'El mundo es suyo': pijos, miseria y despiporre en la Sevilla de Cabify

‘Los compadres’ Rafi y Fali lo ‘petaron’ en YouTube. También en ‘El mundo es nuestro’ (2012), una de las primeras películas españolas que contó con crowfounding. Ahora Alfonso Sánchez como director (y actor) y Alberto López vienen dispuestos a ‘liarda’… parda, en colorines, con mucha cerveza Cruzcampo, ‘gin tonics’ con vistas a calle Betis o desde Triana mirando la Torre del Oro y la Giralda. Y cigalas si hay presupuesto.

Hoy se estrena ‘El mundo es suyo’. Competencia directa de ‘Torrente’, una suerte de ‘Ocho apellidos andaluces’ agitado con Los Morancos con nuevos iconos de la capital andaluza como la Torre Sevilla de César Pelli como decorado de la acción alocada con un padre que se define de “derechas, heterosexual y del Real Madrid”. Una ‘Andalucía movie’ llena de guasa. También “una sátira de la España actual y el modelo patriarcal”, según destacó Sánchez en la presentación de la película en el Festival de Málaga.

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Seis años después de su primera película no querían volver a pasar apuros económicos y Warner Brothers, Atresmedia, Canal Sur y hasta financiación china creen en este proyecto. “Lo importante era no traicionar el espíritu de la ‘El mundo es nuestro’. Nos impresionó mucho entrar en el despacho de la Warner y ver una foto gigante del cartel de ‘Casablanca’ .¡Nosotros que venimos del Polígono Norte y del Polígono San Pablo de Sevilla!”.

Detrás de la “Sevilla de postal”

Una bandera catalana, clave argumental de la película, la guerra del taxi con Cabify (hoy mismo de actualidad) y una alegoría a cultura ‘del pelotazo’ aparecen en la cinta que intenta ver el ángulo más tradicional y conservador detrás de la Sevilla de postal “y de las fuerzas vivas que manejan todo el cotarro”.

En ‘El mundo es suyo’ también se ofrece como una reflexión sobre el conflicto entre las clases sociales, entre los ricos que viven en chalés del pudiente Aljarafe sevillano o en la zona de la Avenida de la Palmera frente a los sevillanos que viven en las 3.000 viviendas, donde el equipo rodó varias escenas. “Todo el barrio se volcó. Era muy importante filmar allí. Allí vive gente con 30 años que nunca ha sido de las 3.000”.

Era un irlandés casado con una sevillana tocando una gaita, un irlandés de pura cepa. Está en los agradecimientos de los títulos de crédito, claro

¿La secuencia que más les costó sacar adelante? Octubre en Sevilla. Casi 40 grados. Exterior tarde. En la orilla del río Guadalquivir, a tres kilómetros de cualquier núcleo de población, con solo 22 minutos para rodar un plano-secuencia, todo el equipo técnico y artístico concentrado, se escucha de modo nítido un gaitero tocado el ‘Réquiem’. Y Alberto actuaba y dirigía. El sol se iba. Producción avisa al director por walkie-talkie: Lo hemos neutralizado”. “Era un irlandés casado con una sevillana tocando una gaita, un irlandés de pura cepa. Está en los agradecimientos de los títulos de crédito, claro”.

Azcona era "el más grande"

Y habrá tercera parte. Si cuenta con el favor del público, como siempre asegura Santiago Segura sobre su Torrente. Puigdemont, Cristina Cifuentes y más personajes de la versión ‘compadre’ de ‘Celtiberia Show’ que ‘bebe’ de claras referencias cinematográficas como “‘Solo ante el peligro’, Tarantino, los hermanos Cohen”. Ahí es nada.

Alberto cuenta que en su mesilla de noche siempre hay un libro de Rafael Azcona. “Él reflejó nuestra identidad. Era el más grande. Sin duda”. Ya empieza a ser la hora de la Cruzcampo. Las cigalas aún no han aparecido. Tampoco el gaitero irlandés.