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El Teatro Real culmina la temporada del Bicentenario con una economía saneada
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El Teatro Real culmina la temporada del Bicentenario con una economía saneada

El coliseo obtuvo unos ingresos de 59.756.640 euro, de los cuales el 75% se derivan de recursos propios, ingresos por taquilla, patrocinios privados y enventos

Foto: El balllet de Víctor Ullate el pasado mes de mayo en el Teatro Real. (EFE)
El balllet de Víctor Ullate el pasado mes de mayo en el Teatro Real. (EFE)

A punto de cerrar la programación del Bicentenario, celebración que arrancó en la temporada 2017/2018 y que culminará con la visita anual de Plácido Domingo al Teatro Real los próximos 14, 17 y 20 de julio donde protagonizará ‘Giovanna D’arco’ de Verdi, la fundación del Coliseo puede presumir de hacerlo con una economía saneada donde los recursos propios superan a las subvenciones públicas. En el ejercicio pasado, el Teatro Real obtuvo unos ingresos de 59.756.640 euros. De estos casi 60 millones, un 75% se deriva de los recursos propios, es decir, de ingresos por taquilla, patrocinios privados y eventos.

Al desglosar los datos, en 2018 las subvenciones públicas alcanzaron un 24% de los ingresos, lo que supuso unos 14 millones de euros; el patrocinio privado sumó algo más de 16 millones de euros, la taquilla recaudó 25,5 millones de euros y los eventos embolsaron unos beneficios de dos millones y medio de euros.

Catorce títulos han vertebrado la programación, nueve han sido nuevas producciones, tres invitadas y dos en versión de concierto

En la primavera de 2018, Joan Matabosch, director artístico del Teatro Real, anunciaba que renovaba su contrato “al menos unas temporadas más” y desvelaba la que para él era la temporada ideal. Catorce títulos han vertebrado la programación de la temporada (estaban previstos 15 pero al final cayó la producción de ‘La Peste’), nueve de ellas han sido nuevas producciones, tres producciones invitadas y dos en versión de concierto.

placeholder GRA009. MADRID, 26/09/2013.- El nuevo intendente del Teatro Real, Joan Matabosch, durante la presentación oficial hoy en el coliseo madrileño. EFE/Fernando Alvarado
GRA009. MADRID, 26/09/2013.- El nuevo intendente del Teatro Real, Joan Matabosch, durante la presentación oficial hoy en el coliseo madrileño. EFE/Fernando Alvarado

Joan Mataboch se propuso contar con las composiciones de maestros para realizar un recorrido histórico desde el siglo XVII hasta el siglo XXI. La temporada comenzó con una soberbia versión de ‘Faust’ dirigida por Àlex Ollé y el equipo de La Fura Dels Baus. Si hay alguien que conoce el universo del averno, si existe alguien capaz de hablar de tú a tú con Satán, si hay alguien que entiende la necesidad de vender el alma al diablo ese es, sin duda, Àlex Ollé. Su cuarta bajada al abismo inauguró la temporada el 19 de septiembre con la presencia de los reyes. La propuesta de La Fura surgió como un desafío valiente que transformó la obra de Gounod en una especie de tragicomedia, en un reto que arrancó sonrisas entre la platea por lo grotesco de la apuesta.

Pérdida y emoción

La voz sobrenatural de Philippe Jaroussky sobrevoló en octubre y noviembre el coliseo. El contratenor estuvo acompañado en el escenario por el bajo-barítono Davone Tines y la bailarina Nora Kimball-Mentzos juntos protagonizaron 'Only the Sound Remains', una ópera compuesta por Kaija Saariaho (Helsinki, 1955) a la que Peter Sellars le otorgó cierto regusto poético. “La obra habla de lo que pasa cuando alguien que amas se va, cuando su cuerpo se va, pero voz continúa hablándonos, eso implica aprender a vivir con las voces de los seres amados. Ambas obras se centran en la pérdida y por eso transpiran emoción”, explica Sellars en los ensayos entre bambalinas.

El año terminó con una versión de Robert Wilson de ‘Turandot’ de Puccini, a la que el director texano otorgó su particular mirada, un aura misteriosa que remite al ancestral teatro de sombras oriental donde convierte a los personajes en arquetipos legendarios. Maestro de la luz y del lenguaje visual, Wilson decepcionó con su apuesta. Se esperaba mucho más de él. Entrelazó siluetas a contraluz, máscaras y movimientos rituales para desvelar la leyenda de la sádica princesa china. Seducido por los colores musicales de Puccini, el director de escena jugó con una paleta cromal que pivotaba de los tonos glaciales de la protagonista a las tonalidades cálidas de la devota Liu.

placeholder 'Turandot', de Giacomo Puccini en el Teatro Real, en versión de Robert Wilson. (Javier del Real)
'Turandot', de Giacomo Puccini en el Teatro Real, en versión de Robert Wilson. (Javier del Real)

Una de las grandes apuestas de la temporada fue ‘Das Rheingld’, que supuso el inicio de ‘El anillo del nibelungo’, la colosal tetralogía de Richard Wagner que dirigió, y dirigirá en las siguientes temporadas, Pablo Heras Casado. Robert Carsen firmó una propuesta que se escapaba de lo convencional. Propuso un ‘anillo eco’, un anillo que invitaba a reflexionar, pero se llevó algún que otro abucheo.

Al gran maestro alemán le siguió el prodigo vienés. Carsen repitió en el coliseo con un nuevo montaje de 'Idomeneo', de Mozart y convirtió el Teatro Real en un campo de refugiados. El director de escena mostró su particular isla de Lesbos, el archipiélago griego que alberga el campo de refugiados de Moira, donde se hacinan más de 6.000 migrantes que huyen de guerras y conflictos. Carsen removió conciencias, pero no llegó a un acuerdo con la platea. Hubo quien se enamoró de la propuesta y quien no la entendió.

Lujuria

A punto de comenzar la primavera, la lujuria se apoderó del Real. La ópera barroca de Francesco Cavalli se estrenó por primera vez en el coliseo madrileño con una producción de David Alden y bajo la batuta de Ivor Bolton que dirigió a la Orquesta Barroca de Sevilla y el Monteverdi Continuo Ensemble. ‘La Calisto’ sorprendió al espectador por su lenguaje descarnado, un tratamiento crítico desprovisto de prejuicios y el virtuosismo de los músicos que trasladó al público a la Venecia del siglo XVII con sus claves, triobas, laudes, guitarrones y demás instrumentos de la época.

La Calisto’ sorprendió al espectador por su lenguaje descarnado, un tratamiento crítico desprovisto de prejuicios y el virtuosismo de los músicos

Para seguir disfrutando de la música barroca, a la Calisto le siguieron cuatro funciones de 'Dido & Aeneas', la primera ópera en lengua inglesa y uno de los trabajos más insólitos de la compañía alemana Sasha Waltz & Guets, un montaje que destila energía en el que danza y ópera se entrelazan. Los cantantes prestan su voz a cuerpos que bailan para dar vida a los personajes de una magnífica partitura barroca. La estremecedora escena con la que arrancaba la obra, probablemente sea su mayor valor. El agua, transformada en caricia, protagonizaba la obertura de ‘Dido & Aeneas’. Los bailarines se sumergían en un inmenso estanque transparente donde el agua fluía, rodeaba y atravesaba sus cuerpos.

'Falstaff' fue otra de las grandes apuestas de esta temporada. La última carcajada de Verdi aterrizaba en el Real tras 17 años de ausencia. Los acordes de esta ópera brillante, compleja y difícil de interpretar sonaron como un reloj de la mano del maestro Daniele Rustioni y de la orquesta.

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Roberto De Candia (Sir John Falstaff) y el coro en el ensayo general de ópera Falstaff, de Giuseppe Verdi. (Javier del Real)

Una maravillosa versión de ‘Capriccio’ de Richard Strauss abrió el debate: ¿Qué es más importante la palabra o la música? Christof Loy regresó a las tablas del Real para narrar la batalla emocional que libra la Condesa que seducida por dos hombres, un escritor y un músico, no sabe por cual decantarse.

El Teatro Real culmina el bicentenario con el estreno de una claustrofóbica, turbulenta y al mismo tiempo brutal versión de 'Il trovatore' de Giuseppe Verdi que firma Francisco Negrín. Esta vez no necesitan pasar por taquilla, porque el sábado 6 de julio se retransmitirá en directo en más de 200 pantallas de toda España. Celos, pasión, venganza.

El postre, como todos los años, correrá a cargo de Plácido Domingo. Esta vez en versión concierto.

A punto de cerrar la programación del Bicentenario, celebración que arrancó en la temporada 2017/2018 y que culminará con la visita anual de Plácido Domingo al Teatro Real los próximos 14, 17 y 20 de julio donde protagonizará ‘Giovanna D’arco’ de Verdi, la fundación del Coliseo puede presumir de hacerlo con una economía saneada donde los recursos propios superan a las subvenciones públicas. En el ejercicio pasado, el Teatro Real obtuvo unos ingresos de 59.756.640 euros. De estos casi 60 millones, un 75% se deriva de los recursos propios, es decir, de ingresos por taquilla, patrocinios privados y eventos.

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