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Netflix redime al 'rey de la polca', el artista que estafó 10 millones a ancianos
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ESTÁ ESCRIBIENDO SU MUSICAL PARA BROADWAY

Netflix redime al 'rey de la polca', el artista que estafó 10 millones a ancianos

¿Quién le iba a decir a Jan Lewan hace cinco años, cuando salió de la cárcel, que a sus 78 años le iban a llover las ofertas para cantar polca por todo el mundo?

Foto: Lewan baila sobre el escenario junto a una espectadora, en una imagen de archivo. (The Morning Call)
Lewan baila sobre el escenario junto a una espectadora, en una imagen de archivo. (The Morning Call)

Jan Lewan está viviendo el mejor momento de su vida. Su suerte cambió hace tres semanas, cuando Netflix estrenó 'El rey de la polca', una alocada comedia que, efectivamente, está basada en su vida. "Hicieron un trabajo sensacional, me encanta la película", dice Lewan al otro lado del teléfono, desde Florida: "Sobre todo por la actuación de Jack Black, que me interpreta a mí. Trabajé con él varias semanas, todos los días. Le enseñaba mis gestos, mi forma de andar, cómo me muevo por el escenario... pero solo estuve seguro cuando le escuché cantar en polaco, con un acento que me recordaba tanto al mío... le dije, '¡Jack, ya está, eres Jan!".

Ahora a Jan, con 78 años, le paran por la calle para hacerse fotos con él, para darle abrazos o para que improvise unas estrofas de su 'polka rap', pero durante muchos años no pudo pisarla. Al principio, por temor a la ira de sus inversores, y después, por una condena que le tuvo cinco años entre rejas. "Antes del estreno, Jack me dijo que me iba a cambiar la vida, y tenía razón. En tres semanas he recibido ofertas para actuar en Las Vegas, Atlantic City, Roma... incluso he empezado a escribir el guion de un musical de Broadway sobre mi vida", explica exultante Lewan.

Nada le hace más ilusión a Jan que tener un concierto, porque ante todo es un artista. Por eso salió de su Polonia natal, "porque al comunismo no le gusta el arte", y se plantó a principios de los setenta en Hazelton, Pensilvania. Para cantar, para bailar, para convertirse en el rey de la polca que no pudo reinar en Europa. "¡Y soy el rey de la polca, claro!", grita al teléfono. En realidad, las autoridades en la materia —sí, amigos, hay una Asociación Internacional de Polca— siempre han despreciado su espectáculo por pinturero e improvisado, pero Jan consiguió durante los ochenta ganarse el corazón de miles de jubilados polacos, que incluso viajaban con él durante sus giras por Europa.

"En los ochenta, cuando los norteamericanos venían conmigo a Polonia, se quedaban estupefactos de lo barato que era todo. ¡Me pedían invertir! Decían: ‘Jan, acepta nuestro dinero: compra terrenos en Polonia y véndelos en Estados Unidos, nos harás ricos a todos’. ¡Y era real! ¡Lo que compraba allí por 10 céntimos podía venderlo en Estados Unidos por 10 dólares!”, dice el artista. De modo que Jan comenzó a aceptar inversión privada de sus fans sin tener ningún tipo de licencia. Les prometía un 12% de rentabilidad a un año, sin condiciones. Lo pagaba.

Lewan se convirtió en una fuente de ingresos recurrente del Vaticano

“Al principio no era consciente de hacer nada mal. Más tarde me informaron de que no estaba haciendo las cosas según la ley, que necesitaba una licencia, y la verdad es que seguí adelante", relata Lewan. Cuando las autoridades le avisaron, el polaco ya tenía un agujero en las cuentas de 200.000 dólares, de modo que siguió aceptando inversores en secreto para pagar la rentabilidad de los anteriores. "No, no, yo no sabía qué era un 'esquema ponzi' hasta que me lo dijeron", afirma el polaco.

Lewan recaudó en torno a 10 millones de dólares procedentes de inversores de 22 estados de Estados Unidos, jubilados en su mayoría. Porque Lewan no solo era una estrella entre los polacos emigrados, sino que también se convirtió en una figura determinante en la comunidad católica gracias a su cercanía al papa Wojtyla, también de origen polaco, y con el que llegó a hacer buenos negocios. En la película se ve cómo Lewan paga en maletines en el Vaticano para que el Papa reciba a un grupo de jubilados. "No fue así, aunque me temo que la versión de la película es más divertida. La realidad es que yo pertenezco hace muchos años a la fundación Dom Polski, que a su vez apoya a la Papal Foundation, una institución que se dedica a educar a jóvenes sacerdotes. Cuando viajábamos por Europa, y solíamos ir en grupos de 200 personas, todo el dinero de los alojamientos iba para la fundación. Ellos lo sabían y cooperaban. ¡Al final he tenido como 20 audiencias con el Papa!”.

placeholder El presidente de Estados Unidos, junto a Jan Lewan.
El presidente de Estados Unidos, junto a Jan Lewan.

Por lo que parece, el Vaticano vio en Lewan una fuente importante de financiación: “Viajaba con personas muy creyentes, muchas de ellas enfermas de gravedad, con cáncer o una fecha establecida para su muerte. El Papa les recibía y cumplía el sueño de sus vidas, entonces ellos estaban encantados de realizar grandes donaciones al Santo Padre. Hice un buen trabajo apoyando al Papa y él nos recompensó recibiéndonos siempre”.

Lewan creó una ficción de sí mismo. Por una parte estaba el cantante y empresario de éxito, que igual se hacía una foto con Trump que le nominaban a un Grammy en la categoría de polca. Por la otra, el inmigrante polaco que quería seguir luchando: "Sabía que no estaba entrando el dinero suficiente, pero seguía adelante consiguiendo más y más dinero. Realmente creía que iba a pagarles a todos", relata a este periódico.

El infierno

Y siguió hasta 2001, cuando parte de su orquesta y su hijo, que viajaban juntos a un concierto, estrellaron su furgoneta en una interestatal. Murieron dos músicos y el hijo de Lewan ingresó en el hospital en estado crítico. "Casi se muere. Me sentía tan triste que lo dejé todo: la banda, los negocios, los viajes... No quise saber nada más de todo eso hasta que mi hijo se recuperase, no me separé durante meses de su cama", dice el músico. Fue entonces cuando se le vinieron encima más de 400 acusaciones de estafa procedentes de inversores de todo el país.

En 2004 fue condenado a cinco años de cárcel, donde estuvo a punto de morir. “En Estados Unidos el sistema penitenciario está sobrepasado y a mí colocaron en el lugar equivocado, junto a asesinos, violadores y otros criminales", relata Lewan, que fue ubicado en una cárcel de máxima seguridad: "Yo debería haber estado junto a políticos y banqueros corruptos, porque cometí un delito muy parecido a los suyos, pero me enviaron a la peor, y quiero recalcar la peor, cárcel que te puedas imaginar”.

“Me pusieron junto a un asesino que había estado siete años aislado en el sótano por lo violento que era. Lo subieron directamente a mi habitación, te puedes imaginar el miedo que tenía. Hice todo lo posible por no quedarme a solas con él, porque aparte de violento era una persona que había pasado mucho tiempo en soledad y no tenía reacciones normales. Era imposible: en algún momento le iba a dar un arrebato de locura y es posible que yo estuviese cerca. Así que una noche, mientras dormía, me cortó el cuello, de oreja a oreja, con una cuchilla”.

En 2013, cuando Lewan salió en libertad, ya no le quedaba nada. Si acaso, una deuda monumental con el Departamento de Justicia que salda mensualmente y que se reparte entre los afectados. “Nunca me he lavado las manos. Soy culpable y pagué el precio más alto por ello. Devolví el dinero que pude y sigo pagando a los estafados, porque ya no necesito dinero, sino paz interior. La película me ha ayudado a recuperar mi imagen, ahora ya puedo vivir por mis propios medios”, afirma el artista.

“La vida son subidas y bajadas, grandes momentos seguidos de otros horribles. Yo soy alguien que se equivocó y está pagando su precio. Lo reconozco y estoy feliz de haber pagado. La idea que me gustaría que la gente extrajese de mi historia es que mientras estés vivo, hay una luz, debes seguir adelante. Yo monté un negocio, cometí errores, fui a la cárcel y ahora estoy haciendo un guion para Broadway. Nunca me rendí, y nunca voy a hacerlo. Es una opción que vale para cualquiera: no te rindas, nadie puede robarte eso”, concluye Lewan, no sin antes dejar un apunte: "Adoro a Jack Black. Déjalo claro en tu artículo, es la mejor persona que conozco".

Jan Lewan está viviendo el mejor momento de su vida. Su suerte cambió hace tres semanas, cuando Netflix estrenó 'El rey de la polca', una alocada comedia que, efectivamente, está basada en su vida. "Hicieron un trabajo sensacional, me encanta la película", dice Lewan al otro lado del teléfono, desde Florida: "Sobre todo por la actuación de Jack Black, que me interpreta a mí. Trabajé con él varias semanas, todos los días. Le enseñaba mis gestos, mi forma de andar, cómo me muevo por el escenario... pero solo estuve seguro cuando le escuché cantar en polaco, con un acento que me recordaba tanto al mío... le dije, '¡Jack, ya está, eres Jan!".

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