Santiago Sierra y Eugenio Merino: los padres del 'ninot' del Rey son expertos en polémicas

Este año ha sido un 'ninot' del Rey. Las obras de Santiago Sierra y de Eugenio Merino, cuando exponen por separado, ya suelen ser polémicas, por lo que un trabajo en conjunto previsiblemente también iba a serlo. De hecho, lo ha sido. Ambos artistas han expuesto en la feria ARCO de Madrid 'Ninot', una figura de 4,4 metros de altura que representa a Felipe VI y que se vende por 200.000 euros. Eso sí, quien la compre deberá quemarla en el plazo de un año desde su adquisición y solo podrá quedarse con la calavera que esta lleva dentro.

Sierra y Merino no han defraudado a sus seguidores. Ambos, reconocidos artistas españoles del arte político, son expertos en causar polémica en la Feria Internacional del Arte Contemporáneo, de hecho el primero vio como el año pasado, su obra 'Los presos políticos en la España Contemporánea' fue retirada de esta feria por decisión de la dirección de Ifema. En ella, Sierra exponía 24 fotografías de presos españoles con la cara pixelada, en las que se distinguía a Oriol Junqueras, Jordi Sánchez, miembros de la izquierda abertzale, los tes jóvenes de Errenteria y a varios militantes del 15M, acompañadas de un pequeño texto explicativo en el que indicaba cuáles habían sido las causas de que les habían llevado a estar entre rejas.

Pero la de ARCO de 2018, una polémica que todavía colea después de que en esta edición la exposición fotográfica haya vuelto a la feria dentro del programa Vip en el espacio Zapadores Ciudad del Arte Museo de Madrid, no es la única que se ha creado alrededor del artista. En 2010 el artista madrileño renunció al Premio Nacional de Artes Plásticas en 2010, dotado de 30.000 euros y concedido por el Ministerio de Cultura encabezado por aquel entonces por Ángeles González Sinde. Sierra argumentó que no estaba dispuesto a "renunciar" a la libertad que le había otorgado el arte, y que su "sentido común" le obligaba a rechazar el premio.

En 2006 la polémica le llegó desde Alemania. Intelectuales y representantes de asociaciones judías del país germano protestaron contra una instalación de Santiago Sierra dispuesta en la sinagoga de Puhlheim-Stommeln y pidieron su cierre. El madrileño había convertido el habítaculo en una cámara de gas, algo que desagradó a la comunidad judía local, que calificó la obra de "mal gusto", de "infamia sin igual" así como de "provocación" para las víctimas del Holocausto.

En 2003 se desató en Viena. 'La España tapiada de Sierra sofoca Venecia', publicó El País por entonces. Sierra, que esa época residía en México, convirtió el pabellón de español de la 50ª edición dela Bienal de Venecia en una frontera. Allí, tapó el cartel de 'España' y obligó a quienes lo visitaban a acceder por la puerta trasera. Eso sí, solo podían pasar aquellos que acreditasen con el DNI o el pasaporte que eran ciudadanos españoles. En la puerta, dos guardias jurados se encargaron de que nadie que no fuese español accediese al recinto. Ni jurado, ni directores del museo ni periodistas ni artistas. "Ser de un país o de otro se define por lo que cobras", explicaba entonces a la prensa el artista. "La frontera es una losa para demasiada gente", isistía mientras se negaba a dejar entrar a nadie que no fuese español. "El público se tiene que topar con un muro que no tiene identidad", argumentaba ante quienes pretendían acceder sin DNI.

Eugenio Merino, el coautor de 'Ninot', tampoco es nuevo en el mundo de los escándalos. Su obra más sonada hasta este momento fue la que expuso también en ARCO 2012, 'Always Franco'. Esta creación mostraba la figura del dictador Francisco Franco dentro de una máquina expendedora de refrescos. "La idea era mostrar que Franco está refrigerado, es una alegoría que está en la mente, es como Walt Disney", explicó Merino entonces. Sin embargo, no logró apaciguar a sus detractores. Merino fue denunciado por la Fundación Francisco Franco por esta obra y por 'Punching', otra en la que se usaba la cabeza del dictador como saco de boxeo, y abusuelto cuatro años después por la Audiencia Provincial de Madrid.

También en ARCO, pero en la edición de 2010, Merino fue el protagonista. El artista madrileño presentó entonces la escultura 'Stairway to Heaven' en la que dio forma a un árabe rezando agachado; encima de él y arrodillado, un sacerdote católico; y encima a un rabino. A través de ella Merino invitaba a reflexionar sobre la religión. Sin embargo, parte del público no la percibió como amigable. La embajada de Israel en España protestó mediante un comunicado por los "elementos ofensivos para judíos, israelíeas y seguramente para otros", y consideró que el mensaje del escultor era "hiriente".

La respuesta ante 'Sons of capital' fue distinta aunque no exenta de polémica. En 2016 Merino llevó su obra a la galería UNIX de Nueva York. Allí expuso, enmarcado en una obra que pretendía hacer reflexionar sobre el voto en las elecciones,, 'Damaged Goods', una obra que no era ni más ni menos que la cabeza del por entonces candidato republicano al a presidencia de Estados Unidos, Donald Trump, metida en una caja. "Es justo lo que le falta al verdadero Trump, la cabeza", defendía entonces Merino, quien ante la polémica que había causado su obra a nivel internacional, se explicaba diciendo que no quería convertir al ahora presidente de EEUU en una pieza de arte contemporáneo, pues para él, según recogió la prensa, Trump es un "payaso".