Joan Báez se baja del escenario: "Quiero pensar en el futuro, que es envejecer"

La primera vez que Joan Báez (Nueva York, 1941) cantó en España fue en 1977. José María Íñigo presentó a la cantante en su programa de televisión, ‘Esta noche… fiesta’, como “una de esas piedras en la historia de la música, en la historia de nuestro tiempo”. Báez, en un español parco, habló antes de interpretar ‘No nos moverán’: “Quiero dedicar esta canción a una mujer muy fuerte, con un corazón grande. Sus ideas son un poco diferentes a las mías, pero me gusta mucho: ‘la Pasionaria’”.

Aquella actuación se emitió en Televisión Española unos meses después de las primeras elecciones libres tras la dictadura. Joan Báez, la abanderada de la canción protesta en los 60, trajo su música a España con aquellas declaraciones polémicas. Cuando preguntaron a Dolores Ibárruri por ese gesto, reconoció que no sabía quién era la cantante, pero que se lo agradecía. 40 años y muchos conciertos de por medio, Joan Báez vuelve a España para despedir los escenarios con ‘Fare Thee Well… Tour’, una gira de adiós internacional.

Este julio, actuará en San Sebastián, en el Festival Jardins Terramar de Sitges, en Porta Ferrada de Sant Feliu de Guíxols y en el madrileño Universal Music Festival. Todavía recuerda aquella aparición en el plató de ‘Fiesta’, cuenta a El Confidencial. Si ‘No nos moverán’ fue la primera canción en España, ¿cuál será la última? “No he pensado en ello, pero quizá deba ser esa. ¡No es una mala idea! Gracias por recordármelo”, ríe al otro lado del teléfono.

Su voz de soprano abrazó el pacifismo en los convulsos 60. Protestó contra la guerra de Vietnam y fue arrestada por ello. Dirigió manifestaciones y caminó del brazo de Martin Luther Kingen su lucha por los derechos civiles. Más tarde, también cantaría contra las dictaduras de Latinoamérica o la guerra de Irak. Joan Báez, con el pelo largo y la guitarra acústica incansable, se erigió como un icono del folk y, en sus giras, el joven Bob Dylan alcanzó la fama internacional.

Tras varios años sin publicaciones, Báez lanzó su último álbum en 2018, ‘Whistle down the wind’, en el que la canción protesta no es el principal ingrediente: “Pensé que los temas de este disco tenían mucha belleza, pero cuando añadimos ‘The President Sang Amazing Grace’ o ‘Another World’, se convirtió en un álbum con mucha fuerza. No son canciones protesta, pero sí hablan de problemas reales”.

Se refiere a una versión de la canción de Zoe Mulford, dedicada a las víctimas del tiroteo masivo de Charleston en 2015. “Discutimos sobre dónde echar la culpa: en el odio de un hombre o en la vergüenza de una nación”, dice la letra.

Joan Báez cree que “es difícil para los jóvenes y sus movimientos encontrar hoy la canción acertada. Hasta ahora, nadie ha escrito la que ocuparía el lugar de ‘Blowin’ in the wind’ o ‘Imagine’”. Mientras tanto, estos dos himnos de los 60 y 70 se seguirán cantando por lo que comparten con nuestro tiempo.

"Hasta ahora, nadie ha escrito la canción que ocuparía el lugar de ‘Blowin’ in the wind’ o ‘Imagine’"

“El nuestro es un tiempo muy duro”, lamenta Báez. “Creo que en Estados Unidos ya no hay una democracia, sino una autocracia. Un solo hombre hace lo que quiere. Pero todavía hay pequeñas victorias, que son importantísimas... Como los cargos del Congreso ocupados por mujeres homosexuales o afroamericanas. Eso es algo que no hubiéramos imaginado hace un tiempo, es una victoria. Hay razones que nos recuerdan que podemos seguir trabajando”.

Para Joan Báez, “la falta de empatía” está endureciendo el mundo. “Es un problema de los movimientos conservadores… Si te preguntas: '¿Cómo pueden meter a niños en jaulas?' Es porque no sienten nada por cualquiera que esté fuera de sus muros. Ese es nuestro gran problema, además del calentamiento global”.

“Es complicado encontrar una solución para el cambio climático… Yo escucharía a los jóvenes. Como esa adolescente sueca [Greta Thunberg]. De alguna manera, los jóvenes creyeron que podrían confiar en nosotros, pero no podían. Ahora son fuertes y necesitan nuestro apoyo. Al menos, que escuchemos lo que dicen, porque dicen la verdad. Defienden que tenemos derecho a un aire limpio, a lo más básico, que es poder respirar. Es una batalla larga”.

"Claramente, en Cataluña hay un problema. Los presos necesitan ser reconocidos en el resto del mundo, eso es lo que intento hacer”

Uno de las últimos posicionamientos de Joan Báez se dio la semana pasada, en una entrevista para TV3. Allí aseguró que los políticos presos vivían una injusticia, e incluso que le gustaría visitar a uno de los Jordis. “Sí, no sé si eso es posible. Veremos”. Hace unos días, la cantante estadounidense se reunió con el "presidente en el exilio, tiene un nombre difícil de pronunciar en catalán”. Báez mostró su apoyo a Carles Puigdemont: “No puedo imaginar cómo es vivir en el exilio”.

“Hay una diferencia entre los presos políticos y los presos de conciencia. Los segundos son los que nunca se han involucrado en ningún tipo de violencia o uso de armas. Ellos [los políticos catalanes] no son sólo presos políticos, sino de conciencia. Eso es increíble actualmente. Claramente, en Cataluña hay un problema. Los presos necesitan ser reconocidos en el resto del mundo, eso es lo que intento hacer”.

La última gira de Joan Báez pasará por Cataluña, San Sebastíán y Madrid. Comenta que le cansan los viajes nocturnos en autobús. “¡No puedo dormir porque la cama no deja de moverse!”, ríe. Con 78 años, mantener la voz le supone mucho esfuerzo: “Me gusta cómo suena ahora, pero trabajo mucho con ejercicios vocales. Tengo algunas limitaciones en el registro agudo y es más difícil cantar. Esa es la principal razón por la que hago una gira de despedida. Quiero bajar el ritmo y pensar en el futuro, que es envejecer y, finalmente, decaer. En nuestra cultura no es común reflexionar sobre eso. Pero creo que es importante y que ayuda mucho dedicarle tiempo”.

“Quiero cuidarme y prestar atención a lo que debo hacer y lo que no. Este es un buen momento para parar”. Aunque se retirará de los escenarios, cuando Joan Báez habla del futuro se le ilumina la voz. “Hago retratos, pinto, empecé a escribir el otro día y me he dado cuenta de que serán mis últimas memorias. ¡Hay demasiadas cosas por hacer!”.