realidad está ocurriendo: las páginas de los libros están envenenadas y, cuando los lectores se llevan las manos a la cara, terminan falleciendo por culpa de esta sustancia tóxica. Sin duda, una de las novelas más importantes del siglo XX, pero también un fiel reflejo de la realidad. Al menos, eso es lo que descubrieron una serie de investigadores daneses de pura casualidad.

Sucedió en 2018 en la University of Southern Denmark, en la que unos expertos descubrieron algo extraño: en varios libros de temática histórica, de los siglos XVI y XVII, había encontrado retazos de manuscritos medievales en sus cubiertas. En aquella época, era habitual reciclar antiguos textos para encuadernar nuevos libros, pero la particularidad de estos es que contaban con antiguos pergaminos sobre la ley romana y la ley canónica, algo que decidieron estudiar.

Cuando los expertos se dispusieron a identificar los textos concretos para poder leer su contenido, se encontraron con algo imprevisto: una gruesa capa de pintura en su parte interior impedía poder leer los escritos al completo, pues este pigmento oscurecía la letra y la hacía ilegible a primera vista. Ocurría en tres tomos, que fueron llevados hasta el laboratorio para analizar en profundidad... momento en el que descubrieron la verdad: ese pigmento verde era arsénico.

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(Reuters)

"Intentábamos identificar los textos latinos usados en estos libros o, al menos, poder leer algo de su contenido. Fue entonces cuando descubrimos que era muy difícil hacerlo por la capa de pintura verde con la que contaban. El análisis reveló que la capa de pigmento era, en realidad, arsénico, una de las sustancias más peligrosas del mundo y cuya exposición puede provocar incluso la muerte", explican los investigadores Jacob Povl Holck y Kaare Lund Rasmussen a 'The Conversation'.

Estos tres tomos estaban firmados por Polidoro Virgilio, Jan Dubravius y Georg Major, y evidentemente fueron retirados de la biblioteca para evitar problemas mayores. El siguiente paso fue digitalizar los textos para evitar que se pierda su información y, de paso, que no vuelvan a ser manipulados. 'El nombre de la rosa' era más real de lo que se pensaba: una historia que, por fortuna, no llegó a tener consecuencias mortales tras descubrirlo, aunque por casualidad, a tiempo.

En muchas ocasiones, la realidad supera a la ficción. Esto es precisamente lo que ocurrió en Dinamarca, cuando un grupo de expertos que se disponía a estudiar en profundidad una serie de escritos históricos descubrió algo que ni tan siquiera sospechaban: tres de esos volúmenes estaban envenenados. O dicho de otra manera: 'El nombre de la rosa' de Umberto Eco no estaba, ni mucho menos, alejado de lo que pudo pasar en aquella biblioteca.

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