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Encuentran dos cadáveres de la época de los Tudor en la Torre de Londres
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SE TRATAN DE UNA MUJER Y UN NIÑO

Encuentran dos cadáveres de la época de los Tudor en la Torre de Londres

Durante una rutinarias obras para renovar una de las zonas, los expertos se encontraron con unos restos humanos de hace cinco siglos en su interior

Foto: Encuentran dos cadáveres de la época de los Tudor en la Torre de Londres. (Historic Royal Palaces)
Encuentran dos cadáveres de la época de los Tudor en la Torre de Londres. (Historic Royal Palaces)

A mediados del pasado año, 2018, los expertos decidieron llevar a cabo una serie de reparaciones en la Torre de Londres. La idea no era otra más que hacer más accesible la entrada de la capilla de San Pedro ad Víncula, para lo que se inició una pequeña excavación arqueológica protocolaria para saber qué tipo de reparación podían llevar a cabo. Lo que nadie podía imaginar era el descubrimiento que se iba a llevar a cabo de manera casual.

Cuando comenzaron a levantar el suelo, descubrieron que debajo de las losas había algo que no tenían contemplado: bajo un espesor de 22 centímetros, hallaron un espacio que desconocían que se encontrara allí. Tras echar un simple vistazo a la documentación antigua, pronto entendieron que estaban ante algo histórico: se trataba de la capilla perdida de Eduardo I, desaparecida tras quemarse en 1513. Y, allí, dos cadáveres completamente inesperados.

Foto: El foso de la Torre de Londres, iluminado con miles de velas (Reuters/Henry Nicholls)

Ahora, después de los pertinentes análisis, se han hecho públicos los resultados: se trata del cadáver de una mujer y de un niño, ambos pertenecientes a la época de los Tudor, y que habrían fallecido entre 1450 y 1550. Todo apunta a que se trata del enterramiento de dos personas, muy posiblemente familiares directos, que trabajaron dentro de la Torre, lo que serviría para confirmar que allí no solo se enterró a las personas que fueron condenadas a prisión.

La Torre de Londres ganó su popularidad por ser una de las cárceles medievales más conocidas del mundo, donde grandes personalidades fueron encerradas como Enrique VI. Pero, a lo largo de los años, también tuvo otra serie de usos, utilizándose como depósito de documentos o como centro de exposiciones delas joyas de la Corona, entre otras cosas. Pero ambos cuerpos han confirmado que este mítico edificio no solo albergó el enterramiento de prisioneros.

Según Alfred Hawkins, conservador de los Palacios Reales Históricos, la mujer tenía entre 35 y 45 años cuando falleció, mientras que el niño tenía 7. Ella fue enterrada en un ataúd, mientras que el pequeño fue envuelto en una manta a su lado, ambos acostados boca arriba y con los pies hacia el este, como era típico de los enterramientos de los Tudor. Ambos tenían claros síntomas de desnutrición, habituales de la vida dura época en la que vivieron.

"Ambos esqueletos muestran signos de enfermedad y el adulto muestra signos de dolor de espalda crónico. Su crecimiento no muestra una vida cómoda, sino una vida típica de la época en que vivieron", escribió Hawkins en un blog de los Palacios Reales Históricos. "Esta fortaleza ha sido ocupada durante casi 1000 años, pero debemos recordar que no solo es un Palacio, Fortaleza y Prisión, sino que también ha sido el hogar de aquellos que trabajaban dentro de sus murallas", indica.

Sin embargo, no son los dos únicos cadáveres que se han encontrado en la Torre de Londres durante los trabajos previos a las obras del edificio. Hace unos años, también se encontraron unos extraños huesos a escasos metros de donde se hallaron los de esta mujer y el niño: tras los análisis, los expertos llegaron a la conclusión de que se trataba de los restos de un perro. Ahora, se confirma que el mítico edificio no solo fue una tumba para los traidores.

A mediados del pasado año, 2018, los expertos decidieron llevar a cabo una serie de reparaciones en la Torre de Londres. La idea no era otra más que hacer más accesible la entrada de la capilla de San Pedro ad Víncula, para lo que se inició una pequeña excavación arqueológica protocolaria para saber qué tipo de reparación podían llevar a cabo. Lo que nadie podía imaginar era el descubrimiento que se iba a llevar a cabo de manera casual.

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