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La "obligación moral" de resarcir a Rabanne
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la exposición estará abierta hasta final de año

La "obligación moral" de resarcir a Rabanne

Pasajes, el pueblo natal del diseñador, dedica una muestra al artista después de que su anhelo de contar con un museo dedicado a su figura haya conocido numerosas promesas incumplidas

Foto: Diseños originales para la ópera 'El acomodador' en la muestra dedicada a Rabanne en Pasajes. (E.C.)
Diseños originales para la ópera 'El acomodador' en la muestra dedicada a Rabanne en Pasajes. (E.C.)

“Tengo 70 años, no me queda mucho por vivir y me gustaría ver antes de que me muriera un museo mío en Trintxerpe”. Han pasado ya 13 años desde que el diseñador Paco Rabanne expresara su anhelo de contar con un espacio creativo dedicado a su figura en el distrito de su Pasajes (Guipúzcoa) natal y el proyecto sigue sin conocer todavía una puntada sólida. Lo único que se han cosido en este tiempo son promesas y más promesas incumplidas. A Rabanne no le han faltado novias para vestir este traje, pero las numerosas propuestas recibidas desde muchos rincones del mundo siempre se han encontrado con el rechazo de quien defiende a capa y espada que un recinto sobre su obra y vida sólo puede ubicarse en el municipio que le vio nacer en 1934. Pero con el paso del tiempo su sueño se antoja una utopía.

Rabanne estaba llamado a seguir los pasos de Cristóbal Balenciaga, el otro emblema guipuzcoano de la moda, quien a principios de esta década ya consumó su retorno a Getaria con el proyecto para construir un museo en su honor. El diseñador afincado en París se trasladó en varias ocasiones a Pasaia para coser su proyecto pero, a diferencia del considerado 'Mozart de la alta costura', por la pasarela sólo ha desfilado su esbozo en papel. Ahora, con el modisto retirado, su pueblo natal se ha visto en la “obligación moral” de resarcirle de algún modo con una exposición que recorre su vida.

La exposición entrelaza "el viaje emocional y espiritual" del diseñador con la vida de Pasajes

‘Pasaia Rabanne, razones del imaginario’ es una muestra que “entrelaza el viaje emocional y espiritual” del diseñador con la vida y trayectoria de este municipio guipuzcoano. No es, como constata el comisario y director artístico de la muestra, Kike Santiago, una exposición al uso a partir de materiales del “creador”, sino un recorrido por su “creatividad, filosofía y conceptos”. La exposición cuenta con la firma del propio Francisco Rabanera Cuervo (así consta en el registro de San Sebastián), que se ha implicado en el proyecto desde el inicio. Es su historia contada por él mismo. Son una decena de espacios que se distribuyen por una superficie de 1.600 metros cuadrados en el edificio Casa Cirizar de Trintxerpe, el mismo escenario donde se trazaron a mano algunos de sus diseños.

Coco Chanel llamaba a Rabanne el “metalúrgico” por sus trajes experimentales confeccionados con elementos metálicos. El olor a metalurgia impregna la muestra desde el inicio, con la recreación de esa Trintxerpe portuaria del 36 en destrucción, con la escenificación de esa casa familiar derruida por una debastadora guerra que obliga a la huida a Francia (su padre murió fusilado por los franquistas el 15 de octubre de 1937). Viene a ser una metáfora de lo que ocurre hoy en día, con miles de refugiados huyendo a Europa intentado encontrar un sitio.

placeholder Espacio creativo que mezcla el olor y las sensaciones del mar con uno de los desfiles de Rabanne en París. (E.C.)
Espacio creativo que mezcla el olor y las sensaciones del mar con uno de los desfiles de Rabanne en París. (E.C.)

El recorrido muestra el tránsito de Rabanne por la infancia y su salida de la misma, con su famoso viaje astral a los siete años que marca el inicio de “una creatividad increíble”. La muestra traslada la experimentación e innovación de Rabanne a través de materiales y tejidos con la investigación textil como elemento clave. Se han “teñido soportes de las instalaciones con los colores característicos de la zona y experimentando con inmersiones de la tela en agua salada y su posterior cristalización de la sal” para tratar de transmitir “el olor y las sensaciones del mar”. Esta experiencia sensorial se plasma en un espacio creativo que proyecta uno de los desfiles de Rabanne en París que más refleja su línea creativa, de la fortaleza de la mujer a la espiritualidad.

Los reiterados e incumplidos compromisos políticos e institucionales para crear el Museo Rabanne tienen su reflejo en el espacio bautizado como ‘Desde París con amor, los sueños, sueños son', donde se recogen recortes de periódicos y se deja constancia con letras grandes sobre la pared de las diferentes ‘mentiras’. “La creación del Museo de la Moda de Paco Rabanne, cada vez más cerca”, golpean las letras a la vista. Miles de palabras que reflejan “todo lo que se lleva diciendo que se iba a hacer desde 2000 y que no se ha hecho nada”. Hay protestas y también silencios, porque aún hay huecos que aguardan a recoger “cada promesa que se vaya haciendo” de ahora en adelante. También hay espacio para la utopía. “Paco Rabanne quiere hacer de Trintxerpe un trampolín de la moda vasca a nivel mundial”, clama un titular que permanece encerrado en el baúl del deseo.

placeholder Una gran tela construida a base de decenas de retales. (E.C.)
Una gran tela construida a base de decenas de retales. (E.C.)

El terreno de las falsas realidades da paso al ‘bosque imaginario’ que se proyecta con una reinterpretación de la ópera ‘El acomodador’ en la que brotan los diseños originales de Rabanne para esta obra. Santiago escribió el libreto para conmemorar el 30 aniversario de la asociación musical Illumbe, que estableció una relación “muy personal” con el artista en sus diferentes visitas a Pasajes. De hecho, la relación "creativa y personal" que surgió entre ambos inspira este proyecto promovido por la agrupación musical a partir de la conexión del diseñador con lo humano y lo espiritual. “Me enamoró su capacidad de creatividad y humildad. Otros imponen sus ideas de vestuario pero Paco acudió con la idea, el concepto, y se debatió con libertad”, rememora el comisario de la muestra y autor de ‘El acomodador’. Esta ópera de cámara sólo se escenificó en 2003 en el Teatro de Barañain, en Navarra, donde Santiago era gerente en esos momentos.

placeholder Un traje de cristal en homenaje a Rabanne.(E.C.)
Un traje de cristal en homenaje a Rabanne.(E.C.)

El proceso de creación de estos diseños (o “tesoros”) se muestra en un recorrido en el que también toman protagonismo los propios habitantes de esa Pasajes con la que se reencontró Rabanne mediante la proyección del documental ‘Trintxerpe, ciudad del dólar’. En esa Pasajes de 1983 donde todavía la crisis no había descargado sus terribles balas la ciudadanía ya vislumbraba escenarios que se siguen reproduciendo ahora más de tres décadas después.

Una gran tela construida a base de decenas de retales evoca esa ‘isla de los muertos’ en la que Caronte guía las almas de los difuntos recientes de un lado a otro y en el que cada trozo representa un alma. Sus aguas llevan al final de la exposición, donde se escenifica el contraste de la metalurgia que inspiró a Rabanne con el cristal de un traje imposible de vestir realizado con este material. El vestido se impuso en 2015 en un concurso de escaparatismo en Pasajes dedicado al modisto representando a esa época de trajes imposibles en la que se sumergió el diseñador y que evidencia la “locura de Rabanne y la locura de la creatividad”. La idea es que entre en juego un tercer factor, el agua, para representar la bahía de Pasajes como metáfora de ese elemento que "une y divide al mismo tiempo" a sus cuatro distritos. Pero, de momento, las dificultades técnicas evaporan el agua.

Rabanne ha estado al corriente en todo momento del proceso de creación de la muestra, que permanecerá abierta hasta finales de año. Su mano se nota. Ahora, su deseo es que se perciba su presencia física, ya que el diseñador tiene previsto trasladarse en agosto a la muestra una vez esté recuperado de una enfermedad. "Tiene muchas ganas de venir”, enfatiza Santiago, ilusionado con el resultado. La exposición no es el museo largamente anhelado pero sí da cuenta del espacio de creación abanderado y reivindicado por un artista que tiene muy presente sus raíces. "Se plantea un viaje que parte de una situación de destrucción hacia un renacer o reconstrucción de una persona, de una familia y de un pueblo", destaca el comisario.

“Tengo 70 años, no me queda mucho por vivir y me gustaría ver antes de que me muriera un museo mío en Trintxerpe”. Han pasado ya 13 años desde que el diseñador Paco Rabanne expresara su anhelo de contar con un espacio creativo dedicado a su figura en el distrito de su Pasajes (Guipúzcoa) natal y el proyecto sigue sin conocer todavía una puntada sólida. Lo único que se han cosido en este tiempo son promesas y más promesas incumplidas. A Rabanne no le han faltado novias para vestir este traje, pero las numerosas propuestas recibidas desde muchos rincones del mundo siempre se han encontrado con el rechazo de quien defiende a capa y espada que un recinto sobre su obra y vida sólo puede ubicarse en el municipio que le vio nacer en 1934. Pero con el paso del tiempo su sueño se antoja una utopía.

Moda Museo San Sebastián