Santiago Sierra, el artista salvaje que llevó la guerra al interior de Ifema
El presidente de Ifema se enfrentó a ARCO y al Ayuntamiento de Madrid para censurar a un referente internacional del arte político poco dado a los discursos contemplativos
Dado que ARCO se celebra en el recinto ferial de Ifema, y dado que en Ifema participan el Ayuntamiento de Madrid, la Comunidad de Madrid (CAM), la Cámara de Comercio y la Fundación Montemadrid, cualquier diría que tomar una decisión —más aún una decisión conflictiva— debe costar horas y horas de reflexiones, discusiones y consensos. Pero no. Ha bastado con una llamada de teléfono del 'sheriff' —el presidente de Ifema, Clemente González Soler— para que por primera vez en 37 ediciones de ARCO una obra no haya llegado siquiera a exponerse.
La obra era una reflexión de Santiago Sierra sobre la existencia de 'presos políticos' en España —que incluía fotos pixeladas de Junqueras y los Jordis, pero también de militantes anarquistas, de la izquierda 'abertzale' y del 15-M—. La llamada se la hizo Clemente González Soler a la galerista de Sierra, la prestigiosa Helga de Alvear, que ante el temor de no volver a exponer en ARCO, cedió a las presiones del jefe y descolgó la obra poco antes de arrancar la feria.
Al margen del meneo a la libertad de expresión, tan vapuleada últimamente, ha habido otros daños colaterales: el director de ARCO (Carlos Urroz) y el Ayuntamiento de Madrid, contrarios a la retirada de la obra (la CAM y la Cámara de Comercio estuvieron a favor, partiendo Ifema y ARCO en dos), han sido ninguneados por González Soler —ingeniero aeronáutico, empresario del aluminio y presidente del grupo Alibérico—, cuya decisión sí fue respaldada por el Gobierno, lo que hace dudar si González Soler actuó solo o en compañía de otros.
González Soler, en definitiva, no era conocido hasta ahora por sus habilidades para el comisariado artístico, así que no sería muy aventurado deducir que la obra de Santiago Sierra (Madrid, 1966) le ha debido dejar un tanto confuso, quizá porque no estaba familiarizado con ella, quizá porque la diferencia entre 'políticos presos' y 'presos políticos' va más allá de la semántica, quizá también porque nadie parece resistirse al encanto de la censura en 2018. Pero hay una cosa que el presidente de Ifema igual no ha calibrado: Santiago Sierra no es un enemigo cualquiera.
Lo que ha pasado es que hemos puesto el dedo en la llaga
He aquí uno de los artistas políticos españoles de mayor proyección internacional, acostumbrado a colocar mensajes conflictivos en el 'mainstream' cultural y muy dado a dar la batalla. No es un mindundi, en definitiva, al que un dedazo desde arriba o una campaña de prensa en contra pueda cerrarle la boca y aquí no ha pasado nada.
No hay más que recordar su negativa a aceptar el Premio Nacional de Artes Plásticas en 2010 o una de sus obras más impactantes, 'Los encargados', un cortejo fúnebre por la ciudad en que los vehículos no llevaban féretros, sino unas siniestras y gigantescas fotografías del revés de todos los presidentes de la democracia. Una auténtica pedrada...
Hablamos por teléfono con el estudio de Santiago Sierra para valorar lo sucedido tras un día de locos (según fuentes de su galería, el artista se quedó entre enfadado y decepcionado cuando le informaron de que su obra no iba a ser expuesta):
1) "Justo esta semana se ha confirmado la condena a Valtònyc, símbolo de la represión contra los raperos, que era uno de los personajes que teníamos pixelados y listos para exponer, pero que, como no había entrado aún en la cárcel, no estaba en la remesa de fotografías que mandamos a ARCO".
2) "Si esto sigue así, nuestra serie de fotografías puede llegar hasta el infinito".
3) "Lo que ha pasado es que hemos puesto el dedo en la llaga, ese ha sido el acierto, de ahí que algunos se sientan ofendidos y soliviantados".
Moraleja: Santiago Sierra es otro de los que se alinean con la máxima de Unamuno: "La verdad antes que la paz".
PD. Que censurar una obra no hace más que aumentar su valor es algo evidente a estas alturas. Tatxo Benet, socio de Jaume Roures en Mediapro, ha comprado la obra de Sierra por 96.000 euros, según informó anoche 'La Vanguardia'. Venta realizada a la salud de don Clemente González Soler, suponemos.
Dado que ARCO se celebra en el recinto ferial de Ifema, y dado que en Ifema participan el Ayuntamiento de Madrid, la Comunidad de Madrid (CAM), la Cámara de Comercio y la Fundación Montemadrid, cualquier diría que tomar una decisión —más aún una decisión conflictiva— debe costar horas y horas de reflexiones, discusiones y consensos. Pero no. Ha bastado con una llamada de teléfono del 'sheriff' —el presidente de Ifema, Clemente González Soler— para que por primera vez en 37 ediciones de ARCO una obra no haya llegado siquiera a exponerse.