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El último viaje de Ötzi: envenenado y herido de muerte en plena escalada a los Alpes
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SEGÚN UN ESTUDIO PUBLICADO EN 'PLOS ONE'

El último viaje de Ötzi: envenenado y herido de muerte en plena escalada a los Alpes

La momia de este hombre de la Edad del Cobre, que falleció aproximadamente en el año 3.255 a.C., sigue ofreciendo respuestas a la ciencia sobre cuál fue su modo de vida

Foto: Representación de Ötzi, el guerrero de los Alpes. (Festival Films)
Representación de Ötzi, el guerrero de los Alpes. (Festival Films)

El 19 de septiembre de 1991, el matrimonio formado por los alpinistas alemanes Helmut y Erika Simon encontraban un cadáver en los Alpes de Ötztal, en la frontera de Austria e Italia. Asustados, llamaron a las autoridades para que investigarán qué había sucedido, pero lo que no sabían es que acababan de encontrar oro: se trataba de la momia humana natural más antigua de Europa, fallecido sobre el 3.255 a.C. Casi 30 años después, sigue ofreciendo claves de la Edad del Cobre.

Llamada cariñosamente Ötzi -por su lugar de descubrimiento-, desde hace 27 años, esta momia ha sido expuesta a toda una batería de estudios para tratar de saber todo lo posible sobre él. Ahora, el último trabajo que se ha llevado está enfocado, ni más ni menos, que a saber exactamente cuál fue el último viaje que hizo antes de morir. Tratar de conocer de dónde partió hasta acabar su camino es el hilo conductor de la última investigación publicada en la revistas PLOS ONE.

Hace meses, un estudio realizado por Frand Maixner, principal responsable de un estudio publicado en 'Current Biology', servía para explicar cuál fue la última comida de Ötzi. Ahora, aprovechando las hierbas encontradas dentro de su estómago y de su intestino, más otras que llevaba consigo, un equipo de expertos ha conseguido recrear de dónde partió antes de morir y todo apunta a que su último viaje comenzó en el Val Venosta, un valle situado en la parte superior del río Adigio, en Italia.

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Tras encontrar la momia, los expertos descubrieron la importancia de lo que tenían delante: haber muerto en Los Alpes provocó que quedara enterrado bajo la nieve durante miles de años, lo que permitió que el estado de conservación del cuerpo fuera realmente bueno. Eso permitió que se descubriera que fue asesinado, tras recibir el impacto de una flecha en su hombro izquierdo que le provocó la muerte. Y también hallar las 75 especies diferentes de plantas que portaba consigo.

placeholder Científicos trabajando sobre el cuerpo de Ötzi. (EFE)
Científicos trabajando sobre el cuerpo de Ötzi. (EFE)

En algunos casos, las había consumido y, en otros, las llevaba junto a él, bien por ser valiosas para otros menesteres o para tomárselas a lo largo de su viaje en caso de necesitarlo. Incluso se cree que algunas de las plantas encontradas en sus vísceras no fueron ingeridas por él, sino que pudieron haber sido digeridas previamente por íbices, cabras o ciervos, animales de los que tenía restos en su estómago, siendo un festín de carne su última comida antes de perder la vida a 3.210 metros de altura.

Pero lo más importante es de dónde son esas plantas. Los granos de polen encontrados en su estómago confirman que provienen de una altura de unos 1.000 metros y que fueron ingeridos unas 36 horas antes de morir, por lo que se confirmaría que Ötzi estaba ascendiendo la cadena montañosa. Echando un vistazo al contenido de sus vísceras, se han encontrado importantes restos de Anomodon viticulosus, Hymenostylium recurviostre, Neckera complanata, Sphagnum affine y Sphagnum teres.

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Ötzi estaba ascendiendo

¿Qué significan? Sencillo: el hábitat más natural de estas plantas está situado a una altura de unos 600 metros en el mismo lado del Val Venosta. Si a eso se le suma que se ha encontrado una serie de musgos de la misma altitud en el exterior de su cuerpo, cerca de las heridas provocadas por la flecha, y otra serie de helechos venenosos dentro de su cuerpo, la reconstrucción de lo que pudo pasar en esas últimas horas puede ser más sencilla de lo que pueda parecer.

Así, Ötzi habría intentado cruzar la cadena montañosa, motivo por el que iba cargado de plantas que pudieran hacerle falta. La carne sería lo de menos, pues su capacidad para cazar le daría el alimento necesario. En un momento determinado, pudo sufrir un problema intestinal por la carne ingerida, pues disfrutó de un alto contenido en grasa animal para hacer frente al extremo frío con el que se encontró en Los Alpes, lo que le pudo crear una intoxicación.

Para minimizar el dolor, pudo tomar ese helecho venenoso, con la creencia de que podría calmar sus problemas. Débil y a mucha altura, pudo ser atacado por otro clan rival, aunque consiguió huir o acabar con ellos, eso sí, malherido. Habría aplicado en su cuerpo una serie de emplastes hechos con otras plantas, pero fueron insuficientes para cortar la hemorragia, perdiendo la vida horas más tarde y quedando enterrado para siempre bajo el hielo de Los Alpes.

El 19 de septiembre de 1991, el matrimonio formado por los alpinistas alemanes Helmut y Erika Simon encontraban un cadáver en los Alpes de Ötztal, en la frontera de Austria e Italia. Asustados, llamaron a las autoridades para que investigarán qué había sucedido, pero lo que no sabían es que acababan de encontrar oro: se trataba de la momia humana natural más antigua de Europa, fallecido sobre el 3.255 a.C. Casi 30 años después, sigue ofreciendo claves de la Edad del Cobre.