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"¡Cuánto daño me has hecho!" Las 10 mejores canciones de desamor para San Valentín
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"¡Cuánto daño me has hecho!" Las 10 mejores canciones de desamor para San Valentín

Insultos pasionales, cajas destempladas... Estos son los himnos musicales que cantan al fin del amor

Foto: Jeanette
Jeanette

Hoy celebramos San Valentín, esa fiesta comercial en la que todos fingimos que lo primero en la vida es nuestra pareja. En realidad, si somos honestos, estamos obligados a admitir que el amor ya no es lo que era en tiempos de nuestros padres y abuelos. Como explicó Michel Houellebecq en ‘Ampliación del campo de batalla’, las relaciones sentimentales del siglo XXI se han convertido en otra operación de cálculo gélido basada en nuestro capital erótico (o capital a secas). Muchas veces escogemos pareja como compramos coche, piso o lavavajillas. Además, ya no tenemos una, sino unas cuantas. Por eso, precisamente por eso, estas rimas de desamor profundo nos apelan y reconfortan más que nunca. Escoja su favorita para llorar a gusto.

1. 'Voy' (Olga Guillot)

Empezamos fuerte. Doña Olga Guillot, reina absoluta del bolero, escupe como nadie estas frases de hundimiento extremo: “Voy a mojarme los labios con agua bendita/ para lavar los besos que una vez me diera tu boca maldita/ voy a ponerme en los ojos un hierro candente/ pues mil veces prefiero estar ciega que volver a verte”. Ríanse ustedes de 'Back To Black' (Amy Winehouse), 'Love Will Tear Us Apart' (Joy Division) y 'Segundo premio' (Los Planetas). Posiblemente, todos hemos sentido lo mismo, aunque sea durante cinco segundos, después de alguna ruptura traicionera. No se trata de hacer apología de la autolesión, sino de entregarse a la catarsis de karaoke. En todo caso, para evitar males mayores, nunca subestime los sentimientos de una cubana con cardado.

2. 'Rata de dos patas' (Paquita la del Barrio)

La única competición posible para Guillot. Comienza con un suave acordeón y discurre con elegancia, pero la letra es puro napalm emocional: “Rata inmunda, animal rastrero/ escoria de la vida, adefesio mal hecho/ infrahumano, espectro del infierno/ maldita sabandija, cuánto daño me has hecho”. Poca exégesis pop cabe aquí. Si acaso señalar que Paquita no se queda contenta con llamar adefesio a su amante, por eso le llama “adefesio mal hecho” (ni para adefesio vale). En mitad de la canción, incluye su famoso grito de guerra: “¿Me estás oyendo, inútil?”. Uno de los apodos de la cantante mexicana es 'la guerrillera del bolero', muy adecuado por sus letras demoledoras. Ya no se hacen estribillos así, quizá porque apenas hay biografías como las de Paquita, que se casó a los 15 años con tipo de 42 del que después descubrió que mantenía una segunda familia. Dicho esto, ¿quién no se ha cruzado con una rata de dos patas?

3. '¿Por qué te vas?' (Jeanette)

Si usted no recuerda su peor ruptura escuchando esto, no tiene corazón. El maestro José Luis Perales tocó el cielo creativo al componer esta maravilla, a la que no sobra ni falta una palabra. Igualmente grandiosa es la voz de Jeanette, que interpreta como nadie el registro de 'shock' emocional que nos suele poseer antes de venirnos totalmente abajo. “Como cada noche desperté, pensando en ti/ y en mi reloj todas las horas vi pasar….¿Por qué te vas?”. El filósofo Agustín García Calvo, experto en cultura griega clásica, dedicó a este éxito pop sus elogios más encendidos. Pocas veces una combinación de letra y música ha captado tan bien la sensación de desamparo total que nos invade cuando nos rechaza la persona que queremos. Si una canción española merece durar para siempre, seguramente sea esta. “Junto a las manillas de un reloj, esperarán/ todas las horas que quedaron por vivir… esperarán”. Y es que cuando rompen con nosotros no solo nos quitan lo que teníamos, sino todo lo que podríamos haber tenido.

4. 'Dame tu cariño' (Camela)

Los sociólogos más sofisticados se han hartado de explicar la imposibilidad del amor en el capitalismo tardío. Los madrileños Camela, en cambio, no necesitaron leer a Zizek ni a Zygmunt Bauman para llegar a la conclusión de que la única opción realmente antisistema es el compromiso. “A veces pienso que ya no me quieres/ estoy notando que no estás conmigo/ siempre me pones alguna excusa/ y no te importa si estoy o me he ido/ por eso creo que debes dejarme… o darme tu cariño”. Resumiendo: la vida nos enseña a calcular, pero el amor es el único sitio donde hacer esto no resulta aceptable. La canción destaca también por su potente arreglo bakalao, que refuerza la sensación de fiebre emocional típica de estas situaciones. Porque, a veces, dar un ultimátum no es una actitud rechazable, sino la única salida razonable.

5. 'Se me olvidó otra vez' (Juan Gabriel)

Después de tanta tormenta, conviene refugiarse en el maestro del zen sentimental. Nos referimos al eterno Juan Gabriel, capaz de explicar sus emociones con máxima intensidad, manteniendo siempre la entereza. El cantante mexicano no se arrodilla ante nadie, aunque esté enamorado como un perro de peluche. La mejor prueba es este himno donde explica a su amante que piensa esperarle toda la vida, pero sin dejar de divertirse con su gente, que le hace olvidar sus penas. El tono burlesco y juguetón hacia la persona que adora es sencillamente insuperable. “Se me olvidó otra vez… que solo yo te quise” dice el mejor verso, ese que describe tantas y tantas relaciones. Incluimos un vídeo con 'Juanga' a todo trapo, acompañado por mariachis y orquesta sinfónica en el precioso Teatro Bellas Artes de Ciudad de México.

6. 'Procuro olvidarte' (Falete)

Manuel Alejandro es lo más parecido a Dios que existe en la canción popular. Su repertorio ha servido de compañía a millones de personas en sus momentos sentimentales más complicados. A ratos, parece un manual de autoayuda: “Procuro alejarme, de aquellos lugares donde nos quisimos/ me enredo en amores, sin ganas ni fuerza por ver si te olvido/ procuro olvidarte, haciendo en el día mil cosas distintas”. O bien: “Procuro olvidarte, pisando y contando las hojas caídas/ procuro cansarme, llegar a la noche sin apenas vida”. Lo bueno es que el autor apuesta por la honestidad y admite que nada funciona: “…y llega la noche y de nuevo comprendo que te necesito”. ¿Por qué la versión de Falete es la mejor de las muchas que se han hecho? Porque sabe empezar en registro desolado y acabar por todo lo alto, subido a un huracán de alegría rumbera. Y es que siempre hay cierto subidón en querer de esta manera.

7. 'Me voy' (Julieta Venegas)

En algunas ocasiones, dejar es más difícil que ser dejado. Pero muy pocos compositores se animan a adoptar este punto de vista. Julieta Venegas dio el paso y firmó la mejor canción de su carrera, que hoy acumula 98 millones de clics solo en YouTube. Ya desde los primeros compases, tiene esa sencillez de las canciones universales, que parece que pudieran haber sido compuestas por cualquiera. ¿Los motivos que alega la protagonista para su ruptura? “Porque no tuviste el valor de ver quién soy”, “porque no escuchas lo que está cerca de ti, solo el ruido de fuera” y porque todos merecemos un amor “de esos que endulzan la sal y hacen que salga el sol”. Mientras otros buscan originalidad, Venegas prefiere la calidez. No debe estar muy equivocada cuando 'Me voy' sigue sonando tan fresca como en 2006. Por cierto, es fácil encontrarla en talleres y folletos de educación emocional para adolescentes.

8. 'Ese hombre' (Rocío Jurado)

En los noventa y los dosmil, los anglosajones parecían eufóricos al haber descubierto el poderío de las canciones 'male-bashing' (de insultar a los hombres), ya fuera el 'No Scrubs', de TLC, 'You Oughta Know', de Alanis Morissette, o 'Survivor', de Destiny’s Child. Sin duda se hubieran caído de culo al escuchar 'Ese hombre' por Rocío Jurado. Nadie como ‘la más grande’, aliada con Manuel Alejandro, para soltar una ristra de insultos a su examante, cuidando cada gota de veneno. “Ese hombre que tú ves ahí/ que parece tan seguro/ de pisar bien por el mundo/ solo sabe hacer sufrir”. Para muchas, esto sería un estribillo en plan clímax, pero Jurado no ha hecho más que empezar. Cojan aire: “Es un gran necio/ un estúpido engreído/ egoísta y caprichoso/ un payaso vanidoso/ inconsciente y presumido/ falso, enano, rencoroso/ que no tiene corazón./ Lleno de celos, sin razones ni motivos/ como el viento, impetuoso/ pocas veces cariñoso/ inseguro de sí mismo/ soportable como amigo/ insufrible como amor”. Nótese cómo hacer una concesión en la penúltima frase intensifica el poder de los insultos.

9. 'Costumbres' (Rocío Dúrcal)

Esta enorme canción destaca por un planteamiento más refinado que las torturas de Fumanchú. Habla de una pareja que sigue viéndose de cuando en cuando, disfrutan de una gran relación sexual, pero sus vínculos se han roto en todo lo demás. A pesar del magnetismo, la falta de amor resulta insatisfactoria para ambos. Por supuesto, sufre quien está enganchado y no puede acceder más que a la carne. Pero también lo pasa de pena la otra parte, que sabe que está actuando con bastante mezquindad. “Siempre volverás/ una y otra vez/ aunque ya no sientas más amor por mí/ solo rencor/ yo tampoco tengo nada que sentir/ y eso es peor”. Posiblemente sea la letra más amarga de la historia de la canción sentimental en castellano. Como conclusión, después de exponer el drama, llega una lección vital bastante útil: “Pero te extraño, cómo te extraño/ no cabe duda que es verdad que la costumbre/ es más fuerte que el amor”. Real como la vida misma. La interpretación de Dúrcal es devastadora.

10. 'Corazón' (Maluma 'feat' Nega Do Borel)

A estas alturas, nos hemos ganado un poco de relax, de la mano del reguetonero preferido de los 'millennials'. La canción se construye a partir de una especie de haiku de gran utilidad: “Tú me rompiste el corazón/ pero mi amor no hay problema/ ahora ya puedo regalar/ un pedacito a cada nena”. Lo que se llama actitud positiva ante los reveses de la vida. Este acercamiento de Maluma al portugués parece una pieza menor, pero cala un poco más con cada escucha. Al final, si nos descuidamos, acabará convertida en el himno oficial para superar rupturas chungas tirando de promiscuidad militante. Que no es mala opción. Ahora mismo acumula 582 millones de clics solo en YouTube.

Hoy celebramos San Valentín, esa fiesta comercial en la que todos fingimos que lo primero en la vida es nuestra pareja. En realidad, si somos honestos, estamos obligados a admitir que el amor ya no es lo que era en tiempos de nuestros padres y abuelos. Como explicó Michel Houellebecq en ‘Ampliación del campo de batalla’, las relaciones sentimentales del siglo XXI se han convertido en otra operación de cálculo gélido basada en nuestro capital erótico (o capital a secas). Muchas veces escogemos pareja como compramos coche, piso o lavavajillas. Además, ya no tenemos una, sino unas cuantas. Por eso, precisamente por eso, estas rimas de desamor profundo nos apelan y reconfortan más que nunca. Escoja su favorita para llorar a gusto.

San Valentín