No, el CNI no ha descifrado el código secreto del Gran Capitán: fue un alemán del XIX
Lo hizo Gustave Bergenroth, un hispanista germano afincado en Inglaterra que publicó sus estudios sobre el Archivo General de Simancas
El código secreto de las cartas del Gran Capitán y Fernando el Católico que el CNI y el Museo del Ejército anunciaron ayer haber descifrado, ya se había descubierto con anterioridad. Lo hizo Gustave Bergenroth, un hispanista alemán del siglo XIX afincado en Inglaterra que publicó sus estudios sobre el Archivo General de Simancas en el 'Calendar of State Papers, Spain, Volume 1, 1485-1509' en el año 1862. En el prefacio explica su periplo en el archivo y una introducción de cómo descifró los códigos españoles. Los expertos del CNI lo han logrado ahora a partir de unas cartas del Gran Capitán de la colección de los duques de Maqueda que expuso el Museo del Ejército, pero Gustave Bergenroth un exhaustivo y paciente historiador, no un criptógrafo profesional, ya había desentrañado cuál era el sistema de cifra a partir de otras distintas del Archivo General de Simancas que tenían, sin embargo, la misma clave.
Una copia de su trabajo, que reproduce El Confidencial, se quedó en España, la que hizo Nemesio Alday, un funcionario de Simancas que asistió al alemán en el XIX: está disponible en el archivo digital de la Biblioteca Nacional de España -legajo MSS 202.11.52-. En el documento se lee claramente: 'Cifra de las cartas del Gran Capitán', al que le siguen los símbolos y las equivalencias con las letras, que coincide prácticamente con el anunciado ayer por los responsables del Museo del Ejército y el CNI.
Bergenroth viajó al Archivo de Simancas en 1860 y de nuevo en 1867 para investigar sobre la Historia de España y las relaciones con Inglaterra. Allí se encontró con el cifrado en las correspondencia de los Reyes Católicos. Se dispuso, lápiz y papel en mano a desentrañar laboriosamente el código. Tal y como expresó él mismo: “La clave utilizada en tiempos de Fernando e Isabel era, como ya he desvelado, de doble carácter. En una de los tipos de clave, el símbolo expresa una sola letra del alfabeto y en la otra, cada signo representa una palabra completa o incluso una frase completa”.
El CNI, en realidad, no ha descubierto un código oculto durante 500 años, como adelantó ayer en exclusiva el ABC, porque éste ya había sido analizado y descifrado parcialmente antes. La copia la custodia la BNE en la sede de Recoletos bajo el título ‘Cartas de Gonzalo Fernández de Córdoba a diferentes personas [Manuscrito]’. Ambos son el mismo código aunque no sean idénticos, porque el primero es un fragmento: el documento original con la clave íntegra no ha aparecido aún.
Un siglo y medio antes
De esta forma, los expertos españoles habrían completado ahora la misma línea que el aficionado y gran historiador Gustave Bergenroth planteó un siglo y medio antes con la ayuda de su compatriota Paul Friedmann, otro hispanista que deambulaba por el Archivo de Simancas en esa época. Según Bergenroth: “En el mes de agosto de 1860 me encontraba instalado en la sala de lectura del Archivo de Simancas. No había viajado a España desprevenido. Había estudiado cuidadosamente la paleografía de Cristoval Rodriguez al igual que largas horas dedicadas a los documentos antiguos que se hallaban en las bibliotecas de Londres y Paris. El estudio de Rodriguez era clave para entender las especiales características de la escritura del castellano del siglo XV y XVI”
Más adelante, en su segundo viaje en 1867 explica: “Cuando regresé a Simancas inicié una nueva búsqueda de claves para descifrar los documentos encriptados que me permitió romper un código completo y el fragmento de otros dos El primero era el que más se había usado en la extensa correspondencia entre el doctor De Puebla [Pedro de Ayala, el embajador de los Reyes Católicos en Inglaterra] con el gobierno español”. De los otros dos fragmentos a los que se refiere el historiador alemán, uno sería el utilizado por el Gran Capitán con Fernando el Católico, el que custodia la BNE copiado por Nemesio Alday .
La pista de Gustave Bergenroth la ha proporcionado el profesor de Física la Universidad de Granada, Arturo Quirantes, que ya había publicado parte de los hallazgos del historiador y quien ha explicado a El Confidencial que “ambos descubrimientos son el mismo código, porque el documento original con la clave completa no se ha descubierto, pero corresponde a la misma cifra”. Quirantes basa su explicación precisamente en el documento que se encuentra en la BNE -legajo MSS 20.211.52-. “Para algunas letras el documento del siglo XIX descifra más símbolos, para otras algunos menos”. En total, “el CNI descifra ahora a partir de otros textos un total de 88 símbolos y 237 códigos de letras; y Bergenroth un total de 198 símbolos, de los cuales 89 tienen significado conocido”, según explica el profesor, y aficionado criptógrafo, que en su blog da detalles del sistema de cifrado al que califica de relativamente sencillo: “No es algo que se tarde en saber 500 años, Bergenroth lo hizo con papel y lápiz y mucha dedicación en poco tiempo”. El alemán carecía de la “piedra Rosetta” que sí encontró el CNI: unas líneas descifradas por el propio Gran Capitán en una de las misivas.
Este documento, el legajo MS202.11.52, sería uno de los fragmentos a los que se refiere Bergenroth en su estudio 'Calendar of State Papers, Spain, Volume 1, 1485-1509' y del que se quedó una copia en España como requirió el gobierno español de Leopoldo O’Donell. El alemán había obtenido permiso para descifrar las misivas por parte del Director General de Instrucción Pública, don Severino Catalina, tal y como revela su biógrafo William Cornwallis Cartwright, pero se encontró después con el requerimiento de dejar una copia.
“Cuando casi había completado todas mis claves, surgieron dudas en los Archivos sobre si podía copiar los documentos cifrados. Como yo era el único hombre vivo que podía interpretarlos, el control que ejercía el Archivero era agobiante. Me confiscaron los despachos cifrados y todo mi trabajo parecía destinado a ser infructuoso. Fui a Madrid. El resultado de mis apelaciones al ministerio mostró que todo el asunto se había debido simplemente a un malentendido. El gobierno español, tratándome con la mayor liberalidad, impuso una sola condición; es decir, que debería dejar copias de todos mis desciframientos y claves en los archivos, a lo que acepté gustosamente”.
Originales y copias
Para ello se le asignó a Nemesio Alday uno de los principales funcionarios del archivo, “un hombre inteligente y totalmente familiarizado con los documentos de estado españoles de esa época, que fue quien hizo las copias para el gobierno español” según Bergenroth. Su principal colaborador en las investigaciones de Simancas fue, sin embargo, Pascual de Gayangos, sevillano afincado en Londres quien escribió en periódicos ingleses antes de trabajar para el Foreign Office. El académico, también arabista, continuó la tarea de Bergenroth en Simancas sobre las relaciones de España e Inglaterra.
El CNI ha redescubierto ahora la otra porción de la clave, tarea que ya acometió el historiador alemán y que había pasado desapercibido
La orden de realizar copias en España no impidió, obviamente, que el alemán pudiera llevarse a Inglaterra los originales, tal y como explica en el prefacio de su estudio: “para cualquiera que tenga interés en consultar la forma en la que lo había descifrado” y que se encuentran en los Archivos Nacionales de Reino Unido. Concretamente con el título ‘Transcripts from Spanish Archives, Series I 1485-1555’ bajo el epígrafe ‘Bundle 3 and Key to ciphers 1527-1534’ signatura PRO 31/11/11. -Compendio 3 y clave para los códigos- que complementa su obra esencial del periodo: 'Calendar of State Papers, Spain, Volume 1, 1485-1509'. El CNI ha redescubierto ahora la otra porción de la clave, tarea que ya acometió el historiador alemán y que había pasado prácticamente desapercibido a pesar de estar en los archivos digitalizados de la BNE.
El trabajo descomunal de Gustave Bergenroth en el Archivo de Simancas sobre los documentos de estado de España y su relación con Gran Bretaña es una obra clásica de la historiografía del periodo, que trasciende su encomiable labor como criptógrafo. Bergenroth falleció en Madrid el 13 de febrero de 1869 después de contraer unas fiebres en la localidad donde había desarrollado su principal labor. Según William Cornwallis, fue enterrado en el cementerio protestante de San Isidro a las afueras de las murallas. Apenas acudieron seis personas, entre ellas no estaba el embajador de Inglaterra en España.
El código secreto de las cartas del Gran Capitán y Fernando el Católico que el CNI y el Museo del Ejército anunciaron ayer haber descifrado, ya se había descubierto con anterioridad. Lo hizo Gustave Bergenroth, un hispanista alemán del siglo XIX afincado en Inglaterra que publicó sus estudios sobre el Archivo General de Simancas en el 'Calendar of State Papers, Spain, Volume 1, 1485-1509' en el año 1862. En el prefacio explica su periplo en el archivo y una introducción de cómo descifró los códigos españoles. Los expertos del CNI lo han logrado ahora a partir de unas cartas del Gran Capitán de la colección de los duques de Maqueda que expuso el Museo del Ejército, pero Gustave Bergenroth un exhaustivo y paciente historiador, no un criptógrafo profesional, ya había desentrañado cuál era el sistema de cifra a partir de otras distintas del Archivo General de Simancas que tenían, sin embargo, la misma clave.
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