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Norah Jones en Madrid, la mejor autora de canciones del siglo XXI
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Norah Jones en Madrid, la mejor autora de canciones del siglo XXI

Además de componer como los grandes, es una intérprete de cinco estrellas, que no necesita otros vocalistas para que sus partituras suenen insuperables

Foto: Norah Jones en concierto. (EFE)
Norah Jones en concierto. (EFE)

Solamente un puñado de nombres en la historia de la música popular son capaces de componer himnos universales. Me refiero a esas canciones que sabes que sonarán igual de sencillas, cálidas, fluidas, contagiosas y vulnerables dentro de diez generaciones. Hablamos de un club donde se codean Cole Porter, Armando Manzanero, Stevie Wonder, Manuel Alejandro, Bob Marley, José Alfredo Jiménez, Lennon y McCartney, Víctor Jara y Juan Gabriel. Muy pocos nombres más merecen figurar en la lista, pero uno de ellos es Norah Jones (Nueva York, 1979), hija del legendario músico hindú Ravi Shankar y autora de himnos clásicos como 'Sunrise', 'Come Away With Me', 'Don’t Know Why', 'Those Sweet Words' y 'Turn Me On', entre otros.

Además de componer como los grandes, es una intérprete de cinco estrellas, que no necesita otros vocalistas para que sus partituras suenen insuperables. Domina un amplio abanico de restilos, que abarca el pop, el country, el blues, el folk y el jazz. El lujo no es un yate con grifería de oro, sino una silla de tijera cerca de un piano tocado por Norah Jones.

Directo insuperable

En teoría, Norah Jones viene a presentar ‘Day Breaks’, un trabajo de 2016 acogido con tibieza por la crítica. La página web Pitchforkmedia, biblia de la cultura hípster, escribió que “se trata de un disco que suena tedioso en sus parte central y del que te puedes olvidar que está sonando si no prestas toda tu atención”. La revista especializada británica Uncut hizo algo peor, que es decir que el álbum estaba bien y luego compararlo con Diana Krall, un artista notable pero muy por debajo de Jones en cualquier aspecto comparable. Entertainment Weekly exageró un poco escribiendo que “desde su primer álbum no se recuerda un compromiso tan impresionante entre ella y su piano”.

Su concierto en el Palacio de Congresos de la Castellana, en noviembre de 2012, fue de los mejores que he visto en mi vida

Siendo honestos, se trata de un disco prescindible dentro de una carrera brillante. Pero tenemos que dar las gracias a este bonito álbum de entretiempo porque es el motivo por el que Jones sale de gira y viene otra vez a vernos. Su concierto en el Palacio de Congresos de la Castellana, en noviembre de 2012, fue de los mejores que he visto en mi vida. Tanto en la vertiente country-folk como en la blues-jazz, Jones sabe sonar pletórica sin salirse nunca de los cánones clásicos. Ella sola resucita la mejor tradición de la música popular estadounidense.

Veintisiete millones de copias

Hay un titular que define perfectamente a esta mujer de 39 años, que se formó en Texas, lejos de la industria chic de Nueva York y Los Ángeles. La frase dice así: “Mi mayor motivación es pasarlo bien, disfrutar de lo que hago”. Ajena a problemas económicos, sumergida desde niña en la mejor música, ha podido hacer siempre lo que le ha dado la gana. El talento de Jones brota con la misma naturalidad que el agua de un grifo. “Cuando empecé a tocar jazz, aposté por la sencillez porque me gustaba. No tenía ni idea de que iba a enganchar a tanta gente. Ni la más remota idea: ocurrió y fue bonito, a la vez que abrumador”. Su primer álbum, ‘Come Away With Me’ (2002), despachó la friolera de veintisiete millones de copias. Para que luego digan que el gran público carece de criterio. Desde entonces, esas canciones no han dejado de sonar en hoteles de cinco estrellas, spas rurales y restaurantes con velas de todo el planeta. Sus estribillos sirven igual para encajar una ruptura que para convertir en especiales los minutos en que friegas los platos.

Grande entre los grandes

Ha trabajado con el modernísimo productor Danger Mouse, grabó un disco de versiones con Billy Joe Armstrong (Green Day) y borda duetos con gigantes como Tony Bennett, Willie Nelson, Ray Charles, Dolly Parton y el rapero Talib Kweli. Es capaz de coger una letra perdida de Hank Williams y convertirla en algo tan bonito como 'How Many Times Have You Broken My Heart'. Son conocidas sus relaciones sentimentales con compañeros como M.Ward y Lee Alexander, pero ahora sale con otro músico y lleva la relación con discreción máxima, por rechazo al cotilleo de las redes sociales. Lo único que se sabe es que ha tenido dos hijos con él. No llevó bien las especulaciones respecto a los discos ‘Little Broken Hearts’ (2012) y ‘The Fall’ (2009), que reflejaban su ruptura con Alexander (en este último disco colaboró con su padre, con quien mantuvo una relación irregular, que normalizaron antes de que él muriera en 2012). En realidad, Jones nunca ha necesitado a la prensa del corazón para mantener su fama. Basta y sobra con su voz y sus canciones. Verla en directo es una de esas cosas de las que seguramente toque hablar con nuestros nietos.

Solamente un puñado de nombres en la historia de la música popular son capaces de componer himnos universales. Me refiero a esas canciones que sabes que sonarán igual de sencillas, cálidas, fluidas, contagiosas y vulnerables dentro de diez generaciones. Hablamos de un club donde se codean Cole Porter, Armando Manzanero, Stevie Wonder, Manuel Alejandro, Bob Marley, José Alfredo Jiménez, Lennon y McCartney, Víctor Jara y Juan Gabriel. Muy pocos nombres más merecen figurar en la lista, pero uno de ellos es Norah Jones (Nueva York, 1979), hija del legendario músico hindú Ravi Shankar y autora de himnos clásicos como 'Sunrise', 'Come Away With Me', 'Don’t Know Why', 'Those Sweet Words' y 'Turn Me On', entre otros.

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