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Carlos Saura: "Vox está blanqueando el pasado"
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EN EL TEATRO INFANTA ISABEL DE MADRID

Carlos Saura: "Vox está blanqueando el pasado"

Carlos Saura dirige a Juan Echanove en la versión teatral de ‘La fiesta del chivo’ que se estrena en el Teatro Infanta Isabel de Madrid

Foto: Echanove y Saura en una foto promocional.
Echanove y Saura en una foto promocional.

El tándem Carlos Saura-Juan Echanove es mucho más que un superávit de talento artístico, es una bomba de relojería que al alinear veteranía, experiencia y conocimiento activa la espita que aviva el ego, ese ego que reside en el alma de todo ser humano, ese ego que en el mismo instante en el que se azuza necesita de mucha templanza para evitar que estalle la munición. Entre tanto intelecto hay que caminar con pies de plomo, pisar despacio, escuchar y memorizar lo que brota de sus mentes. No son fáciles, no, pero quizá esa dificultad de carácter, esa vehemencia y esa clarividencia sean los responsables de sus éxitos. En el cine, uno; en el teatro, el otro. Alcanzada la excepcionalidad, ambos se aferran al más difícil todavía y estrenan el próximo 22 de noviembre 'La fiesta del chivo' en el Teatro Infanta Isabel de Madrid.

Natalio Grueso firma la adaptación de la novela de Mario Vargas Llosa que narra de manera magistral los últimos días del dictador. El escritor peruano teje una estructura en la que se entrelazan tres historias. Por un lado relata la vuelta a casa después de muchos años de Urania Cabral en 1992, la hija de uno de los hombres fuertes de Trujillo; por otro desvela el último día de vida de Trujillo y para rematar el círculo, narra la historia de los conspiradores y las causas que les llevaron a acabar con la vida del dictador. Grueso ha transformado las más de 500 páginas en una representación de hora y media en la que, al igual que en la novela, rezuma escenas poderosas. “Considero que están muy bien resuelto y muy bien elegidos los momentos duros” dice Saura. “La obra lleva una violencia implícita desde que se levanta el telón hasta que baja, añade Echanove.

placeholder Juan Echanove y Carlos Saura. (Efe)
Juan Echanove y Carlos Saura. (Efe)

Incombustible, el director aragonés, que repite en el teatro tras su experiencia con 'El coronel no tiene quien le escriba' junto a Imanol Arias, confiesa que para él dirigir sobre las tablas es absolutamente diferente al cine. "En teatro me dan un texto y trato de ponerlo en marcha de la mejor manera posible, ayudado siempre por la escenografía y la luz, pero tratando de dejar a los actores lo más libres posibles. No me gusta dar la tabarra a los actores. Juan tiene mucha experiencia teatral, de manera que esto ha sido una colaboración en todos los sentidos. Le estoy muy agradecido”, añade lanzando una sonrisa al actor mientras desvela que hubo quien a priori le puso en alerta. “Confieso que recibí a Juan con cierto recelo. Me habían dicho que era un hombre dificilísimo de manejar, que daría complicaciones… Creo que hemos llegado a una entente cordiale”.

“Eso le habían dicho”, interrumpe el actor. “En este país, si no dicen nada de ti, no eres nadie. Somos un país que necesita otorgar a sus ciudadanos una pequeña putadita. Tu eres duro, tu eres blando, tu eres listo tu eres tonto…”, continúa. Cierto es que en el mundo de la interpretación a muchos actores y actrices les precede la fama. “Yo en lo único que creo es en el trabajo y que cuando se levante el telón el espectador que ha pagado sus cerca de 30 euros no solamente le guste sino que se queda con ganas de volver, no solo a verme a mí sino que vuelva a ver a los demás”, añade Echanove.

Echanove: "Trujillo es más básico que el mecanismo de un sonajero. Trujillo era un asesino y los asesinos son muy básicos"

Con todo el arsenal de personajes que lleva en la mochila, Trujillo no le impresiona nada a quien inmortalizó aquello del pedete lúcido, en ‘Turno de oficio’. “Si yo he interpretado a Michel(se refiere al protagonista de ‘Plataforma’, de Houellebecq) para mí Trujillo, lo siento, pero es un niño de guardería. Dentro de la galería de hombres ilustres que he tenido la ocasión de interpretar, me encuentro con personajes verdaderamente tremendos. Te aseguro una cosa, Trujillo es más básico que el mecanismo de un sonajero. Mark Rothko, mi último personaje antes de este trabajo, es la pesadilla de Trujillo. Ese sí que era un hombre complejo, Trujillo no. Trujillo era un asesino y los asesinos son muy básicos. Se levantan por la mañana y matan, no hay dialéctica entre el levantarse de un asesino y el acto de la ejecución. No la ha habido con Trujillo, no la ha habido con Franco, con Hitler, no la ha habido jamás con ningún dictador. Los dictadores se han creído salvadores de la patria y para ello han tenido que exterminar a medio pueblo”.

Para Echanove, la complejidad que tiene un personaje como Trujillo recala en alcanzar la naturalidad y la credibilidad. “Para conseguirlo hay que utilizar las palabras de Mario Vargas Llosa, uno de los autores que más cuida el lenguaje de todo el boom de la literatura latinoamericana. La orfebrería de su lenguaje lo sitúa en los más altos niveles”, defiende. “Yo aquí añadiría también a Natalio”, subraya Saura. “Sus textos son muy limpios y precisos, muy inteligentes”.

Saura: "He llegado a la conclusión de que el ser humano no tiene arreglo en cuanto a la violencia, a las guerras, al deseo de poder"

El estreno de ‘La fiesta del Chivo’ llega en un momento muy oportuno, después de que en las pasadas elecciones la ultraderecha se hiciera con 52 escaños en el Congreso. Ambos, actor y director, coinciden. Es el momento de estrenar una obra como ésta. “No me gusta que mi país retroceda sobre sus propios pasos”, afirma tajante Echanove.

“Yo creo que la historia se repite muchas veces. He llegado a la conclusión de que el ser humano no tiene arreglo en cuanto a la violencia, a las guerras, al deseo de poder”, añade Saura. “Vox ya está blanqueando el pasado, es una constante histórica en este país. Los extremismos son muy peligrosos". Por su parte, Echanove teme y desdeña el germen que empieza a latir en el país, se siente muy cerca del diagnóstico quirúrgico de Saura. “Así somos, así seremos y agarraros que vienen curvas”, advierte. “Si hay algo que nos gusta como españoles es pensar que daríamos un brazo por ver el sufrimiento del contrario. Cuando realmente lo que define, a mi modo de ver, un país democrático es la capacidad de ponerse en lugar de otro”.

-. Está hablando de empatía.

-. “Sí. Un país no democrático es aquel que no es capaz de generar empatía entre sus ciudadanos. Nuestro país está perdiendo la capacidad de empatizar y a partir de ahí cuidado, porque ya no son decisiones políticas. Si no hay empatía, esto no tiene solución”.

placeholder Juan Echanove en el papel de Trujillo. (Sergio Parra)
Juan Echanove en el papel de Trujillo. (Sergio Parra)

Pese a considerarlo "un refugio maravilloso", Carlos Saura pretende seguir detrás de la cámara. “Para mí el cine es el arte total”. Quizá por eso, Echanove admite que tiene una cuenta pendiente con Saura. “Necesito ser dirigido en cine por Carlos. La técnica del cine es muy distinta del teatro, yo que le veo trabajar todos los días pienso: ‘dios mío ruédalo’”.

“Es que deberíamos rodar la obra de teatro, sería una maravilla. Lo más agradecido es trabajar con los actores, pero los actores cuanto mayor profesionalidad, más frágiles son. Hay que tener mucho cuidado, tratarlos con mimo, con cariño, a veces te reclaman que ejerzas de padre”. Juan Echanove insiste. “Nuestra relación es insatisfactoria en el cine porque no pudimos llevar a cabo un proyecto. Ayer mismo le enseñé a mi mujer el guion de ‘El cerdo’ que escribió Carlos, yo lo guardé, ha soportado dos mudanzas generales de mi vida. Igual algún día”. No pierden la esperanza ninguno de los dos.

El tándem Carlos Saura-Juan Echanove es mucho más que un superávit de talento artístico, es una bomba de relojería que al alinear veteranía, experiencia y conocimiento activa la espita que aviva el ego, ese ego que reside en el alma de todo ser humano, ese ego que en el mismo instante en el que se azuza necesita de mucha templanza para evitar que estalle la munición. Entre tanto intelecto hay que caminar con pies de plomo, pisar despacio, escuchar y memorizar lo que brota de sus mentes. No son fáciles, no, pero quizá esa dificultad de carácter, esa vehemencia y esa clarividencia sean los responsables de sus éxitos. En el cine, uno; en el teatro, el otro. Alcanzada la excepcionalidad, ambos se aferran al más difícil todavía y estrenan el próximo 22 de noviembre 'La fiesta del chivo' en el Teatro Infanta Isabel de Madrid.