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La ópera, ese género desconocido
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DÍA DE LA ÓPERA

La ópera, ese género desconocido

El 25 de octubre se celebra el primer Día Mundial de la Ópera; cantantes, dramaturgos y periodistas cuentan a El Confidencial cómo fue su primer encuentro con el mundo de la lírica

Foto: Una representación de 'Aida' en Guiza, Egipto. (EFE)
Una representación de 'Aida' en Guiza, Egipto. (EFE)

"La reacción de la gente la primera vez que ve una ópera es espectacular, o les encanta o les horroriza. Si les encanta, es para siempre. Si no pueden aprender a apreciarla, nunca les niega el corazón". Richard Gere tenía toda la razón. No hace falta ser un erudito musical para dejarse seducir por la ópera. Y si no que se lo pregunten a Julia Roberts a quien, por lo visto en ‘Pretty Woman’, "la ópera le embriagaba". ¿O era otra cosa? Llegar a la ópera no resulta un camino fácil. El primer prejuicio que se debe derribar es la idea de que el aficionado debe ser un erudito en el mundo de la música. No es así. Para acabar con los tópicos, el universo de la lírica celebra este 25 de octubre su primer Día Mundial de la Ópera; se trata de una iniciativa de las tres principales asociaciones de ópera del mundo (Ópera América, Ópera Latinoamérica y Ópera Europa) que han resuelto fundir sus fuerzas para recalcar la transcendencia y la importancia que este género tiene en la sociedad.

La fecha no es baladí pues coincide con los cumpleaños de los compositores Georges Bizet y Johann Strauss II. "Es la primera vez que se celebra y queremos consolidarlo en el futuro como un día de crecimiento en el ámbito de la ópera", confiesa Ignacio García-Belenguer, director general del Teatro Real, al tiempo que desvela que la UNESCO "ya ha aceptado la fecha y se encuentra en trámites para la declaración oficial".

Este día pretende llevar la ópera a nuevos públicos hasta ahora calificados como ajenos

Cierto es que ni Bizet ni Johann Strauss II son los Cervantes y Shakespeare del Día del Libro, probablemente en la cabeza de los aficionados a la ópera pululen las fechas de los aniversarios de otros grandes genios compositores. Sea como fuere, lo suyo es quedarse con la parte positiva de la decisión internacional que, además, lo que pretende es llevar la ópera a nuevos públicos hasta ahora calificados como ajenos.

La relación de Rubén Amón con la ópera

A venerar la ópera se puede llegar por diferentes caminos. Y el que lo ponga en duda que se lo pregunte al tenor José Manuel Zapata. El cantante granadino confiesa que su primer encuentro con la ópera fue gracias al "denostado por el talibanismo clásico" concierto de los ‘tres tenores’. “Y mi primera ópera escuchada en vivo y cantada, como miembro del coro de Valencia, fue la ‘Turandot’ que programó el Teatro Real en su primera temporada”, matiza el cantante, que se ha subido a las tablas de los grandes teatros del mundo.

placeholder Los 'tres tenores', en una imagen de archivo.
Los 'tres tenores', en una imagen de archivo.

La primera cita con la ópera de Carlos Álvarez resultó bastante más formal que la de su colega. El barítono malagueño tenía12 años cuando siendo parte de la Escolanía de Miraflores de los Ángeles, un barrio obrero de casi nueva construcción, dio sus primeros pasos entre las tablas en el Teatro Cervantes (1978) de la mano del elenco de ‘Tosca’. "Admiraba la impresionante cicatriz falsa que recubría el rostro de Scarpia, rol que debuté 36 años después en Génova. Pero lo que de verdad me marcó fue mi debut en 1989 con ‘La Traviata’. Entonces yo era un joven estudiante de Medicina y Canto, gracias a aquella invitación de Luis Iturri supe que mi vida profesional no estaba destinada a convivir entre bisturís sino entre batutas".

A la ópera se puede llegar por casualidad como fue el caso de Pilar Tabares, la periodista era azafata de ‘La guaga’ de Torrebruno cuando otra gran Pilar, Pilar Miró, la metió como figurante en la ‘Aida’ del Teatro Real. “En ese mismo instante me atrapó el género y nunca más pude abandonarlo”, asegura. Pero también se llega por sensibilidad y afición como ese el caso del dramaturgo Pedro Víllora que hasta que no abandonó su pueblo no tuvo ocasión de ir a la ópera. “Comencé a ver ópera en 1987, en el Teatro de la Zarzuela. No recuerdo si la primera fue ‘Mefistófeles’ o ‘Wozzeck’, pero sé que de la primera me asombraron las voces y de la segunda el argumento. Me enganché enseguida al género y me aficioné no solo a las óperas contemporáneas que en los noventa se hicieron en la Sala Olimpia (no me perdía ninguna) como a los Mozart del Teatro Albéniz. Lo clásico y lo contemporáneo me parecieron necesidades espirituales y artísticas que jamás he abandonado”, confiesa el autor de ‘Mundo Dante’ obra que se representa todos los jueves de octubre y noviembre en la sala Off Latina.

placeholder Marcelo Puente, junto a la soprano italiana María Agresta, durante el ensayo de 'Don Carlo', de Verdi. (EFE)
Marcelo Puente, junto a la soprano italiana María Agresta, durante el ensayo de 'Don Carlo', de Verdi. (EFE)

Otro dramaturgo de peso, Ignacio Amestoy, desvela que su romance con la ópera arrancó allá por la década de los años setenta. "Fue gracias al ciclo de la ABAO de Bilbao, en el Teatro Coloseo Albia. La primera ópera que vi en mi vida fue ‘Madama Butterfly’. Yo era un amante del teatro y aquel día, al acabar la función me dije: ‘Cuánto tenemos que aprender de la ópera’. A finales de los ochenta volví a ver ‘Butterfly’, esta vez junto a Nuria Espert en el Covent Garden, fue su primer montaje operístico. De nuevo volví a sentir lo mismo: ‘Cuánto tenemos que aprender".

Amestoy: "La primera ópera que vi en mi vida fue ‘Madama Butterfly"

El periodista y escritor Javier Rioyo llegó un día a Pésaro, casi por casualidad y allí dio sus primeros pasos líricos. "Confieso que andaba dando vueltas italianas, más culinarias que operísticas. Allí nació Rossini, allí hay una joya de teatro de la ópera. Una amiga aficionada me dijo que me había tocado la lotería. Pude ver a Joan Sutherland haciendo el papel de Marie en ‘La hija del regimiento’ de Donizetti. Desde entonces estoy enganchado a esa maravilla extemporal llamada ópera. Pero quizá nunca cómo aquél día en Pésaro. No dejo, donde esté, de recordar aquella noche de gozo epifánico".

placeholder 'La flauta mágica', en el Teatro Real en 2016. (EFE)
'La flauta mágica', en el Teatro Real en 2016. (EFE)

Para muchos la ópera forma parte de su ADN, como es el caso de Emilio Sagi. El que fuera director artístico del Teatro Real desvela que su primer encuentro fue a los seis años en el Teatro Campoamor de Oviedo. “Fue apasionante, pues me pareció un gran espectáculo y eso que en esa época la parte teatral era muy limitada. Mi primera ópera fue ‘Norma’ de Bellini, quizá comenzar con bel canto marco mi trayectoria”.

En Oviedo también, Jesús Iglesias Noriega, responsable de Les Arts de Valencia, vivió muy joven su primera cita con la ópera. "Estudiaba piano y fue un amigo de mi madre el que me llevó por primera vez, tenía nueve años. Era una época donde solo había una representación por título y era casi imposible conseguir entradas. Su vecina de abono no podía ir a una función y él me consiguió esa entrada. Mi primera función fue ‘Madama Butterfly’. No recuerdo mucho de la obra, más allá de que el tenor rompió el agudo del dúo del final del acto primero. Pero está claro que debió producirme tal efecto que desde entonces buscaba entradas para cualquiera de las funciones, por complicado que fuera, hasta que un par de años más tarde, precisamente la misma vecina de abono de este amigo de la familia ya no pudo ir más y pude hacerme con ese abono. Hasta hoy".

placeholder La ópera wagneriana 'El holandés errante', del granadino Pablo Heras-Casado. (Javier del Real)
La ópera wagneriana 'El holandés errante', del granadino Pablo Heras-Casado. (Javier del Real)

Cualquier camino es bueno para admirar la belleza de la ópera, quizá el espectáculo más completo que existe. Para celebrar el primer Día Mundial de la Ópera, desde el Teatro Real animan a los aficionados y a las empresas que este 25 de octubre publiquen en redes sociales testimonios personales acerca de cómo fue su primera experiencia en la ópera, cuál es su ópera favorita y por qué la recomendaría. Para ello invitan a usar los 'hashtags' #DiaMundialDeLaOpera, #DescubreLaOpera, #WorldOperaDay y #LoveOpera.

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"La reacción de la gente la primera vez que ve una ópera es espectacular, o les encanta o les horroriza. Si les encanta, es para siempre. Si no pueden aprender a apreciarla, nunca les niega el corazón". Richard Gere tenía toda la razón. No hace falta ser un erudito musical para dejarse seducir por la ópera. Y si no que se lo pregunten a Julia Roberts a quien, por lo visto en ‘Pretty Woman’, "la ópera le embriagaba". ¿O era otra cosa? Llegar a la ópera no resulta un camino fácil. El primer prejuicio que se debe derribar es la idea de que el aficionado debe ser un erudito en el mundo de la música. No es así. Para acabar con los tópicos, el universo de la lírica celebra este 25 de octubre su primer Día Mundial de la Ópera; se trata de una iniciativa de las tres principales asociaciones de ópera del mundo (Ópera América, Ópera Latinoamérica y Ópera Europa) que han resuelto fundir sus fuerzas para recalcar la transcendencia y la importancia que este género tiene en la sociedad.

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