Examen al Mad Cool: un maestro de música clásica analiza los cinco hits del festival

En la Viena del siglo XIX, la música de la familia Strauss sonaba en todas las fiestas. Sus valses y polcas fueron una versión refinada de otros géneros “bailables”. Provenían de danzas populares entre el campesinado, pero Johann, Josef y Eduard consiguieron elevarlas hasta la corte de los Habsburgo. ‘El Danubio azul’ o la ‘Marcha Radetzky’ dieron a “los reyes del vals” fama más allá de las fronteras austriacas. Aunque tildada por algunos de ligera y superficial, su obra fue alabada por músicos incuestionables como Johannes Brahms o Richard Wagner. Y sus melodías son tan pegadizas que podrían cumplir los sueños de cualquier productor musical: tres siglos después, todos seguimos silbando a los Strauss. Y cada Año Nuevo, los Strauss siguen siendo “cabeza de cartel”.

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Sí. Hubo un tiempo en el que no existía una frontera entre la música popular y la que hoy consideramos académica. Los factores que han ensanchado el abismo son numerosos y en ellos se entrelazan la sociología, la historia de la música o la política. Aprovechamos la llegada del Mad Cool, el festival europeo “con mejor cartel”, según la revista New Musical Express, para sumergirnos en las diferencias.

The Smashing Pumpkins, The National, The Cure o Bon Iver son algunos de los músicos más esperados de esta cuarta edición, que arranca este miércoles con una ‘Welcome Party’ protagonizada por Rosalía. El festival madrileño se ha abierto a géneros tan dispares como el ‘indie’, la electrónica o el rock. ¿Qué opina un músico académico sobre el cartel más sonado del verano español?

“Pertenecen a mundos muy distintos. Siempre han existido corrientes musicales más especulativas, que buscan investigar en sonidos nuevos. Y otras que están muy pegadas al éxito comercial”, comenta el compositor, ensayista y dos veces Premio Nacional de Música, Tomás Marco. “Esto obliga a escribir música inteligible, a la simplificación de la armonía, a utilizar ritmos reconocibles, un acompañamiento uniforme… Si la primera es una especie de artesanía individual, la segunda podría ser más industrial”.

The Smashing Pumpkins, The National, The Cure o Bon Iver son algunos de los músicos más esperados del Mad Cool 2019

La relación entre la música popular y la música académica (mal llamada “música clásica”) es compleja. Para algunos, ni siquiera existe tal distinción. En su ensayo ‘La música como discurso sonoro’ (Acantilado, 2006), Nikolaus Harnoncourt explica que las implicaciones de “la música ligera” en nuestra vida son lo más parecido a las de los valses de Strauss, por ejemplo, en el siglo XIX: “La unidad entre poesía y canto, la unidad entre el oyente y el intérprete, la unidad entre la música y su época. [...] Quizá podamos, a través de la música ligera, entender mejor lo que la música era antes en la vida”.

La música es, según Harnoncourt, “un reflejo necesario de la vida humana”. Para comprender qué significaban los valses de Strauss en la vida de los vieneses, quizá debamos comprender qué significa para nosotros lo que suena en la radio. “No creo que sea una peor expresión de la música, ni mucho menos. Cada uno hace lo que quiere, lo que puede y, según considere, lo que la gente vaya a escuchar”, destaca Tomás Marco. Después de analizar cinco de los temas que harán vibrar el Mad Cool 2019, uno de los mejores compositores españoles del momento opina sobre las estrellas del cartel.

‘Skinny love’, de Bon Iver: “Pocos contrastes”

El ‘indie’ es un género que lo abarca todo. Más que una música con rasgos y convenciones comunes, lo ‘indie’ es una filosofía, una etiqueta que nació en la década de los 80 para desmarcarse de la producción, promoción y composición comercial. En sus inicios, Bon Iver abanderó el folk dentro de lo independiente. El cantautor estadounidense Justin Vernon encabezará el cartel de la primera jornada de Mad Cool. ‘For Emma, Forever Ago’ es el título de su primer álbum, autoproducido en una cabaña del noroeste de Wisconsin.

“‘Skinny Love’ es un tema sencillo, con pocos contrastes”, opina Tomás Marco. Enmarca su análisis en las características del folk presentes en Bon Iver: un rasgueo de guitarra constante, una melodía nostálgica, un registro vocal que rara vez sale del falsete. “En su género está muy bien, quizá un poquito plana”.

‘Con altura’ "tiene personalidad”

“Influencia de estructuras rítmicas repetitivas, propias de la música latinoamericana. Tiene personalidad”, percibe Marco. Cuando ‘Time’ incluía ‘Con altura’ entre las 10 mejores canciones en lo que va de año, señaló que el tema de J Balvin y Rosalía “suena como el futuro del pop global”. Los críticos de ‘Time’ sí escucharon “influencias de Oriente Medio”. Marco es más escéptico: “De flamenco, ciertamente poco”.

The Cure, "más riqueza instrumental”

La banda británica de rock alternativo es uno de los atractivos para los clásicos del Mad Cool. Tomás Marco señala que ‘Just like heaven’ quizá sea “la más sobresaliente dentro de su género, la más rockera y con más riqueza instrumental” de los temas analizados. En 1988, la canción se convirtió en el primer gran éxito de The Cure en Estados Unidos.

Pertenece a su séptimo álbum de estudio, ‘Kiss Me, Kiss Me, Kiss Me’. El sonido de ‘post-punk’ de The Cure, oscuro en sus inicios, empezó a introducir el de otros géneros que más tarde arrasarían las listas de éxitos estadounidenses.

'You've done it again, Virginia', The National

The National nació cuando moría el siglo XX e internetcomenzaba a transformar la industria musical. Su rock alternativo bebió de Bruce Springsteen, Joy Division, Depeche Mode o la voz cavernosa de Leonard Cohen. ‘You’ve done it again, Virginia’ es uno de sus temas más influenciados por el country. “Es una balada, ni destaca ni está por debajo. El tipo de conjunto instrumental y el acompañamiento acentúan los rasgos de este género”, opina el compositor.

‘Disarm’, The Smashing Pumpkins

'Disarm' es un himno consolidado para los Smashing Pumpkins, aunque es complicado escoger. No sólo los miembros de la banda se han renovado constantemente desde finales de los 90, sino que su rock alternativo ha explorado todos los caminos: psicodélico, gótico, heavy metal, progresivo, electrónica... 'Disarm' representa, quizá, el sonido más nostálgico de The Smashing Pumpkins: "'Disarm' aparenta una mayor carga nostálgica que el acompañamiento acentúa. La instrumentación se presta más a imitar el canto y subraya algo más".