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Matthew Herbert, el hombre que escucha: "Lo más político hoy es decir 'Te quiero'"
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Matthew Herbert, el hombre que escucha: "Lo más político hoy es decir 'Te quiero'"

El músico británico gira por el mundo con su Brexit Big Band

Foto: Matthew Herbert DJ durante su actuación en el Mulafest 2016 en Madrid. (EFE)
Matthew Herbert DJ durante su actuación en el Mulafest 2016 en Madrid. (EFE)

Nacido en 1972, Matthew Herbert es uno de los músicos experimentales más respetados de nuestro tiempo. Su marca de la casa es incluir en sus piezas sonidos cotidianos: lo mismo graba cerdos que balas, plátanos o el sonido de un ensayo político clásico al desgarrar sus páginas. El 29 de junio presentó su nuevo proyecto, una big band contra el Brexit, en Los Veranos de la Villa de Madrid. “No quiero sonar dramático, pero estamos superados. Esto es un trabajo inmenso y somos solo tres personas al cargo: un productor, un asistente y yo. Para el disco trabajamos con cien músicos de veintisiete países. Incluso hemos contratado a alguien para cruzar el Canal de la Mancha con micrófonos pegados al cuerpo, registrando los sonidos ambientales. Estamos al borde de nuestras capacidades, pero contentos. Ya hemos tocado en Japón, Holanda, Bélgica y Londres…”, explica desde una butaca del teatro Fernando Fernán Gómez de la capital.

Foto: 'The Party'.
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Durante el concierto puso setenta músicos sobre el escenario, todos españoles, menos una batería que trajo consigo. Su objetivo es demostrar que la amistad y escuchar a los demás es la mejor actitud política para sacarnos “del desastre en el que estamos metidos”.

Colaboración, amistad y negociación

Empezamos por la pregunta incómoda: ¿cómo procesa que estar contra el Brexit le ponga del lado de los grandes emporios de comunicación, las élites económicas y la Unión Europea? “Hay algo utópico en el proyecto. No estoy a favor de esta Unión Europea, sino del amor, la amistad, la amabilidad y la colaboración. Vivimos un momento en que lo más político que puedes hacer es decir ‘te quiero’ a otra persona. Hay algo muy potente en eso”. ¿Cómo afecta este enfoque a su vida cotidiana? “Ahora vivo en un granja en la campiña británica. Todos mis vecinos votaron por el Brexit y yo les aprecio.Tuve algunas conversaciones con ellos y descubrí algo curioso: el mejor camino sistema para llegar a entendernos fue dejar de hablar de la votación del Brexit. Cuando nos olvidábamos de eso, la conversación fluía”, subraya.

Ahora vivo en un granja en la campiña británica. Todos mis vecinos votaron por el Brexit

¿Otra revelación significativa? “Intento ser consciente de que el problema más importante de nuestras vidas es el cambio climático. Mis vecinos pueden notar año tras año como la tierra y el tiempo cambian. Es la mayor amenaza para nuestra alimentación y nuestra supervivencia. El clima es un desastre. Últimamente, cerca de mi casa, se ve con mucha frecuencia a palomas matándose unas a otras. Es una imagen muy potente, ya que son las aves de la paz. Está claro que algo no va bien”, señala.

Entre cinco y diez mil músicos

La primera canción del concierto se llama 'You are welcome', para dar la bienvenida a quien se acerque. “Es muy lenta porque queremos asegurarnos de dejar claro a todo el mundo que viene a vernos que nos alegramos de compartir este momento con ellos. Si no eres blanco, si tu pelo no es liso, si tus padres te pusieron en un barco para llegar hasta aquí, eres bienvenido también. Es importante crear algo acogedor, de una manera convincente, que la gente lo sienta en realidad. He llegado a la conclusión de que la manera de transmitir eso era incluir a muchos músicos en el proyecto, que fuese visible el disfrute de estar juntos. Sobre el escenario, no soy solo yo explicando mis teorías. El disco se grabó con cien músicos y cuando acabemos la gira habremos colaborado con una cifra importante, entre cinco y diez mil más, según marchen las contrataciones. Vamos cambiando de orquesta en cada ciudad”, explica.

Contra Rupert Murdoch

A mitad de la charla, Herbert entra en calor: “Tanto el Brexit como el muro de Trump son relatos que se cuentan a sí mismos unos pocos multimillonarios para sentirse bien, a la vez que acumulan más dinero. Ellos manejan la ventana de Overton, marcan lo que es aceptable y lo que no dentro del discurso público. Hace quince años, un partido antieuropeo presentó 400 candidatos en Inglaterra y no pudo obtener un solo representante. Hoy han conseguido separarse de la UE, desplazando poco a poco lo que era aceptable en el discurso público. El magnate de los medios Rupert Murdoch y otra gente poderosa cambió la conversación para separarnos. Creo que, en parte, es responsabilidad de la izquierda. No somos tan buenos armando relatos como deberíamos. Dicho esto, es más fácil decir ‘los inmigrantes son criminales’ que explicar las inercias geopolíticas globales que conducen a que haya más gente de piel oscura en las cárceles. Ellos lo tienen más fácil para transmitir su programa en quince segundos, que es el tiempo que dedicamos a cada información en Facebook o en Twitter”, señala.

Odio en redes sociales

Comento que su discurso me recuerda a las películas de Frank Capra, un director que durante décadas fue considerado ingenuo y uncool, pero que cada vez más gente reivindica. “Totalmente. Es importante volver a ese punto, apoyar a los demás. Cuando escribí 'You are welcome', que todo el rato dice 'I love you', no pienso en mi mujer ni en los hijos, sino es la humanidad. Me gustó descubrir lo vulnerable que te sientes cuando cantas esa frase de manera repetida encima de un escenario. Es un mensaje que remite a la religión, con la que no estoy especialmente cómodo, pero aún así siento la necesidad de pronunciar esa frase. Por otro lado, es increíble tener a cincuenta personas haciendo un coro que te responde “te quiero”. ¿En cuantos sitios podemos escuchar eso en nuestra sociedad? En la iglesia y en pocos más”, lamenta

placeholder Matthew Herbert en plena actuación. (EFE)
Matthew Herbert en plena actuación. (EFE)

Herbert tampoco olvida el reverso tenebroso. “Otra de las canciones del espectáculo está hecha con todos los insultos que me dedicaron en Twitter y Facebook cuando anuncié este proyecto. Me llamaban “coñazo”, me decían “jódete” y calificaban mi música como “mierda”. Suerte que soy un tipo blanco con prestigio, si llego a ser una mujer o un negro hubiese sido muchísimo peor. Lo único que que podía hacer para quitarme la tristeza de encima era componer una canción que empezar con la frase ‘Que inmenso coñazo eres’. La verdad es que funcionó”, bromea.

Una semana con gastos pagados

Terminamos comentando uno de los grandes momentos pop de 2017. Me refiero al candidato laborista Jeremy Corbyn subido al escenario del festival de Glastonbury mientras miles de jóvenes coreaban su nombre, sobre el soniquete de 'Seven Nation Army' de The White Stripes. “Para mí ese instante representa la enorme necesidad que tenemos de líderes con sentido, podríamos decir con sentido común. Alguien que se suba a una tarima y que nos diga ‘La sociedad está jodida. Lo más importante es respirar hondo y pensar en cómo salimos de esta’. Sería ideal un líder político que decretara una semana de vacaciones pagadas, a cambio de que cada día cenáramos con nuestros vecinos cada noche. Tenemos que resetear nuestros cerebros y pensar en un nuevo modelo de sociedad. Necesitamos esa semana, con comida y fiesta gratis, para recuperar la perspectiva. Estamos desesperados por una visión saludable de la vida. Cualquier político que nos la ofrezca va a tener nuestra atención”, opina.

Nacido en 1972, Matthew Herbert es uno de los músicos experimentales más respetados de nuestro tiempo. Su marca de la casa es incluir en sus piezas sonidos cotidianos: lo mismo graba cerdos que balas, plátanos o el sonido de un ensayo político clásico al desgarrar sus páginas. El 29 de junio presentó su nuevo proyecto, una big band contra el Brexit, en Los Veranos de la Villa de Madrid. “No quiero sonar dramático, pero estamos superados. Esto es un trabajo inmenso y somos solo tres personas al cargo: un productor, un asistente y yo. Para el disco trabajamos con cien músicos de veintisiete países. Incluso hemos contratado a alguien para cruzar el Canal de la Mancha con micrófonos pegados al cuerpo, registrando los sonidos ambientales. Estamos al borde de nuestras capacidades, pero contentos. Ya hemos tocado en Japón, Holanda, Bélgica y Londres…”, explica desde una butaca del teatro Fernando Fernán Gómez de la capital.

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