Paco Camarasa, largo adiós al jefe de la tribu más negra y criminal

"No te puedes ni imaginar las lágrimas de la gente el día que Paco cerró su librería. Así que no sé cómo será su entierro". Recuerda el escritor de novela negra Toni Hill las horas y horas que pasó en la minúscula librería barcelonesa Negra y Criminal, una de las zonas cero del género policíaco nacional, el lugar en el que se gestó el nacimiento de la Semana de Novela Negra de Barcelona BCNegra, y cuyo dueño, Paco Camarasa, uno de los principales mecenas del 'noir' en España, ha muerto este lunes a los 68 años.

Camarasa ha dejado la BCNegra en lo más alto. Después de 12 años como comisario de este encuentro literario —aunque en la última edición no pudo participar a causa de su enfermedad—, aquello que comenzó en 2005 como una pequeña reunión entre escritores, divulgadores y lectores de novela policíaca ha acabado recibiendo entre sus asistentes a referentes internacionales como Donna Leon, Petros Màrkaris o Andrea Camilleri​, ganadores del Premio Pepe Carvalho, el clímax de la Semana tras días de encuentros, talleres y mesas redondas.

"Paco le dio un toque de seriedad a un género que estaba denostadísimo", reivindica Hill, autor de la trilogía del inspector Salgado ('El verano de los juguetes muertos', 'Los buenos suicidas' y 'Los amantes de Hiroshima'). "No lo hizo sólo él, pero en Barcelona fue él el responsable, claramente, de la lucha por impulsar la novela negra. Durante años se peleó con la administración, que le daba cuatro duros para montar Barcelona Negra, como si le hicieran un favor. Pero en los últimos tres años, incluso desde antes del Gobierno de Ada Colau, hubo un cambio radical de planteamiento y le dieron una partida presupuestaria decente, lo que la ha convertido en un evento con los mejores autores nacionales e internacionales".

Noemí Sabugal recuerda cuando, apenas aterrizada en el mundo editorial, Camarasa la invitó a presentar su segundo trabajo, 'Al acecho' (Algaida, 2013), en Negra y Criminal. "Todos los autores que pasamos por Negra y Criminal estamos muy agradecidos a Paco por habernos dado esa oportunidad y por la generosidad que él tenía para señalar a escritores de su primera o segunda novela y decirles 'ven'. Es una enorme pérdida para la literatura, porque Paco era un hombre de los que busca, siempre estaba dispuesto a leer la novela de un autor nuevo, de descubrir algo. Le daba igual que el autor fuera consagrado o no. Y era un pegamento para la unión de muchos escritores que nos hemos conocido con él de por medio".

Sabugal: "Paco fue muy importante para que el género negro fuera teniendo mayor difusión y también mayor calidad"

"Paco fue muy importante para que el género negro fuera teniendo mayor difusión y también mayor calidad", continúa Sabugal, "porque era un prescriptor muy importante: lo que él decía o los autores a los que él señalaba acababan demostrando que realmente merecían esa confianza y consolidaban su trayectoria. Muchos dicen que era el jefe de la tribu y, aunque hubo otros jefes que dedicaron toda la vida en esto, como Paco Taibo, desde luego Camarasa era uno de los jefes de la tribu".

"Yo a Paco lo conocía de hacía muchos años, primero además como lector, de ir allí a curiosear y de encontrármelo en algún sarao", explica Hill. "Era ese tipo de librero que cada vez queda menos —aunque en España todavía hay, porque en Inglaterra son todo Waterstones—. La librería era minúscula, minúscula de verdad: es difícil creer todos los libros que cabían en un espacio tan pequeño. Te entusiasmaba con descubrimientos y con autores, también con libros de segunda mano, porque además lo había leído todo y lo tenía todo". Cuenta Hill, como en un chiste de la vida, que Camarasa llevaba hasta hace un tiempo el club de lectura de los Mossos d'Escuadra; fiscales, mossos e investigadores reunidos alrededor del librero para leer historias sobre fiscales, policías e investigadores.

Aunque no lo trató demasiado, el escritor Jordi Carrión ('Barcelona. Libro de los pasajes', Galaxia, 2017) admite que ha sido "un librero, prescriptor y gestor cultural importante en la historia reciente de Barcelona". "En mi opinión vio, como Alejo Cuervo, que había que trabajar la periferia relativa de la ciudad. Cuervo y Gigamesh, en el paseo Sant Joan, la ciencia ficción y la fantasía. Camarasa, en la Barceloneta, la novela negra. Con Sergio Vila-Sanjuán, Camarasa fue uno de los primeros en darse cuenta de que la novela negra sería un género central en el mercado. Como librero supo construir una comunidad que después multiplicó exponencialmente en el festival".

El pasado noviembre, el Ayuntamiento de Barcelona lo reconoció con la Medalla de Oro al Mérito Cultural

El pasado noviembre, el Ayuntamiento de Barcelona lo reconoció con la Medalla de Oro al Mérito Cultural. Dos años antes había tenido que cerrar su librería por falta de rentabilidad. "Es lo que tienen esos espacios tan especializados. Además, estaba en un sitio que no era para nada un lugar de paso. Estaba en la calle de la Sal, que está en la Barceloneta, es decir, fuera del centro", razona Hill. "Cuando la novela negra se empezó a vender a lo grande, se podía comprar en todos lados, y antes de llegar a la librería de Paco ya habías pasado por dos FNAC, El Corte Inglés y no sé cuántas más. Y luego también que la gente se va cansando; te haces mayor y se te quitan las ganas de seguir luchando. Yo recuerdo que estuve en el cierre y fue muy emotivo: pusieron una lápida en la puerta y leyeron unas palabras como si estuviesen en un entierro. Pero yo creo que Paco y su mujer Montse, porque la librería la llevaban los dos, estaban hasta el gorro de pasarse ahí horas, de que no entrase nadie, de pelearse con los números…".

"En aquel momento le dio pena, sí, pero también tenía muchos proyectos y muchas ganas de hacer cosas". Por ejemplo, escribir 'Sangre en los estantes', un ensayo dedicado a la historia de la novela negra, publicado en 2016. "La pena es que se puso enfermo enseguida, después del cierre. Los planes de una jubilación un poco más amable, por decirlo así, se fueron a la porra. Llevas trabajando toda la vida y justo te pones enfermo al medio año de jubilarte, eso sí que es una putada. Me parece de una crueldad terrible".

En su despedida el año pasado de la Semana que él ayudó a parir, Camarasa echaba la vista atrás a todo lo que había crecido su proyecto en la última década. "En la primera edición dijimos que ojalá fuese el principio de una historia de amor entre Barcelona y la novela negra, y resulta que la historia de amor ha existido y está siendo larga". Y que, aunque ya sin él, así siga por mucho tiempo.