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Beatriz Rico, la estrella de la tele que se negó a ser la Xuxa española se pasa al rock and roll
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Beatriz Rico, la estrella de la tele que se negó a ser la Xuxa española se pasa al rock and roll

El show musical en vivo de la presentadora y actriz el show es potente, fluido y contagioso a más no poder

Foto: Betariz Rico. (Juanma Sierra)
Betariz Rico. (Juanma Sierra)

Vallecas. Domingo por la noche. Estamos en la mítica sala Hebe, templo rockero del barrio. Mientras pido una cerveza, un tipo de seguridad se acerca al camarero con expresión confundida. “Mira…es que….te traigo los vales de copas porque nadie del grupo los va a utilizar. Dicen que no los quieren”, explica. Más de veinte años cubriendo conciertos y nunca escuché algo parecido. Esta noche hemos venido a ver a Rico & Roll, una banda de versiones liderada por Beatriz Rico, estrella de televisión de los noventa que el público madurito recordará bien (fue un mito erótico para más de una generación). Los más jóvenes quizá la conozcan por su carrera como actriz. La buena noticia es que el show es potente, fluido y contagioso a más no poder.

Foto: Madonna durante una actuación en los BRIT Awards.

Mientras suenan himnos de AC/DC, Luz Casal y Tina Turner, me doy cuenta de que la única motivación posible para hacer esto es el amor a la música. Rico no necesita el dinero, tampoco la fama y además su energía en escena no tiene que ver con estímulos artificiales. Llegué a la sala sin muchas expectativas y salgo feliz, convencido del poder de un riff contundente y tres frases bien cantadas. Ya sabemos que es solo rock and roll, pero nos gusta, que decían los Rolling Stones. Las próximas paradas del grupo son Ávila (10 de marzo), Toledo (19) y Villalba (23)

Tina Turner, diosa rock

Al día siguiente, me animo a pedir una entrevista con Rico. ¿Cuándo empezó a atraerle el rock? “Pronto, muy pronto: de niña cantaba éxitos de Joan Jett usando un bote de laca como micrófono. Luego, en la etapa de televisión, me pasaba muchas noches en el Honky Tonk. Incluso subí a cantar alguna vez con el grupo de unos amigos”, recuerda. Rico & Roll nace hace cinco años, durante un festival rockero en Segovia. “Al terminar la actuación, los del grupo se acercaron, sorprendidos de que me supiera todas las letras. Me ofrecieron cantar con ellos”. Al principio se llamaban B Rock y -tras una escisión- se rebautizaron como Rico & Roll. “En realidad, el batería y el bajista sí que beben, pero son más de cervezas cuando no hay que conducir”, aclara.

En sus días de fama catódica -'El Precio Justo' y programas infantiles- se veía poco serio que una presentadora quisiera ser cantante

Rico es abstemia, desde hace seis años, cuando cambió los copazos por el deporte. “Si bebiera alcohol, creo me perdería muchas cosas que ocurren sobre el escenario. Prefiero vivirlo todo. Además ni me gusta el sabor del licor, ni me sentaba bien”, afirma. En sus días de fama catódica, haciendo 'El Precio Justo' y programas infantiles, se veía como poco serio que una presentadora y actriz quisiera también ser cantante. “Ahora, por suerte, eso ha cambiado”, apunta. Su actual sueño es trabajar en un musical. “Me encantaría hacer uno de Tina Turner, Es una especie de diosa para mí. Creo que lo pasaría en grande, aunque fuera haciendo de cuarta corista”, confiesa. Su actual espectáculo teatral, 'Antes muerta que convicta', incluye interpretaciones musicales, desde el numero el guante en 'Gilda' hasta la popera 'Chica yeyé' de Concha Velasco.

Decisiones kamikazes

Beatriz Rico es rock and roll. No solo por lo que hace sobre el escenario, sino por su forma de tomar decisiones. Con solo veinticinco años, cuando era la estrella de la franja infantil de Mediaset, descubrió que no quería convertirse en Xuxa y renunció a su puesto. El jefe supremo, Valerio Lazarov, amenazó con demandarla, (por una cantidad que “no podremos pagar nunca” según le comunicó su contable). El conflicto se arregló cuando Rico explicó personalmente al director de Telecinco su vocación de actriz. “Para mí no existía otra opción. Mi familia me dijo que estaba loca, pero me llegó muy pronto la primera oferta para hacer 'Los hombres siempre mienten' (1995), con Gabino Diego. Ahora lo pienso y me doy cuenta de que dejar la tele fue una decisión muy arriesgada. Pero, bueno, soy piscis y confío en mis pálpitos”, dice como si fuera el argumento definitivo.

Ahora lo pienso y me doy cuenta de que dejar la tele fue una decisión muy arriesgada

¿Otro momento kamikaze? Tenía tantas ganas de hacer 'Lázaro de Tormes' (2001) que ocultó a la productora que estaba embarazada. “Sabía que si se enteraban me iban a echar del reparto, ya que rodábamos escenas con caballos. Evité el chequeo médico obligatorio diciendo que me lo haría por mi cuenta, pero excluyendo el test de embarazo. Si un médico me hubiese recomendado reposo, la película se hubiera quedado a la mitad. Solo pensaba en trabajar con Fernando Fernán Gómez y sentía que iba a ser mi ángel de la guarda”, recuerda. En pocas palabras: casi la lía parda.

#YoTampoco

Seguimos por el tema de moda: los chantajes y abusos sexuales en el mundo del espectáculo. Rico tenía el perfil perfecto para atraer depredadores: joven, guapa y lejos de casa. ¿Sufrió muchos episodios desagradables? “El otro día me sentí muy identificada con una entrevista de Silvia Marsó. Decía que la habían acosado taxistas, camareros e ingenieros, pero nunca nadie dentro de la profesión. Supongo que en Estados Unidos es distinto. España está siempre en crisis y me cuesta pensar que se arriesgue el buen fin de una película porque alguien se acueste o no se acueste con el productor”, apunta. ¿Puede ser, sencillamente, que en nuestro país no exista un equivalente a Harvey Wenstein? “Por supuesto hay machismo, pero en cosas como que los papeles importantes son para los hombres o que a partir de cierta edad a las mujeres solo nos dan secundarios. También sé que ellos cobran más que nosotras por el mismo trabajo. No me he atrevido a preguntarlo directamente, pero me entero por otras vías. Lo que nunca me ha llegado son historias de acoso. Ni de directores, ni de productores. Jamás. Yo no he vivido eso y parece que Silvia tampoco”, confirma.

Apoyo mutuo

Ahora Beatriz vive bajo esta máxima: “Nunca sabrás lo que la felicidad hasta que no hagas algo por alguien que no pueda hacer nada por ti”. Leer su cuenta de Twitter da una idea de su rechazo al capitalismo salvaje, pero no se deja engañar por el ciberactivismo. “Los problemas no cambian por un hashtag demoledor, sino bajando a la calle y ayudándonos los unos a los otros”. Por ejemplo, ella es voluntaria cuidando ancianos en el Hospital Reina Sofía. “Cada vez que salgo de una habitación y veo a la señora Asunción o al señor Ovidio tirándome besos me hacen feliz y siento que estoy contribuyendo algo importante, algo que realmente me gusta”, afirma. Inspirada por el trabajo de Cristina Del Valle, se ha comprometido contra la violencia de género, por la libertad del pueblo palestino y por el referéndum en el Sáhara. “Como es un conflicto de baja intensidad, apenas se le presta atención. Por eso decidí pasar allí mi luna de miel, para ayudar a que los medios lo visibilizaran”, dice.

La actriz se casó en 2016 con el policía nacional Rubén Ramírez. Ahora tuitea mucho contra el frío que tendrán que pasar cientos de familias españolas para que ganen más dinero las eléctricas. “Gente de mi círculo me dice que para qué me meto en estas cosas si a mí me va bien. Creo que no podemos ser indiferentes cuando el vecino se congela o le echan del trabajo o le desahucian”, señala. Le pregunto cómo se imagina el resto de su carrera. “La vida me ha dado demasiadas sorpresas como para preocuparme con eso”, responde. Mientras me despido, llega a la mesa un joven guionista para convencerla de que acepte un papel protagonista en su película.

Vallecas. Domingo por la noche. Estamos en la mítica sala Hebe, templo rockero del barrio. Mientras pido una cerveza, un tipo de seguridad se acerca al camarero con expresión confundida. “Mira…es que….te traigo los vales de copas porque nadie del grupo los va a utilizar. Dicen que no los quieren”, explica. Más de veinte años cubriendo conciertos y nunca escuché algo parecido. Esta noche hemos venido a ver a Rico & Roll, una banda de versiones liderada por Beatriz Rico, estrella de televisión de los noventa que el público madurito recordará bien (fue un mito erótico para más de una generación). Los más jóvenes quizá la conozcan por su carrera como actriz. La buena noticia es que el show es potente, fluido y contagioso a más no poder.

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