¿Qué está pasando en la industria del porno en EEUU? Cuatro muertes en dos meses

No han sido unos meses buenos para la industria de la pornografía en Estados Unidos. Olivia Nova, una joven de 20 años que ejercía de modelo y actriz porno, ha muerto esta semana, convirtiéndose así en la cuarta figura del porno estadounidense que muere desde noviembre. La agencia para la que trabajaba Nova, Direct Models, informó en un comunicado del fallecimiento de la joven Olivia, si bien señaló entonces que la causa de su muerte todavía no se conocía.

Su cuerpo fue hallado en una vivienda de Las Vegas, pero de las causas de su muerte nada se sabe todavía. Era joven y no llevaba mucho tiempo en la industria, solo desde el pasado mes de marzo, aunque ya había trabajado como modelo desde muy joven. El pasado mes de diciembre, la actriz y modelo escribió un comentario en su cuenta de Twitter, que todavía está abierta y cuenta con casi 22.000 seguidores, en el que parecía dirigirse a alguien respondiendo a tres temas: en primer lugar, aseguraba que "nunca" había consumido heroína; en segundo lugar, dice a esa persona que si cree que es destructiva "siente" que su cabeza esté llena de "pensamientos enfermos". Por último, explica que su novio se había suicidado dos días antes del día de su cumpleaños. "Ese no es un tema por el que atacarme. No sobre él".

La muerte de Nova llega apenas tres semanas después de que apareciera el cuerpo sin vida de Yurizan Beltrán, más conocida como Yuri Luv, en su casa de Los Angeles, rodeada de pastillas. La primera versión que se conoció de la muerte de la actriz, de origen mexicano, fue que se trataba de un suicidio. Sin embargo, después un amigo cercano a la fallecida explicó a 'Newsweek' en una entrevista telefónica que se trata de una sobredosis de fármacos accidental.

"Es muy difícil para las chicas en la industria (del cine adulto) encontrar un hombre que las acepte", explicó el amigo de Yuri, Nick Melillo. "Por eso ella tomaba pastillas", indicó, queriendo dejar claro que si bien Yuri Luv no era adicta ni sufría depresión, ocasionalmente se drograba —con pastillas, porros o cocaína— cuando se sentía mal. "En esta industria es endémico el consumo de drogas, especialmente de cristal, porque es barato", añadió.

¿Qué está matando a las actrices porno?

Poco antes, a principios de diciembre, August Ames, otra actriz de la industria de la pornografía estadounidense de 23 años, se suicidió días después de haber sido objeto de multitud de críticas y comentarios en las redes sociales. Ames fue calificada de homófoba, después de expresar en las redes sociales su preocupación por compartir escenario con un actor que había protagonizado una película de porno gay. "¿Cualquier (mujer) que me remplace mañana para @EroticaXNews? Van a grabar con un tío que ha hecho porno gay, solo por hacéroslo saber", escribió cuatro días antes de su muerte.

Un día después, escribió de nuevo: "Elige con quién TÚ quieres trabajar. No hagas nada que te haga sentir incómoda. Comparte tus pensamientos. Hmm. Bien, yo he hecho las tres cosas y Twitter se me ha echado encima". Según la revista 'The Blast', la actriz sufría depresión desde hacía bastante tiempo y sus cercanos creen que el reciente incidente en las redes sociales pudo precipitar su decisión de suicidarse. Poco antes de morir, en una entrevista, Ames aseguró que había sufrido una infancia traumática y confirmó que cuando pensaba en su infancia se deprimía mucho. "No puedo salir de la cama, así que tengo que cancelar todas mis grabaciones durante una o dos semanas", señaló.

A mediados de noviembre, era otro nombre de la industria del cine para adultos el que saltaba a los medios: Shyla Stylez, el nombre artístico de la canadiense Amanda Friedland. Con 25 años, la estrella del porno recién retirada moría mientras dormía en una visita a la casa de su madre, en su Canadá natal. A día de hoy no se conocen todavía las causas de la muerte de Stylez.

Problemas de acceso a la salud mental

Si bien históricamente se ha asociado el consumo de estupefacientes con la cultura de la pornografía, el principal problema al que se enfrentan las actrices y actores porno en Estados Unidos es la dificultad a la hora de acceder a servicios de salud mental. "Existe un problema entre la mayor parte de los profesionales de la salud mental y la medicina, y es que tienen prejuicios y conceptos erróneos de los demás", explicaba a 'Men's Health' Conner Habib, actor de cine para adultos. "Probablemente estos prejuicios sean peores entre la comunidad de la salud mental, porque muchos de ellos hacen caso a falsos modelos de adicción", explica. Esta es una visión extendida entre los intérpretes del cine para adultos: que se ha asociado al porno un concepto cultural sobre la gente que trabaja en la industria, como la falsa idea de que todos son adictos a las drogas.

Sin embargo, es importante tener en cuenta que el sistema sanitario en Estados Unidos es complejo y los seguros de salud son extremadamente caros. Tasha Reign, presidenta del Comité de Defensa de Artistas e Intérpretes del Cine para Adultos, explica que los actores y actrices del porno, al igual que el resto de artistas, tienen un seguro independiente y no está sindicados.

"Los gastos directos de atención médica pueden ser prohibitivos si se tiene en cuenta el coste de las pruebas", denuncia Reign. Solo para poder reservar trabajos los artistas deben pagar casi 400 dólares al mes para cubrir las pruebas de control de enfermedades de transmisión sexual y VIH, una tarifa que pagan de su propio bolsillo. Hace unos años la industria del porno adoptó una medida que obligaba a hacer una prueba mensual para este tipo de enfermeadades: en 2013 se aprobó que este tipo de pruebas se hicieran cada 15 días.