"Hay que reivindicar a las folclóricas; Rocío Jurado es nuestra Madonna"

Fue pintora decorativa antes que cantante, y la crisis inmobiliaria y su amigo Jota de Los Planetas la empujaron a la música. Ana Fernández-Villaverde se transformó en La Bien Querida para que la quisieran bien y en 2009 sacó su primer disco, 'Romancero', elegido por 'Rockdelux' como mejor álbum del año. "La Bien Querida es, con su voz entre aniñada y sedada y esa extraña habilidad para retratar lo cotidiano, uno de los grandes diamantes ocultos del nuevo indie nacional", la describieron.

Diez años más tarde ha cambiado aquello de diamante oculto por referente indiscutible del pop rock nacional de sello independiente, siempre fiel a Elefant Records, casa de la que es buque enseña junto a La Casa Azul y Soleá Morente. Y este sábado presenta en directo en Joy Eslava 'Brujería', su sexto disco, un libro de conjuros musical en el que canta al "amor del bueno" con un sonido envolvente, misterioso, con arranques electrónicos, 'riffs' del Far West y bases ochenteras.

PREGUNTA. ¿Quién canta al amor hoy en día, cuando prima el descreimiento y nadie quiere decir "te quiero"? Pero el estribillo de uno de tus temas es "te quiero, te quiero, te quiero". Así de directo.

RESPUESTA. A mí me gusta la canción tradicional: las canciones que hacía Manuel Alejandro para Rocío Jurado y Julio Iglesias. Son temas sencillos, de corte popular, sin metáforas, con letras que todo el mundo comprende. Yo creo que son las que más llegan y las más difíciles de hacer. Es muy fácil irse por las ramas y jugar con lo que significan, pero expresar con pocas palabras lo que realmente quieres decir es muy difícil. Por eso Manuel Alejandro es el máximo para mí.

Hoy en día, además, hablar de amor está mal visto. Hay una corriente feminista muy bestia —el feminismo me parece necesario y yo soy feminista— que cree que el amor romántico es el amor malo, que es negativo para la mujer. Pero yo no hablo del amor tóxico, yo hablo del amor romántico bueno, y también tiene que haber gente que le cante al amor, al amor del bueno. Y creo que es importante, porque yo también estoy haciendo mi labor social: me escriben muchísimas personas al Facebook y recibo muchos mensajes privados que me cuentan que con mis canciones se han enamorado y les han servido para decir cosas que no se atreven.

P. Desde hace años está habiendo un resurgir de figuras como la de Rocío Jurado, Raphael o Julio Iglesias. Han pasado de ser rancios a ser, en cierta manera, 'cool'. ¿Hay que reconocer más su influencia en la cultura pop?

R. Por fin se está empezando a reivindicar ese tipo de música, como la de las folclóricas, que son referencia absoluta. Rocío Jurado, me parece nuestra Madonna. Esa mujer increíble. Es necesario reivindicarla y tenemos que sentirnos orgullosos por ese portento de mujer.

P. En 'Brujería' hay temas de pista de baile, como 'Me envenenas', y lentos, como 'Miedo', pero todos envueltos en un "muro de sonido" nuevo. ¿De dónde sale este cambio?

R. He cambiado de productor. este disco ha coincidido con la separación de mi antigua pareja, David Rodríguez [de La estrella de David], que me había hecho las producciones de los discos anteriores. Busqué otro productor, que ha sido [Carlos] René, de Axolotes Mexicanos, que están en Elefant, mi sello discográfico. A mí me gusta que cada canción tenga una entidad propia, y eso se lo enfaticé a René. Y él ha conseguido que por un lado se diferencien y por otro se note que pertenecen al mismo disco. Aun así yo tengo un criterio y no dejo que el productor haga lo que quiera. Le he guiado, y lo ha hecho muy bien, pero siguiendo el criterio que le he marcado.

P. Éste es un disco conceptual en torno a la magia. Y empieza con un hechizo. En la portada un gato negro y una vela. ¿Por qué un álbum a partir de la brujería?

R. Hay un ensayo de Alan Moore que se llama ‘Ángeles fósiles’ que dice que las palabras, que escribir, es algo así como un acto mágico de invocación. Cualquier manifestación artística, incluso cualquier pensamiento, son como microhechizos que lanzas al universo. Por eso hay que pensar en positivo, porque creamos energías. Al final, las canciones son microhechizos que lanzamos. De ahí se me ocurrió unir todos estos conceptos y después de cada canción crear un hechizo. Mario Riviere, que hace las portadas de los libros de La Felguera y es experto en esoterismo, ha sido el diseñador que me ha ayudado a elaborar todo el arte visual.

Lo difícil ahora es mantenerse, porque en los medios de comunicación prima mucho la novedad.

P. Colaboras con Jota de los Planetas, el videoclip de 'Me envenenas' lo dirige Carlos Vermut. ¿Es siempre mejor trabajar con amigos?

R. Siempre es agradable hacer cosas con amigos. Quizá me haya dejado llevar por la moda del momento, que es hacer colaboraciones. Pero también me apetecía para no aburrirme de mí misma y, cuando escuchas el disco de arriba a abajo, oír otra voz. Por eso pensé en Jota [Planetas], que es amigo mío de toda la vida, y en Diego [Carolina Durante], al que también conozco de hace mucho.

P. Este sábado presentas el disco en directo. Disco nuevo, sonido nuevo, imagen nueva. ¿Da miedo enfrentarse al público después de un cambio así?

R. Siempre te da miedo defraudar a toda la gente que te sigue. Defraudar a las 950 personas que se han comprado la entrada antes de que sacase el disco [los conciertos de Madrid y Barcelona han vendido todas las entradas], sólo escuchando una canción. Me pongo súper nerviosa, pero vamos, como todo el mundo. Lo que sí te puedo decir es que soy libre, hago lo que me da la gana. Después de Madrid y Barcelona voy a empezar una gira en enero. Lo hago sobre todo por mis músicos, porque hemos ensayado muchísimo y a ellos les apetece salir a tocar.

P. Con un espacio musical copado por estrellas como Rosalía o C. Tangana, ¿cómo encuentra un artista independiente un hueco?

R. Lo difícil ahora es mantenerse, porque en los medios de comunicación prima mucho la novedad. A los grupos nuevos, en el momento en el que despuntan un poco, los medios les llaman para entrevistas o para hacer portadas. Si es que nos pasa a todos, que queremos ver cosas nuevas. Pero sacas un disco y otro y cuesta que te sigan haciendo caso. Yo nunca he sido muy ambiciosa: quiero mantener el público e ir creciendo poquito a poco. Quiero seguir trabajando de esto y mantener mi público, no pido más.

He sacado toda mi discografía, desde que empecé hace diez años, con el mismo sello, Elefant, que es un sello independiente. Prefiero ser cabeza de ratón que cola de león. Nunca me he atrevido a dar el salto a una multinacional. Pero casi es mejor estar en un sello independiente que en una multinacional, porque casi te lo tienes que pagar tu todo. Cuando yo llegué a la música hace diez años la crisis de la industria ya estaba. Ya no se vivía de la venta de discos vendidos, se vivía del directo. Así que yo nunca he vivido los años dorados. Ahora hay que tocar para poder vivir.

R. Es cuestión del cambio generacional: el trap le llega a gente muy joven. También hacía falta, porque hacía tiempo que no entraba un movimiento así, tan a lo bestia. Pero sigue habiendo público para todo. Mi público es muy variopinto. Tengo público de todos los partidos políticos. Cada uno, sin hacer daño a nadie, intentamos hacer lo que buenamente podemos.

P. ¿No es difícil tener público de todos los partidos políticos cuando muchas veces se le presupone al artista un compromiso o posicionamiento político? Porque luego, a veces pasa como en el caso de Russian Red, que se posiciona y le llueven críticas.

R. Ella no dijo que fuese de derechas. Lo sacaron todo de contexto. Me pareció horrible lo que le hicieron. Por parte de Nacho Vegas me pareció feísimo. Yo creo que hay personas a las que les puedes pedir una definición política, pero hay otras personas a las que les gusta ir por libre. Yo siempre he ido por libre.