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Entroido prohibido y recuperado: origen y personajes del carnaval gallego que no murió
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Entroido prohibido y recuperado: origen y personajes del carnaval gallego que no murió

Más allá del carnaval de Cádiz o el de Tenerife, Galicia, y especialmente la provincia de Ourense, celebra algunos de los carnavales más tradicionales de España

Foto: Luns de Laza, uno de los días clave del Entroido gallego (EFE)
Luns de Laza, uno de los días clave del Entroido gallego (EFE)

"En atención a las circunstancias excepcionales por las que atraviesa el país, momentos que aconsejan un retraimiento en la exteriorización de las alegrías internas (...) este Gobierno General ha resuelto suspender en absoluto las fiestas de Carnaval". Corría el año 1937, España en plena guerra civil y el franquismo ya comenzaba a imponer alguna de sus directrices: estas palabras quedaba selladas en el BOE un 5 de febrero, sobre el nombre del gobernador de los sublevados Luis Valdés Cavanilles como firmante de la orden. Hasta la muerte del dictador Franco no hubo más Carnaval... a la vista, pero sí sobrevivió en algunas zonas rurales de Galicia (también en algunas áreas de Andalucía), donde se mantuvieron incluso en la dictadura figuras destacadas de estos días como los peliqueiros de Laza o las madamas de Vilaboa.

En 1977, España volvía a vestirse de color y sátira de lo que se había tratado de mantener en la clandestinidad bajo el nombre de 'fiestas invierno' y los Carnavales recuperaban la legalidad, aunque "no como los de antes". La democracia trajo consigo la normalización de nuevo de estas fiestas, aunque en Galicia los 40 años de represión franquista valieron para que algunos ritos y ciertas peculiaridades del Entroido desaparecieran. Ahora bien, como ya se ha intentado hacer durante los últimos años con el tradicional Samaín celta —en detrimento del Halloween yanqui—, los gallegos han trabajado mucho recientemente para recuperar algunas de esas tradiciones perdidas en el camino. En lugares como Meaño (Pontevedra) se han centrado en recuperar las tradiciones de hace siglo y medio, como ha ocurrido en otros tantos lugares de la comunidad autónoma, desde municipios ourensanos como A Veiga o Esgos, hasta otros coruñeses, como Melide o Samede. ¿Pero en qué se diferencia este de otros Carnavales, como los de Cádiz o Tenerife?

¿Por qué Entroido y no Carnaval?

Si bien se trata de dos términos que aluden a fiestas similares, aunque en diferentes áreas geográficas, y proceden del latín tienen orígenes etimológicos diferentes. La más extendida, Carnaval, procede del italiano 'carnevale' que, a su vez, es una suma de los elementos procedentes del latín 'carni' y 'levare', una manera corta de aludir a la eliminación de la carne de cara a la Cuaresma, es decir, los 40 días previos al Jueves Santo donde, según la religión católica, son días de guardar ayuno y de abstinencia. Por otro lado, el término Entroido (o Antroido, Introido, también en Galicia, o Antroxu, en Asturias) tienen un origen menos claro. Según el catedrático de Filosofía Marcelino Agís, la tesis más aceptada es que procede del latín 'introitus' que, una vez más, apunta a lo mismo que la anterior: la entrada en la Cuaresma, aunque en esta ocasión sin alusión directa a la carne.

placeholder Las máscaras de Buxán recorren las calles de la localidad ourensana de Viana do Bolo (EFE)
Las máscaras de Buxán recorren las calles de la localidad ourensana de Viana do Bolo (EFE)

¿Hay más de un Entroido?

Al igual que es recurrente escuchar que hay tantos idiomas gallegos como gallegos que lo hablan, cada entroido es diferente en función del lugar en el que se celebre. En total hay más de 175 municipios en toda la comunidad que han declarado como festivos en sus calendarios laborales o el lunes o el martes de Carnaval, o el miércoles de Ceniza (aquí puedes consultar el calendario laboral para 2020 de Galicia), lo que denota la importancia de esta fiesta en Galicia. Además, nueve de los Carnavales gallegos están declarados como Fiesta de Interés Turístico, todas ellas con sus personajes clave.

De felos y peliqueiros: personajes del Entroido

Cada maestrillo con su librillo y cada entroido con su personaje: aunque muchos de ellos puedan parecer iguales, no lo son; cada zona que tiene su propio carnaval también tiene una figura característica, todos ellos con un papel concreto. Estos son los más reconocidos:

  • Pantallas, de Xinzo de Limia: llevan la cara cubierta con la 'pantalla', de donde reciben su nombre; se trata de una máscara hecha de pasta de papel y con un diseño que parece un personaje algo diabólico. Suelen llevar camisa y calzones blancos, polainas y zapatos negros, una faja de color rojo con pequeños cencerros colgando y una capa. En las manos llevan unos globos fabricados con vejigas de animales, que golpean entre sí y hacen el ruido característico del entroido de Xinzo. Las pantallas no desfilan: tal y como señalan desde la Xunta de Galicia, las pantallas "toman las calles y mantienen el orden" durante estas fiestas para que todo el mundo haga lo que hay que hacer en carnaval, disfrazarse. Si pillan a una mujer sin disfrazar, las pantallas bailan a su alrededor; si es un hombre al que encuentran, lo persiguen y lo llevan en brazos hasta el bar más cercano para que invite a una ronda de vinos.
  • Cigarróns, de Verín: con un origen también incierto —se dice que fue un impopular recaudador de impuestos, y también un vigilante de la ortodoxia eclesiástica—, se trata del personaje que manda en las calles de Verín durante estos días. A su máscara característica le acompaña un traje de camisa blanca, corbata roja y una chaqueta corta de seda con galones y ornamentos dorados. Sobre los hombros, un paño de colores, y a la cintura, una faja bajo el cinturón de cuero sobre el que cuelgan las 'chocas' (cencerros), de más peso que los de las pantallas. Bajo el calzón, blanco, unas medias del mismo color y en la mano, una zamarra del que pende un pellejo de piel. No es fácil se cigarrón: el traje pesa unos 25 kilos.
  • Peliqueiros, de Laza: junto con los dos anteriores forman el 'triángulo del carnaval' ourensano. Similar al cigarrón de Verín, el peliqueiro es un personaje al que no se le puede tocar, ni manchar, pero sí se le puede insultar. Su traje está compuesto, además de por la característica máscara, por una camisa blanca, corbata y chaquetilla cortacon flecos dorados. Igual que el cigarrón también lleva su propio pañuelo sobre los hombros y una faja de color rojo sobre el pantalón. Las medias, de color blanco, cierran el traje al que siempre acompaña el látigo, conocido como zamarra.
  • Felos, de Maceda: otros muy similares a los anteriores, suelen llevar en la máscara el dibujo de un ave rapaz o de algún animal de la zona de la sierra de San Mamede. Camisa blanca, corbata, chaquetilla, faja y cinturón, sin olvidar sus propias 'chocas', las medias del felo son de color negro, y bajo las botas se le suman unos calcetines blancos de lana. Al contrario que los peliqueiros, los felos no llevan látigo, pero sí bastón.

¿Tienen todos la misma fecha?

Aunque los días de Carnaval o Entroido los dicta el calendario laboral en función de la Semana Santa, no en todos los municipios se celebra durante el mismo tiempo, ni tampoco durante todos el día grande coincide. En algunas localidades el día grande es el domingo de Carnaval, pero en muchas otras prefieren celebrar por todo lo alto el martes. Laza, por ejemplo, municipio que celebra uno de los carnavales más antiguos (y el más 'enxebre' —es decir, el más típico y tradicional—), tiene su día grande en el lunes, conocido como Luns Borralleiro, cuando la plaza central del municipio, la de la Picota, se llena de gente que juega lanzándose barro, harina y hasta hormigas.

"En atención a las circunstancias excepcionales por las que atraviesa el país, momentos que aconsejan un retraimiento en la exteriorización de las alegrías internas (...) este Gobierno General ha resuelto suspender en absoluto las fiestas de Carnaval". Corría el año 1937, España en plena guerra civil y el franquismo ya comenzaba a imponer alguna de sus directrices: estas palabras quedaba selladas en el BOE un 5 de febrero, sobre el nombre del gobernador de los sublevados Luis Valdés Cavanilles como firmante de la orden. Hasta la muerte del dictador Franco no hubo más Carnaval... a la vista, pero sí sobrevivió en algunas zonas rurales de Galicia (también en algunas áreas de Andalucía), donde se mantuvieron incluso en la dictadura figuras destacadas de estos días como los peliqueiros de Laza o las madamas de Vilaboa.

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