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El arte de decorar embajadas: un encargo a dedo y 12.100 euros por crear una sola frase
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600.000 euros al año para decorar embajadas

El arte de decorar embajadas: un encargo a dedo y 12.100 euros por crear una sola frase

Exteriores modifica el sistema de adquisición de obras de arte para sus sedes diplomáticas. El presupuesto de cerca de 600.000 euros se dedica ahora a trabajos conceptuales y abstractos

Foto: Una bandera de España. (Reuters)
Una bandera de España. (Reuters)

“Solo lo que no existe puede representar lo que existe”. La frase se le ocurrió a la artista Dora García y se han pagado 12.100 euros de dinero público por ella, por utilizarla todas las veces que se quiera en sedes diplomáticas o eventos del Ministerio de Exteriores. Más tangible, aunque perecedera, es la obra de arte que debería llegarle a la embajada de Rabat. Se describe como “lana mojada en el mar Mediterráneo y secada al sol de la Costa Dorada y la Costa Brava en tela zurcida con jugo de melón, sandía, melocotón, higos, ciruela, arena de playa y diferentes restos naturales sobre lino”. Ha costado 17.000 euros y se podrá exhibir el tiempo que dure, ya que el material orgánico acabará descomponiéndose.

Son dos de las obras de arte adquiridas en los últimos meses por el Ministerio de Exteriores, donde en 2017 se abrió un proceso para “modernizar” la inversión artística y adaptarla a los nuevos tiempos. El presupuesto asignado anualmente para dicho menester ronda los 600.000 euros, arreglos y marcos incluidos. Desde noviembre de 2018, la selección de obras de arte para sus sedes y oficinas está en manos de un consultor externo, Jesús María Castaño, quien también es director de la Fundación de Arte y Pensamiento Chirino (Gran Canarias) y que ya trabajó con el ministerio en el programa Seacex, un proyecto itinerante que llevó a grandes artistas españoles por todo el mundo.

En 2017 se abrió un proceso para “modernizar” la inversión artística del Ministerio de Exteriores y adaptarla a los nuevos tiempos

En los pasillos del ministerio y de la Aecid, la decisión de “externalizar” el servicio ha despertado grandes recelos. Tantos como las elecciones de Castaño. “Se ha desmantelado el Área de Patrimonio, se ha apartado a una funcionaria que llevaba 19 años haciendo su trabajo con profesionalidad y sin tacha alguna, y se ha colocado a este señor a dedo”, inciden. El cambio ha afectado también a los 96 proveedores que desde 2008 han venido surtiendo de obras de arte a Exteriores. “Desde que llegó, este señor solo compra en cinco galerías con las que tiene relación. Es decir, de los 96 proveedores, hemos pasado a cinco”, insisten.

Contactado por este diario, Castaño se defiende asegurando que todas sus adquisiciones son transparentes y públicas. “Esto no tiene nada que ver con amiguismos. Son todos artistas maravillosos, que tienen nombre y reputación. No hay trampa ni cartón”, subraya. Consultados al respecto, con la lista de obras adquiridas por el ministerio desde la llegada de Castaño, dos curadores de arte independientes confirman que, efectivamente, los artistas son de primer nivel. “Son gente reconocida. Lo que hay es una preferencia por obras conceptuales y abstractas, que siempre son más polémicas y difíciles de justificar fuera del círculo artístico. Pero es lo que se me encargó”, dice.

Esto no tiene nada que ver con amiguismos. Son todos artistas maravillosos, que tienen nombre y reputación. No hay trampa ni cartón

Igualmente polémica ha sido la incorporación de Castaño, sobre la cual existen versiones contradictorias. Según Exteriores, no hay "por el momento" ninguna relación contractual, aunque podría realizarse "próximamente". Sin embargo, varios funcionarios consultados aseguran que lleva trabajando como asesor desde noviembre del año pasado, algo que el propio Castaño admitió en conversación con El Confidencial. Confirmó, además, que cobra 14.900 euros por su labor, cantidad ligeramente por debajo de la cifra mágica de 15.000 euros, un dinero que ya obligaría a sacar a concurso (regulación armonizada) la contratación de sus servicios.

Este tope, es cierto, se esquiva de manera rutinaria en todos los ministerios y administraciones públicas. Un truco que afecta a cientos de decisiones, incluida la propia adquisición de las obras de arte. Muchos artistas, reconocen fuentes del ministerio, fraccionan los pagos siempre que sea posible justificarlo. Por ejemplo, haciendo una factura por cada pieza de un tríptico. En todo 2018, en cualquier caso, el ministerio desembolsó 574.000 euros en obras de arte y otros 11.738 en calidad de "enmarcaciones". Y en lo que va de 2019 se han adquirido ya 20 nuevas piezas.

Las obras se justifican para decorar los 500 edificios de Exteriores y con la misión de promover el arte español en todo el mundo

En el ministerio insisten en que Castaño fue seleccionado buscando “perfiles disponibles” entre gestores al frente de fundaciones, descartando a aquellos provenientes de galerías privadas. Se trataba, explican, de buscar artistas con perfiles más internacionales y en sintonía con el panorama actual. El propio protagonista lo explica así: “Me llamaron de la Secretaría de Estado y me dijeron si les podía ayudar. Me dieron una línea de ruta: no puedo comprar arte comprometido políticamente, ni erótico, ni nada así. Además, me dijeron que querían cambiar la línea de lo que se venía haciendo. Yo como asesor propongo a ciertos artistas. Obviamente, propongo a los que me gustan y conozco, con un límite y el formato de facturas electrónicas. Todo transparente y auditado. No tiene nada de extraño. Las colecciones que estoy trayendo son las de los artistas más emergentes que hay en España".

Desde Exteriores, recuerdan que el ministerio gestiona más de 500 edificios en todo el mundo, incluidas las sedes de Madrid, y que más allá del propósito decorativo, tienen la misión de promocionar el arte español en el mundo. También inciden en que el gasto en obras de arte del Ministerio de Exteriores viene rondando los 600.000 euros anuales desde hace años, por lo que no se ha disparado la cantidad en los últimos ejercicios. Solo en 2017 cayó por debajo de los 400.000, ya que se paralizaron las compras precisamente para replantear “larga y pausadamente” el modelo de adquisiciones. "El Area de Patrimonio Histórico tiene una gran capacitación técnica para la conservación de obras de arte pero no personal cualificado para la adquisición de obra contemporánea", explican desde el ministerio.

“Solo lo que no existe puede representar lo que existe”. La frase se le ocurrió a la artista Dora García y se han pagado 12.100 euros de dinero público por ella, por utilizarla todas las veces que se quiera en sedes diplomáticas o eventos del Ministerio de Exteriores. Más tangible, aunque perecedera, es la obra de arte que debería llegarle a la embajada de Rabat. Se describe como “lana mojada en el mar Mediterráneo y secada al sol de la Costa Dorada y la Costa Brava en tela zurcida con jugo de melón, sandía, melocotón, higos, ciruela, arena de playa y diferentes restos naturales sobre lino”. Ha costado 17.000 euros y se podrá exhibir el tiempo que dure, ya que el material orgánico acabará descomponiéndose.

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