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Love The 90s, la mina de oro pop que no ha hecho más que empezar
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UNA DE LAS GIRAS MÁS RENTABLES

Love The 90s, la mina de oro pop que no ha hecho más que empezar

El festival, mitad macrodiscoteca y mitad show teatral, arrasa en taquilla con artistas nacionales e internacionales adorados por los nostálgicos de los 90

Foto: El festival noventero tiene varias fechas para su gira 2018 (NEO+)
El festival noventero tiene varias fechas para su gira 2018 (NEO+)

Sábado noche. Palacio de los Deportes de Madrid. Hace días que no quedan entradas en taquilla. Estamos en el festival Love The 90s, la mayor historia de éxito en las giras de 2017, que vuelve con más fuerza esta temporada. La Asociación de Promotores Musicales no sabe bien como clasificar este fiestón, mitad macrodiscoteca y mitad show teatral, con artistas nacionales e internacionales. Por su taquilla, debería haber ocupado algún puesto del podio de giras más rentables, junto a Operación Triunfo y Pablo Alborán. Se trata de seis horas frenéticas, que no ofrecen ni un segundo para el respiro. ¿Momentos míticos? El público se desata con 'Freed From Desire', de Gala, turbo-balada rebosante de adrenalina. Jumper Brothers nos recuerdan la magia del dance noventero: una versión acelerada de 'Un-Break My Heart' (Toni Braxton) hace saltar los culos de los asientos. Ya en la recta final, el mítico Chimo Bayo retumba en todo el recinto y se despide a lo grande: “¿Qué pasa gente? ¡Mañana paellita en mi casa!”. Absorbido por la magia del momento, se le olvida facilitar la dirección.

Cuesta encontrar tres minutos flojos para pillar una cerveza o hacer una visita al baño. El único respiro de intensidad son los discursos de presentación de Fernandisco, cuya voz ejerce de magdalena de Proust que nos devuelve a los días de 'body building', coches tuneados y minifaldas extremas. Se acumulan las imágenes de 'Ponte las pilas', el Inspector Gadget -que aparece fugazmente en las pantallas- y las primeras salidas a discotecas con láser. Todavía quedan quince fechas de la gira, desde Sevilla (26 de mayo) hasta Bilbao (1 de diciembre), pasando por las principales capitales españolas. El festival es una especie de Neurodisney donde los grupos de amigos acuden a recordar sus noches épicas y miles de veinteañeros tienen la posibilidad de disfrutar de las juergas que les provocaban envidia, contadas por sus hermanos mayores. Este clip de diez minutos, con sus comentarios eufóricos, recoge bien el ambiente:

Fábrica de proyectos

Esto no es un golpe de suerte, sino el resultado de una buena lectura del mercado. Por eso decido acercarme a Lavapiés, calle Doctor Fourquet, a visitar las oficinas de Neo+, el grupo de siete compañías responsable de este pelotazo pop. Encuentro un local inmenso, con 71 empleados y cinco millones de facturación anual. Su plan de negocio confirma que la cosa no ha hecho más que comenzar. El director ejecutivo, Hugo Albornoz, me acompaña al sótano para enseñarme Píxel Map (http://pixelmapstudios.com/), la nueva marca de la empresa, que cubre una necesidad histórica para el pop español. “Nosotros siempre hemos querido trabajar con los mejores. Por ejemplo, para las producciones, escogimos a PRG, el laboratorio que hace los shows de Lady Gaga y de todos los grandes. Hace unos meses fuimos al showroom que tienen en un festival de Frankfurt, donde te enseñan las pantallas que llevará U2 en su próxima gira. Pero, bueno, no solo queremos comprar lo mejor de fuera, sino también diseñar aquí, por eso hemos creado Píxel Map”, aclara Albornoz. Los superventas españoles ya no tienen que cruzar fronteras para acceder a escenarios de primera división. El pasado noviembre, IESE Business School reconoció el trabajo de Albornoz, a quien destacaron como uno de los empresarios españoles más innovadores por debajo de los cuarenta años.

“El público quiere algo más que música y copas”

El momento me recuerda mucho a otro vivido hace pocos meses, cuando invitaron a El Confidencial a una fiesta del grupo Elrow en Barcelona. Esperaba que fuese en espacio underground modesto y me encontré en un palacete de Pedralbes, por donde pululaban estrellas de la cabina, brokers televisivos y responsables de prensa recién aterrizadas de Londres. Parece claro que estamos ante un golpe de timón en la industria musical española. “Estoy de acuerdo: hay una generación de ejecutivos que pensamos globalmente, hablamos inglés con fluidez y estamos dispuestos a buscar lo que haga falta en cualquier lugar del mundo. El público de Elrow compra entradas sin mirar qué discjockeys actúan porque sabe que van a ser buenos. Se han convertido en un sello de calidad por encima de estrellas musicales. Algo parecido ocurre con Love The 90s: quien adquiere una entrada sabe que accede a un show de alta calidad y que va a escuchar sus canciones favoritas de la época, porque si no están su artista preferidos en el cartel las va a pinchar alguno de los DJs de nuestro espectáculos”.

Tanto Elrow como Neo+ saben que el artista es importante, pero ya no imprescindible. Lo que exige el público es espectáculo. “Se han impuesto los theatricals, que es como se llama a las giras de David Copperfield y las producciones tipo Circo del Sol. También hemos aprendido cosas de los musicales de la Gran Vía. La gente no quiere solo música y copas, sino algo más. Se han cansado del típico concierto sobrio, con un grupo legendario donde tienen que esperar a que toquen las tres canciones buenas. Eso les pasa a muchos superventas. Además, los noventa siempre se han tomado a broma y nosotros somos los primeros en enfocarlos en serio”, apunta. En aquella década, la crítica musical española despreció la música discotequera como vulgar, machacona y ‘poligonera’. Otro patinazo de los sacerdotes del cool, centrados en el pop retro anglosajón y en los depresivos artistas grunge. El tiempo ha revalorizado el eurodance como un potente episodio de la historia de la música electrónica.

Expansión internacional

Ojo a los próximos proyectos de la empresa. ¿El principal? Love The 90s planea expansión internacional. “Ya hemos anunciado una fecha en Lisboa, en el Altice Arena, el mismo recinto en el que se ha celebrado la gala de Eurovisión. También estamos mirando para hacer París. En el primer trimestre de 2019 pensamos arrancar México y Brasil”, adelanta a El Confidencial. Hace pocos días, se agotaron las entradas para Love the Tuentis, otro festival de la empresa centrado en los millennials que crecieron con la extinta red social, hoy transformada en empresa de telefonía. Sus padres o abuelos pueden disfrutar este verano con Memory Park, evento nostálgico dedicado a los ochenta. Desfilarán Nacha Pop, Seguridad Social, Amistades Peligrosas, Celtas Cortos, Un Pingüino En Mi Ascensor y otros nombres clave de aquellos años. “El pop de los ochenta esta agotado porque se le ha maltratado. Vas a ver a estos grupos y hay unos altavoces, dos pantallas y una palmera. No hay experiencia. Nuestro reto es coger eso y crear un espectáculo a la altura de 2018, como hicimos con Love The 90s. Parece mentira, pero los artistas de los ochenta siguen funcionando con los mismos escenarios que llevaban entonces. Memory Park es un intento de superar eso”, afirma. Sin duda, Aldous Huxley y Marshall McLuhan estarían fascinados como empresas como esta. Cumplen varias de sus predicciones principales.

Albornoz habla con seguridad porque tiene claros sus principios empresariales: “Siempre he dicho que las ideas están sobrevaloradas, lo que importa es unir eso con una gran ejecución. Hemos demostrado que lo podemos hacer. Mucha gente que se ha metido a montar festivales sin saber, como cuando los carniceros se metían a promotores inmobiliarios y salían las casas que salían. No se puede organizar un festival si amar la música, ni conocer el sector, ni tener un plan sostenible. Muchos empresarios piensan que es fácil y no es así”. El mérito de Share Music!, la marca de Neo+ centrada en eventos musicales, radica en la capacidad de plasmar ideas ajenas mejor que quienes las pensaron. “En 2008 ya existía un circuito de festivales centrados en los noventa. Yo los descubrí en Bélgica. Lo raro es que ningún empresario tuviera ambición llevarlo más allá de sus fronteras. Nosotros nos atrevimos y nos empeñamos en hacerlo tan bien como fuera posible”, concluye.

Sábado noche. Palacio de los Deportes de Madrid. Hace días que no quedan entradas en taquilla. Estamos en el festival Love The 90s, la mayor historia de éxito en las giras de 2017, que vuelve con más fuerza esta temporada. La Asociación de Promotores Musicales no sabe bien como clasificar este fiestón, mitad macrodiscoteca y mitad show teatral, con artistas nacionales e internacionales. Por su taquilla, debería haber ocupado algún puesto del podio de giras más rentables, junto a Operación Triunfo y Pablo Alborán. Se trata de seis horas frenéticas, que no ofrecen ni un segundo para el respiro. ¿Momentos míticos? El público se desata con 'Freed From Desire', de Gala, turbo-balada rebosante de adrenalina. Jumper Brothers nos recuerdan la magia del dance noventero: una versión acelerada de 'Un-Break My Heart' (Toni Braxton) hace saltar los culos de los asientos. Ya en la recta final, el mítico Chimo Bayo retumba en todo el recinto y se despide a lo grande: “¿Qué pasa gente? ¡Mañana paellita en mi casa!”. Absorbido por la magia del momento, se le olvida facilitar la dirección.

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