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La vida de 'Niñato': padre soltero de día, rapero de noche
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estreno en cines este 11 de mayo

La vida de 'Niñato': padre soltero de día, rapero de noche

El director madrileño Adrián Orr se estrena en el largometraje con 'Niñato', Mejor película en el Festival de Buenos aires y ganadora de la sección Nuevas Olas en el Festival de Sevilla

Foto: 'Niñato', el primer largometraje de Adrián Orr, cuenta la historia de David Ransanz, padre de día, rapero de noche. (Márgenes)
'Niñato', el primer largometraje de Adrián Orr, cuenta la historia de David Ransanz, padre de día, rapero de noche. (Márgenes)

Es de noche y Niñato, subido al escenario del garito de turno, dispara rimas al micrófono a ritmo de hip-hop. En su mochila, algunas copias de su último disco. Se acaba el concierto y Niñato pasa a ser David. Llega a casa, donde su madre dormita a medio párpado pendiente de los tres niños que duermen en la habitación contigua, y se calienta la cena en el microondas. David, Niñato, bordea la cuarentena, está en paro, es padre soltero y lleva más de dos décadas sobre los escenarios, también como parte del Clan Lírica Salvaje. Entre vaso de Cola Cao y paseo al colegio de su hija y sus sobrinos, maqueta tras maqueta, Niñato persigue el sueño de crecer dentro de la escena, de hacer llegar sus temas lo más lejos posible, de hacer de la música su modo de vida. Y David, entre maqueta y maqueta, disfruta del regalo que es ver crecer a los niños, hacer con ellos los deberes, ponerles el vaso de Cola Cao y acompañarlos al colegio. El lujo, a veces, radica en la perspectiva.

Esa dicotomía, entre el anhelo de adolescente del rapero y la responsabilidad adulta y pedestre del padre soltero fue lo que llevó a Adrián Orr (Madrid, 1981) a convertir a Niñato en el protagonista de su corto 'Buenos días, resistencia' (2013). Como un periodista de guerra, Orr se empotró en la familia de Niñato —sus padres, su hija, sus sobrinos—y durante dos años grabó los perezosos despertares de los niños, las carreras para no llegar tarde a la escuela, las peleas por acabar los deberes y, cuando la circunstancia lo permite, una sesión en el estudio de grabación, un 'show', cualquier rebeldía frente al 'ten un trabajo estable', 'cómprate un coche', 'firma una hipoteca'. El verso como disidencia.

Foto: Manuela Burló Moreno en el rodaje de 'Cómo sobrevivir a una despedida'. (Efe)

Como una prolongación natural del corto, como un esqueje madurado con el paso del tiempo, a 'Buenos días, resistencia' le siguieron casi otros cuatro años —más bien cuatro otoños y cuatro inviernos— de rodaje que se han convertido en 'Niñato', el primer largometraje de Orr, que consiguió alzarse con el premio a Mejor película en el Festival Internacional de cine de Buenos Aires (Bafici) y con el premio de las Nuevas olas del pasado Festival de Sevilla. Como regalo inesperado, el estreno este fin de semana en salas comerciales, una posibilidad que a Orr, de primeras, se le antojaba bastante lejana al comienzo del proyecto.

placeholder Oro no quiere hacer los deberes. (Márgenes)
Oro no quiere hacer los deberes. (Márgenes)

Como el propio David, 'Niñato' es una película libérrima; "No teníamos ayudas públicas ni un plazo para entregar ni a quién justificar la película", explica Orr al otro lado del teléfono, sorprendido por el interés que ha despertado el film en los momentos previos al estreno. "Siempre supimos que íbamos a filmar durante bastantes años, pero nunca supimos cuántos, exactamente". Al final, casi seis y más de 40 horas de brutos. "Después de 'Buenos días resistencia' llegué a tener una relación muy íntima con la familia y me sentí muy cómodo en la casa, filmando, y quería aprovechar esa disposición, tanto de ellos como mía, para poder rodar una peli. Una primera película que pudiese ir pensándola y buscándola sin tener un plan de rodaje cerrado ni un peso de nivel producción que esté detrás. Esa libertad de poder rodar así quería aprovecharla".

Orr ha rodado 'Niñato' sin ayudas, sin plazos, sin plan de rodaje y sin tener a nadie a quien dar cuentas

David y Orr se conocen desde los años de instituto, comparten barrio e intereses musicales. Incluso formaron parte del mismo grupo de hip-hop. La bifurcación generacional, el rito de paso de David llegó al convertirse en padre. Sin pareja, sin un salario estable y apoyándose en la ayuda de sus padres, David se enfrenta al dilema de enseñar a los niños a ser independientes y autosuficientes cuando él, como adulto, no ha conseguido serlo. Alrededor, la realidad del barrio, la precariedad de unos padres —otros— trabajadores que no pueden permitirse pagar un comedor para sus hijos y lo implacable de una sociedad que mide el éxito por el grosor de la cartera y no por el tiempo que uno puede dedicar a lo que realmente importa: a los seres queridos y a los sueños.

placeholder David 'Niñato', del Clan Lírica Salvaje, en una de sus actuaciones nocturnas. (Márgenes)
David 'Niñato', del Clan Lírica Salvaje, en una de sus actuaciones nocturnas. (Márgenes)

'Niñato' es de ese tipo de cine en el que la pantalla desaparece para convertirse en una mirilla: la espontaneidad de un parpadeo, la verdad de los gestos fugaces, la 'Blitzkrieg' de lo cotidiano y el triunfo en un plato de lentejas. "Quería profundizar en la dicotomía de un joven que aprende a ser padre cuidando de los niños, quería explorar cómo trabajar el paso del tiempo, cómo representarlo cinematográficamente, y encontrar esa distancia en la que ellos se sentían suficientemente cómodos siendo filmados y yo me sentía cómodo mirándolos, y hacerlo con una coherencia estética".

Orr: "Me gustan las películas que te dejan hueco para pensar tú, para hacerte preguntas"

"El estilo de la peli sale de corregir errores y ver situaciones en las que lo filmado no funciona y hay que hacerlo de otra manera", prosigue. "Como no podía iluminar —porque no tenía aparatos, casi—, la tendencia fue al revés, a apagar luces, crear atmósferas diferentes e intentar no pensar en una luz preciosista, sino intentar buscar la estética y lo interesante en la sugestión". La cámara de Orr pudiera parecer invisible a tenor de la capacidad para no ser percibida ni por el espectador ni, aparentemente, los protagonistas. "Esa intimidad nace de haberlos conocido antes de rodar, de conocer su realidad antes de empezar a hacer una película sobre ellos. El establecerme en la casa y compartir con ellos un montón de momentos en los que ya sabían que iba a participar —los grabase o no—, como puede ser en el momento del despertar o al hacer los deberes o al salir del colegio o a la hora de comer. Y como tú estás ahí siempre, cuando grabas, con esa presencia que has convertido en normal, el hecho de grabar queda lo menos extraordinaria posible y no rompe su rutina".

placeholder El director madrileño Adrián Orr. (Riverlab)
El director madrileño Adrián Orr. (Riverlab)

La cinta de Orr no se presenta ni como ficción ni como documental, sino como un híbrido sin género. Simplemente cine. "Me gustan las películas que te dejan hueco para pensar tú, para hacerte preguntas, pero que no todas las preguntas tengan una respuesta, que también puedas responderlas tú con lo que puedas imaginar. Al final es una peli muy cercana que cuenta la historia de una familia de clase trabajadora en Madrid, pero que podía ser cualquier otra ciudad española, posiblemente, y que cuenta esa intimidad de un padre con los niños, de cómo se organiza una familia y de cómo se sobreponen a las circunstancias con optimismo, porque a pesar de que la película tiene un sabor agridulce, el positivismo lo encuentra en los niños".

placeholder Otro momento de 'Niñato', la ópera prima de Adrián Orr. (Márgenes)
Otro momento de 'Niñato', la ópera prima de Adrián Orr. (Márgenes)

Con su primer largo como director —tras más de 10 años de experiencia en el equipo de dirección de cineastas como Alberto Rodríguez y Montxo Armendáriz—, Orr entra a formar parte de ese 'nuevo cine español' que suena en los festivales internacionales y en el circuito independiente, pero que no llega a hacerse hueco en las salas comerciales. En parte porque los cines todavía recelan de la rentabilidad de este tipo de películas. "En España no hay una cultura audiovisual de enseñanza en los institutos y en los colegios para mirar el cine como parte de nuestra cultura y nuestro arte, sino más como puro entretenimiento. Hay una gran diferencia entre una película que pueda funcionar muy bien, como 'Campeones' [que ya es el estreno más exitoso del 2018 con casi 12 millones de euros de recaudación], y 'Mimosas' [de Oliver Laxe, ganadora del Gran premio de la semana de la crítica en Cannes y que apenas ha recaudado 54.000 euros en la taquilla española] . Y yo no te digo que una sea mejor que la otra, pero hay qué pensar que, aparte de que la primera es una película con más producción y más distribución, ¿por qué llega una película tanto al público y otra no?".

Orr: El cine español son muchas cosas y tiene que comunicarse tanto a los espectadores como a las instituciones como un valor, no un problema

"Cuando se habla de cine de autor español en el extranjero se piensa en Oliver [Laxe] o en Lois [Patiño]. El cine español son muchas cosas y tiene que comunicarse tanto a los espectadores como a las instituciones como un valor, no un problema, y así ganamos todos", propone. "Que 'Niñato' pueda llegar a salas en distintas ciudades españolas es muy bueno, porque hay un público más grande que puede acceder a este tipo de películas y que también puede sentirse muy identificado, puede emocionarse y dejarse llevar si se abre un poco. Sólo falta ser un poco curiosos. Como podíamos ser cualquiera de nosotros cuando empezamos a ver películas. Nadie nace viendo a Godard. Y vas poco a poco, vas generándote curiosidad y vas viendo propuestas que te interesan y propuestas que no te interesan. Eso es el arte y eso es el cine, ¿no?".

Es de noche y Niñato, subido al escenario del garito de turno, dispara rimas al micrófono a ritmo de hip-hop. En su mochila, algunas copias de su último disco. Se acaba el concierto y Niñato pasa a ser David. Llega a casa, donde su madre dormita a medio párpado pendiente de los tres niños que duermen en la habitación contigua, y se calienta la cena en el microondas. David, Niñato, bordea la cuarentena, está en paro, es padre soltero y lleva más de dos décadas sobre los escenarios, también como parte del Clan Lírica Salvaje. Entre vaso de Cola Cao y paseo al colegio de su hija y sus sobrinos, maqueta tras maqueta, Niñato persigue el sueño de crecer dentro de la escena, de hacer llegar sus temas lo más lejos posible, de hacer de la música su modo de vida. Y David, entre maqueta y maqueta, disfruta del regalo que es ver crecer a los niños, hacer con ellos los deberes, ponerles el vaso de Cola Cao y acompañarlos al colegio. El lujo, a veces, radica en la perspectiva.

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