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Malversación, regalos... y un desaparecido: a juicio el 'descosido' del Museo Balenciaga
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LA VISTA LLEGA TRAS MÁS DE 10 AÑOS DE PROCESO

Malversación, regalos... y un desaparecido: a juicio el 'descosido' del Museo Balenciaga

Este martes comienza el juicio por las presuntas irregularidades en la construcción del recinto de Getaria: La Fiscalía solicita ocho años de prisión para el que fuera vicepresidente de la Fundación

Foto: Una exposición sobre piezas de Balenciaga en el museo de Getaria dedicada a su figura. (EFE)
Una exposición sobre piezas de Balenciaga en el museo de Getaria dedicada a su figura. (EFE)

No había que hilar muy fino en Getaria (Guipúzcoa) para saber que el traje que se proyectaba en forma de museo en homenaje a Cristóbal Balenciaga presentaba extrañas costuras. En la localidad natal del famoso modisto era vox populi que la relación amorosa que mantenía el que fuera alcalde de la localidad, Mariano Camio (PNV), con el arquitecto cubano Julián Argilagos, a quien había encargado el proyecto a pesar de no tener convalidado su título en España, valiéndose de su condición de vicepresidente de la Fundación Cristóbal Balenciaga y gerente de la sociedad mercantil Berroeta Aldamar que gestionaba las obras de construcción del recinto, estaba descosiendo el que iba a ser el gran diseño internacional dedicado al maestro de la alta costura.

La primera piedra del museo se había puesto en marzo de 2001 tras años de gestación en los despachos con la previsión de hacer realidad este gran sueño dos años después. Pero la inauguración no llegó hasta diez años después, en junio de 2011. Para entonces, para cuando la reina Doña Sofía presidió la apertura de este museo ubicado en el Palacio Aldamar, residencia de verano de los abuelos de Fabiola de Bélgica en la que un joven Balenciaga comenzó a dar sus primeras puntadas en el mundo de la moda, ante cerca de 400 invitados que representaban a la flor y nata del mundo de la alta costura –entre ellos el presidente de la Fundación, Hubert de Givenchy–, el proyecto había llegado a los tribunales y había dejado de estar vinculado al glamour para estar asociado a la corrupción y al saqueo, no sólo económico. Porque el robo también aludía a la propia colección del famoso diseñador (1895-1972), con varias piezas de alto valor que fueron a recalar presuntamente a esposas de dirigentes del PNV a modo de regalo por parte de Camio.

También está acusado el arquitecto cubano Julián Argilagos, que se encuentra desaparecido y con una orden internacional de búsqueda y captura

Desde hoy, quien manejaba a sus anchas todos los hilos del museo se pone el traje de acusado por la comisión de los presuntos delitos de administración desleal, falsedad en documento mercantil y malversación de caudales públicos, por los que la Fiscalía solicita una pena de ocho años de prisión. En el banquillo de los acusados no se sentará físicamente Argilagos, que se encuentra desaparecido desde hace más de una década, con una orden internacional de búsqueda y captura que no culmina y que impide que el arquitecto cubano se pueda defender en el Juzgado número 2 de lo Penal de San Sebastián de la petición de cuatro años de prisión del Ministerio Público por los presuntos delitos de administración desleal e intrusismo. Hay un tercer procesado en el caso, el también arquitecto cubano Rolando Paciel, que se encargó de realizar los trabajos que correspondían a Argilagos cuando éste se trasladó a vivir a Miami (Estados Unidos) y cuya titulación tampoco estaba reconocida en el Estado. Se enfrenta, en todo caso, a una multa menor por esta falta de homologación en el titulo para poder realizar los trabajos que no llevó a cabo Argilagos.

Foto: Givenchy ha fallecido a los 91 años.

El juicio se inicia más de una década después de que las presuntas irregularidades cometidas durante la creación del muso dedicado al diseñador de Getaria llegaran a los tribunales y cinco años después de que la Fiscalía diera por concluida su investigación. Ésta se ha ido cosiendo a puntadas dentro de un proceso judicial que se ha ido hilvanando entre imprevistos y retrasos por, entre otros motivos, los continuos plantes a la Justicia de Argilagos, y que derivaron en una orden de detención internacional dictada por parte del Juzgado donostiarra –ni siquiera su abogado dice conocer el paradero del arquitecto, que se encuentra desaparecido desde que 2005 fijara su residencia en Miami–. La última demora se produjo por la enfermedad del principal acusado, cuyos problemas de salud han retrasado en un año el inicio del juicio, previsto para abril del pasado año.

El origen de las irregularidades está en la "intensa relación sentimental" entre Argilagos y Camio, que llevó a cabo una gestión "gravemente dañosa" para "enriquecer" al arquitecto

¿Cómo un museo que se proyectó inicialmente con un coste cercano a los seis millones de euros puede acarrear una factura final de 30 millones? Se puede decir que hay impensables e inauditos diseños desde su concepción de por medio, pero el origen del roto se encuentra, según apunta la Fiscalía, en una “intensa relación sentimental” que llevó presuntamente a Camio a favorecer al arquitecto cubano “excediéndose de las amplias facultades de gestión, administración y disposición de posibles” que le habían sido concedidas. Así, fruto de esta vinculación afectiva, el exalcalde de Getaria llevó a cabo una gestión “gravemente dañosa” para la Fundación y la sociedad mercantil encargadas de llevar adelante el proyecto museístico, actuando contra “los intereses económicos” de las mismas con “pleno conocimiento del quebranto patrimonial” causado, con el ánimo de “enriquecer” a Argilagos.

Dentro de las presuntas irregularidades cometidas, Camio firmó por ejemplo un contrato con Argilagos en el que dispuso “cláusulas no habituales”, entre ellas una que disponía que los honorarios del arquitecto se incrementarían si el presupuesto del proyecto se ampliaba, de modo que los pagos pasaron de 0,5 millones de euros a 1,2 tras pactar un presupuesto superior al coste acordado con “intención defraudadora y de quebranto económico social”. Esta decisión resultó “contraria y dañina” para los intereses económicos de la Fundación creada en 1999 para hacer realidad el sueño del museo dedicado al maestro de la alta costura y que contaba entre sus patronos a la Casa Real española, la reina Fabiola de Bélgica, Plácido Domingo, Óscar de la Renta, Yves Saint Laurent o Paco Rabanne.

Foto: Alberto San Juan. (Disney+)

Dobles contrataciones, dolorosas maniobras… La actuación de Camio, según remarca la Fiscalía, estuvo “en todo momento guiada por el doloroso ánimo de enriquecimiento, favorecimiento y defensa personal a ultranza” de Argilagos, con quien el exalcalde de Getaria mantuvo “desde el principio” una relación sentimental. Asimismo, al arquitecto se le permitió residir en Miami sin que se produjera una merma en sus emolumentos y, de hecho, se contrató a Rolando Paciel, tampoco sin titulación reconocida en España, para hacer los trabajos que correspondían a Argilagos a cuenta de las arcas de la Sociedad Berroeta Aldamar, formada por el Gobierno vasco, la Diputación de Guipúzcoa y el Ayuntamiento de Getaria. Incluso, según apunta la Fiscalía, Camio benefició a la exexposa e hijo del arquitecto cubano.

El fraude estimado por la actuación de Camio en la Fundación Balenciaga y en la Sociedad Berroeta Aldamar alcanza los dos millones de euros

Pero Camio no solo actuó en beneficio a Argilagos desde que en marzo de 1999 se iniciara la relación profesional aún a sabiendas de que su título no estaba homologado en España, sino que también llevó a cabo un presunto enriquecimiento personal ilícito. El escrito del Ministerio Fiscal apunta a gastos privados a cargo del proyecto del museo, como diversas reparaciones de su vehículo personal, numerosos repostajes de combustible e incluso viajes a Nueva York, Los Ángeles o París. En total, el agujero económico estimado por el Ministerio Público por el modo de proceder ilícito de Camio en la Fundación Cristóbal Balenciaga y en la Sociedad mercantil Berroeta Aldamar alcanza los dos millones de euros.

El saqueo también afectó a los fondos asignados al museo con la desaparición de prendas y objetos propiedad del modisto, como pañuelos de seda o láminas con más de un centenar de diseños originales de Balenciaga. La ausencia de varias creaciones del modisto fue puesta al descubierto por un informe interno realizado por la conservadora de la Fundación Balenciaga, Miren Arzalluz, hija del que fuera histórico presidente del PNV. Algunas de estas piezas de alto valor fueron presuntamente regaladas por Camio a esposas de dirigentes guipuzcoanos del PNV. Las desapariciones se iniciaron ya en 1988, apenas había comenzado el proceso de adquisición de piezas de la colección del modisto para proyectar el museo sobre el genial diseñador, y se prolongaron hasta 1990, si bien, dado el tiempo transcurrido, estos presuntos hechos delictivos han prescrito.

Piezas de alto valor de Balenciaga, como pañuelos o diseños originales, fueron presuntamente regaladas por Camio a esposas de cargos del PNV

Todas estas presuntas anomalías han acompañado al Museo Balenciaga en sus ocho años de andadura irregular. El glamour, la fascinación, la elegancia que sigue desprendiendo todo lo que rodeaba a Balenciaga se torno ahora en chabacanería, vulgaridad, con el inicio del juicio, que llega 20 años después de la creación de la Fundación Cristóbal Balenciaga presidida por Hubert de Givenchy y formada por el Ayuntamiento de Getaria y el Ministerio de Cultura. Cerca de 40 testigos y peritos están llamados a declarar en el proceso, en el que también están personados como acusaciones particulares la Fundación que da nombre al diseñador y la Sociedad Berroeta Aldamar, que se han adherido a las penas que solicita la Fiscalía. Con el comienzo de la vista oral, que se prolongará hasta el día 17, se comenzarán a dar las últimas puntadas a un traje que avergonzaría a quien vistió a Ava Gardner, Marlene Dietrich o Ingrid Bergman, entre numerosas celebridades.

No había que hilar muy fino en Getaria (Guipúzcoa) para saber que el traje que se proyectaba en forma de museo en homenaje a Cristóbal Balenciaga presentaba extrañas costuras. En la localidad natal del famoso modisto era vox populi que la relación amorosa que mantenía el que fuera alcalde de la localidad, Mariano Camio (PNV), con el arquitecto cubano Julián Argilagos, a quien había encargado el proyecto a pesar de no tener convalidado su título en España, valiéndose de su condición de vicepresidente de la Fundación Cristóbal Balenciaga y gerente de la sociedad mercantil Berroeta Aldamar que gestionaba las obras de construcción del recinto, estaba descosiendo el que iba a ser el gran diseño internacional dedicado al maestro de la alta costura.

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