Toros, turismo y gitanos: los tópicos españoles según Astérix y Obélix (y olé)
Este año volverá a editarse ‘Astérix en Hispania’, el primer cómic de los héroes galos publicado en España en 1969; una publicación que repasa con mucho humor los clichés patrios
Los héroes galos más conocidos llegaron a España hace medio siglo, en 1969. Aunque Astérix y Obélix cumplen en octubre sesenta años, todavía tuvo que pasar una década desde su lanzamiento para que se publicaran por primera vez en nuestro país con un título acorde: ‘Astérix en Hispania’. En esta aventura, los dos protagonistas debían rescatar a Pepe, el hijo del jefe Sopalajo de Arriérez y Torrezno -sí, se llama así-, secuestrado por los romanos.
El próximo mes de marzo, para celebrar sus cincuenta años de vida, volverá a publicarse su aventura española. Un cómic que recopila los clichés de unos españoles aficionados a los toros, a la fiesta, a gritar ruidosos “¡ole!” y acostumbrados a recibir marabuntas de turistas. Un todavía obsesionado Don Quijote también tiene su pequeño cameo. 'Astérix en Hispania' es una divertida parodia que logra mezclar los estereotipos actuales con un poco probable siglo I a.C.
Gitanos y agresivos… pero nobles
‘Astérix en Hispania’ plasma unos españoles morenos y de tez oscura, más bien gitanos, malhumorados y belicosos. Sus personajes se muestran amenazantes y lucen orgullosos cuernos y chaleco de toreros. Eso sí, también muestran una cara amable: “Como los íberos pertenecen a una raza orgullosa y noble, siempre están dispuestos a admirar a los luchadores valerosos”, describen en una viñeta.
Toros y Semana Santa
En una escena, el pequeño Astérix termina condenado a torear en una plaza, como un ‘gladiator’ patrio. Allí termina “inventando” el toreo al recoger la capa roja nueva que se le cae a una mujer noble. Astérix, todo un caballero, va a devolvérsela y la aparta de la trayectoria del toro para que no se manche. “No la toques, que la vas a ensuciar”, dice haciendo una perfecta verónica.
En cuanto al resto de tradiciones, la Semana Santa también aparece un poco mejor adaptada, como si fuera un desfile de druida nada más Astérix y Obélix entran al pueblo.
Gastronomía mediterránea
La comida también tiene un peso importante a lo largo de la historia, como cuando el niño Pepe se niega a comer otra cosa que no sea pescado, lo que trae de cabeza a Obélix. En una posada andaluza, la cena cuenta con un plato del día: salchichas, coles y tocino. Con cerveza, claro. En la misma viñeta alguien se queja de que los precios van subiendo, a lo que otro responde: “¡Pero la comida es deliciosa!”, dejando clara una de las mejores virtudes del país.
En otra ocasión, el jefe del pueblo se niega a dejar entrar a César, por lo que le grita: “Si te tuviera en mi poder, romano, te haría freír en aceite de oliva”. Porque amenazar no está reñido con respetar la dieta mediterránea.
Turistas
Por supuesto, Astérix y Obélix se van a desayunar a una posada llamada ‘El turista satisfecho’. “Se habla godo y se habla bretón”, pone en el cartel de la entrada como si un hotel de Benidorm se tratase. Algunos visitantes a la posada comentan otro tópico español: las carreteras siempre están en construcción: “Trabajan mucho en ellas”.
La fiesta (¡ole!)
En 'Astérix en Hispania' lo más fácil es montar un espectáculo, ya sea bailando, dando palmas o cantando sevillanas. En un momento, Astérix y Obélix se encuentran con unos “nómadas muy divertidos que bailan continuamente” y se lanzan a celebrar con ellos. Esa noche, Obélix pronuncia “ole” en sueños, lo que arranca contagiosos gritos de “¡ole!” desde los demás carromatos. La fiesta entonces continúa como si nadie se hubiera ido a dormir.
Los ‘ole’ también son algo constante, utilizado como un saludo más allá del ámbito del toreo. “¡Ave!” dice César al llegar a la puerta del pueblo. “¡Ole!” responde Sopalajo de Arriérez y Torrezno enfundado en su atuendo de torero antes de Cristo.
Los héroes galos más conocidos llegaron a España hace medio siglo, en 1969. Aunque Astérix y Obélix cumplen en octubre sesenta años, todavía tuvo que pasar una década desde su lanzamiento para que se publicaran por primera vez en nuestro país con un título acorde: ‘Astérix en Hispania’. En esta aventura, los dos protagonistas debían rescatar a Pepe, el hijo del jefe Sopalajo de Arriérez y Torrezno -sí, se llama así-, secuestrado por los romanos.