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Hallan en Perú un mural tallado hace 3.800 años que podría señalar al cambio climático
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Tienen 3.800 años de historia

Hallan en Perú un mural tallado hace 3.800 años que podría señalar al cambio climático

Los descubrimientos podrían haber servido para representar los primeros indicios de cambio climático, según apunta Ruth Shady, directora de la zona arqueológica de Caral, en Perú

Foto: Un sapo humanizado es uno de los nuevos hallazgos de Vichama. (EFE)
Un sapo humanizado es uno de los nuevos hallazgos de Vichama. (EFE)

En la zona arqueológica de Caral se han descubierto, de forma reciente, un sapo humanizado y una cabeza antropomorfa que cuentan con unos 3.800 años de antigüedad. La directora del yacimiento, Ruth Shady, ha sido la que ha hecho público que en uno de los edificios de la civilización de Caral, en Perú, la más antigua de América conocida hasta ahora y que se desarrolló en los valles del norte de Lima, se habían encontrado estas piezas que, según ella, representan el regreso del agua tras una época de sequía.

El descubrimiento del sapo es especialmente importante, puesto que, según la cosmovisión andina, se trata de un icono que se relaciona con las lluvias y el agua del río, las cuales son imprescindibles para la agricultura. No obstante, la cabeza también cuenta con un gran valor y es que esta representa al ser humano que espera la aparición del agua para poder darle una continuidad estable a la vida.

Así, según recoge la Agencia Andina, la arqueóloga consideró que se trataría, en una primera impresión, de dos representaciones creadas para la memoria del colectivo social sobre las dificultades enfrentadas por el cambio climático y la escasez de agua y alimentos, por lo que podrían haber sido creadas a modo de recordatorio, para que, la realidad del cambio climático, ya en la época, no fuera olvidada.

placeholder Muro descubierto por los arqueólogos en Vichama, Perú. (EFE)
Muro descubierto por los arqueólogos en Vichama, Perú. (EFE)

Ubicados en un friso situado en la antesala de un salón ceremonial, que forma parte de un edificio de 874 metros cuadrados de extensión y, desde el cual se observan los campos de cultivo del valle del río Huaura, los descubrimientos fueron hallados en Vichama, uno de los núcleos urbanos de la civilización que tenían a Caral como capital. Además, según las diferentes excavaciones que se fueron llevando a cabo, los orígenes de Caral datan de hace unos 5.000 años aunque hay muestras de que la construcción fue remodelada con el paso de los años, pues sus ocupantes edificaron hornacinas escalonadas, una plaza circular hundida y frisos escultóricos.

Otros descubrimientos de Caral

Con una extensión de 25 hectáreas, Vichama cuenta con una antigüedad que oscila entre los 3.800 y 3.500 años y, gracias al trabajo de los arqueólogos se sabe que está compuesta por 22 conjuntos arquitectónicos, con edificios públicos, plazas de reunión y sectores domésticos. Además, más allá de los descubrimientos más recientes, en esta área destaca otro relieve escultórico compuesto por cuatro cabezas humanas con los ojos cerrados y dos serpientes que se desplazan entre ellas hacia una quinta cabeza, la cual representaría una semilla antropomorfa, con la boca abierta y raíces hincadas en la tierra.

placeholder Visión general de la Zona Arqueológica Caral, en Perú. (EFE)
Visión general de la Zona Arqueológica Caral, en Perú. (EFE)

El centro urbano de este enclave se construyó por encima de los campos de cultivo, sobre una terraza y laderas del cerro Halconcillo, a un kilómetro y medio de la costa y con 75 metros de altura respecto al mar; un lugar en el que los relieves escultóricos siempre se han vinculado con un periodo de escasez y hambruna por el que habrían pasado los habitantes. Además, en los últimos tiempos también se han descubierto en Vichama algunos relieves de personajes antropomorfos con los estómagos vacíos, unos ya fallecidos y otros en una danza ritual.

En la zona arqueológica de Caral se han descubierto, de forma reciente, un sapo humanizado y una cabeza antropomorfa que cuentan con unos 3.800 años de antigüedad. La directora del yacimiento, Ruth Shady, ha sido la que ha hecho público que en uno de los edificios de la civilización de Caral, en Perú, la más antigua de América conocida hasta ahora y que se desarrolló en los valles del norte de Lima, se habían encontrado estas piezas que, según ella, representan el regreso del agua tras una época de sequía.

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