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De Jimi Hendrix a KISS: Plaster Caster, la groupie que hizo 75 moldes de penes
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De Jimi Hendrix a KISS: Plaster Caster, la groupie que hizo 75 moldes de penes

En una época de plena ebullición de groupies, Cynthia Albritton sabía que necesitaba diferenciarse; supo cómo hacerlo con un poco de yeso y el beneplácito de Hendrix

Foto: Jimi Hendrix junto a Linda Eastman y Mitch Mitchell en Woodstock (EFE)
Jimi Hendrix junto a Linda Eastman y Mitch Mitchell en Woodstock (EFE)

“Artista y groupie en recuperación”. Así se define Cynthia Albritton, quien posee la mayor colección de penes de músicos famosos del mundo. Eso sí, penes de yeso, que nadie se alarme. Finales de los años 60. La época dorada del rock estaba en plena ebullición, el caldo de cultivo en el que aparecerían algunas de las groupies más conocidas y que más llegaron a influir en el movimiento, inspirando a músicos y protagonizando canciones. Convertirse en habitual de un grupo de rock en aquella época no era tarea fácil y Cynthia Albritton, una joven estudiante de arte nacida en Chicago, lo tenía más que claro. Si quería disfrutar de las mieles del amor libre y de la música, tendría que encontrar algo que la diferenciase. Y lo encontró.

“Habíamos encontrado la artimaña perfecta, algo que podía diferenciarnos de todas las demás quinceañeras y groupies”. Y sí, había penes involucrados pero no de la misma forma que una groupie convencional. Junto a su amiga Pest, y bautizadas como las Plaster Casters de Chicago, se dedicaron a visitar a algunas de las estrellas de rock más grandes del momento para inmortalizar su miembro en forma de escultura de yeso. Tomando como molde las originales, claro.

La idea de Cynthia vino impulsada por el encargo de su profesor de arte: fabricar con yeso “algo sólido que pudiera mantener su forma”. Aunque el primer intento de las Plaster Casters con Paul Revere & The Raiders fracasara, sirvió para que se corriera la voz de que dos locas iban por ahí haciendo esculturas con los penes de los músicos que pisaban Chicago. Las dos contribuyeron a alimentar la leyenda vistiendo camisetas con el nombre y el logo, como recuerdan en Efe Eme, hasta que Pest dejó el dúo buscapenes y entró a sustituirla Dianne, otra amiga de Cynthia. Justo entonces llegaría su momento.

“He oído hablar de ti, sube a la habitación”. La frase se la dijo el propio Jimi Hendrix a Cynthia cuando ésta se presentó en el concierto que la Jimi Hendrix Experience ofreció en Chicago en febrero de 1968. El proceso, aunque incluyó estimulación oral por parte de la amiga de Cynthia mientras esta esculpía del molde, fue descrito como algo “más clínico que erótico” por el bajista de la banda, Noel Redding.

Frank Zappa reconoció el humor, la forma de arte y el valor comercial que había en esta locura de yeso

Con el pene de Jimi Hendrix de su lado, el resto vino rodado. “Frank Zappa reconoció el humor, la forma de arte y el valor comercial que había en esta locura de yeso”, explica Cynthia en su web. El socio de Zappa, Herb Cohen, incluso financió la obra fálica de Cynthia y terminaría quedándose con su colección después de que ella se fuera de Los Ángeles. “Dijo que eran sus bebés”, relata la artista. “Tuve que ir a juicio y gané”.

placeholder Cynthia con varias de sus obras.
Cynthia con varias de sus obras.

Además de Hendrix, otros músicos vieron sus penes convertidos en moldes, entre ellos Dennis Thompson y Wayne Kramer, batería y guitarrista de MC5; Eddie Brigati, de Young Rascals; Zal Yanovsky, de Lovin’ Spoonful o Richard Cole, mánager de Led Zeppelin. En total, más de 70 hombres. "Era lo más fantástico que había oído en mi vida", dijo Zappa a Rolling Stone. "Era como las estatuas erigidas en honor del Capitán Grant, pero con las estrellas de rock".

placeholder Cynthia Plaster Caster posa con una reproducción en escayola del pene de Jimi Hendrix durante la inauguración de su exposición 'Dimensión del pene' en Bad Doberan (Alemania) en 2015 (EFE)
Cynthia Plaster Caster posa con una reproducción en escayola del pene de Jimi Hendrix durante la inauguración de su exposición 'Dimensión del pene' en Bad Doberan (Alemania) en 2015 (EFE)

Gene Simmons quería una

“A lo largo de los últimos cuarenta años he tenido el placer de capturar algunos ‘apéndices especiales’ para mi colección”, explica la artista de ahora 71 años. “Originalmente fue una forma de meterme en los pantalones de estrellas de rock británicas pero se ha convertido en una forma de arte”. De hecho, sus penes han sido expuestos en galerías de Nueva York y San Francisco interesadas en sus “dulces bebés”, como Cynthia los llama, y han protagonizado el documental ‘Plaster Caster’.

“El yeso se está endureciendo y mi amor es perfección, una muestra de mi amor para su colección”, cantaron KISS en la canción también bautizada como ‘Plaster Caster’. Sin embargo, Gene Simmons se estaba marcando un tanto que no había ocurrido: Cynthia nunca le hizo un molde de su pene a ninguno de los miembros del grupo. “Creo que Gene escribió la canción para hacer creer a la gente que él había sido esculpido y, quizá, para darme una sutil pista de que estaba disponible”, aseguró la artista, que ni siquiera era fan de KISS.

Al principio, Cynthia se resistió a comprar el disco y cuando escuchó la canción por primera vez no le gustó nada. “Estaba disgustada porque la letra no era verdad. No podía fijarme en la melodía. No fue hasta que los Lemonheads publicaron su versión cuando me di cuenta de la melodía tan maravillosa y pegadiza que tiene.”

Años después, ya en el 2000, Cynthia amplió su colección y se dedicó a realizar también moldes de pechos de artistas femeninas. Incluso llegó a postularse como alcalde de Chicago. “Con los años he aprendido mucho sobre mí y sobre el mundo a través de mis hazañas de groupie, como quién soy, cuáles son mis fortalezas y debilidades”, cuenta Cynthia. “Y ahora soy una fan que tiene fans, es un cambio de roles total”.

“Artista y groupie en recuperación”. Así se define Cynthia Albritton, quien posee la mayor colección de penes de músicos famosos del mundo. Eso sí, penes de yeso, que nadie se alarme. Finales de los años 60. La época dorada del rock estaba en plena ebullición, el caldo de cultivo en el que aparecerían algunas de las groupies más conocidas y que más llegaron a influir en el movimiento, inspirando a músicos y protagonizando canciones. Convertirse en habitual de un grupo de rock en aquella época no era tarea fácil y Cynthia Albritton, una joven estudiante de arte nacida en Chicago, lo tenía más que claro. Si quería disfrutar de las mieles del amor libre y de la música, tendría que encontrar algo que la diferenciase. Y lo encontró.

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