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'Wonderstruck' de Todd Haynes: ¿y si un film infantil gana la Palma de Oro en Cannes?
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segunda jornada del festival

'Wonderstruck' de Todd Haynes: ¿y si un film infantil gana la Palma de Oro en Cannes?

Todd Haynes ha presentado una de las odas más maravillosas jamás filmadas sobre Nueva York desde el punto de vista de dos niños pequeños. De momento, es una favorita

Foto: El equipo de 'Wonderstruck' en la presentación en Cannes
El equipo de 'Wonderstruck' en la presentación en Cannes

¿Y si un film infantil ganara la Palma de Oro? 'Wonderstruck', la adaptación que ha llevado a cabo el estadounidense Todd Haynes de 'Maravillas' de Brian Selznick (autor también de 'La invención de Hugo Cabret') podría convertirse en una de las primeras películas narradas desde el punto de vista de dos niños que se alza con el gran premio de Cannes. La pequeña Rose (Millicent Simmonds) idolatra a la actriz Lillian Mayhew (Julianne Moore), una estrella del cine mudo a la que quiere conocer.

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Mientras, su estricto padre la presiona para que aprenda un lenguaje de los signos con el que ella no se entiende. Rose decide huir a Nueva York. 50 años más tarde, Ben (Oakes Fegley), huérfano de madre y con una sordera recién adquirida a causa de un rayo, también se escapa a la Gran Manzana en busca de su padre. Los respectivos itinerarios de ambos protagonistas se entrecruzan al tiempo que ambos se dejan fascinar por las maravillas de la gran ciudad y encuentran sus propias formas de comunicarse con el mundo.

Ningún cineasta contemporáneo se relaciona tan bien con la reescritura de estéticas cinematográficas pretéritas como Todd Haynes. En 'Wonderstruck' recrea por un lado la estética del cine mudo para desarrollar el relato en torno a una niña sorda en los años veinte. Como ella, a lo largo de todo este metraje nos relacionamos con las imágenes sin disponer de diálogos. Y por el otro, el Nueva York de los años setenta. En ambos casos no recurre tanto a una reproducción exacta de los estilemas de esos momentos (no hay juegos con el formato de pantalla, no se explota el típico remolino de referencias cinéfilas o melómanas, ni se mimetizan los encuadres o las planificaciones más típicas...) como a la recreación de imaginarios emocionales.

Porque lo que le interesa a Haynes es reivindicar esa capacidad de asombro ante el descubrimiento de nuevos mundos en la era predigital. Por ello uno de los mejores momentos del film es el de la respectiva llegada de ambos protagonistas a la gran ciudad, filmada en ambos casos como la incorporación a un universo totalmente novedoso.

Así, 'Wonderstruck' se erige también como una de las odas más maravillosas jamás filmadas sobre Nueva York. Cuando los respectivos protagonistas de las dos historias del film convergen por fin en un único relato lo hacen a través también de su relación con la ciudad, cuyo centro de atracción es el Museo de Historia Natural. En esta 'Wonderstruck' vehicula la fascinación ante las maravillas del mundo a través del fetichismo por los objetos materiales, y en concreto por la construcción y contemplación de las reproducciones a escala en dioramas y maquetas. Otro de los grandes momentos del film es cuando Rose entra por primera vez en el Museo y se deja atrapar por las escenas de los dioramas.

'Wonderstruck' se erige también como una de las odas más maravillosas jamás filmadas sobre Nueva York

'Wonderstruck' no es una película tan redonda como la anterior 'Carol'. El acompañamiento musical en los pasajes ambientados en los años veinte resulta por momentos demasiado cargante, la rima poética con que se cierra el film (una imagen que visualiza el lema de autoayuda que tiene Ben colgado en su habitación en el inicio) chirría un poco y el continuo vaivén entre los dos tiempos no siempre cuaja. Pero Haynes consigue convertir esta adaptación de una obra literaria ajena en un film con todas sus constantes.

Tenemos el pastiche bien entendido a la hora de recrear las estéticas cinematográficas de otras épocas, la experimentación que se esconde bajo una apariencia de falso clasicismo, los personajes de identidad minorizada que toman el protagonismo, la joven heroína como de cine clásico que intenta ser libre en un mundo que la oprime e incluso un maravilloso pasaje recreado a través de muñecos, como en 'Superstar', ese heterodoxo biopic de Karen Carpenter que Haynes rodó con barbies. Con el festival recién inaugurado, 'Wonderstruck' se posiciona ya como una de las favoritas para entrar en el Palmarés.

Vacío moral en Rusia

La otra película que ha puesto en marcha la competición de Cannes 2017 ha sido la rusa 'Loveless' de Andrei Zvyagintsev, un habitual del certamen francés con títulos como 'Leviatan' o 'El destierro'. Como en su film anterior, Zvyagintsev parte de una metáfora evidente en torno a vacío moral en la Rusia contemporánea, aquí la desaparición del hijo engendrado sin amor por unos padres siempre pendientes de otros intereses, para orquestar una película tan sólida y apabullante en su aspecto visual como demasiado obvia en su lectura sociopolítica.

'Loveless' adquiere más fuerza cuando se limita al proceso de búsqueda del chaval desaparecido por esos paisajes de los alrededores de San Petersburgo que cuando subraya la crisis de valores en el país de Putin.

¿Y si un film infantil ganara la Palma de Oro? 'Wonderstruck', la adaptación que ha llevado a cabo el estadounidense Todd Haynes de 'Maravillas' de Brian Selznick (autor también de 'La invención de Hugo Cabret') podría convertirse en una de las primeras películas narradas desde el punto de vista de dos niños que se alza con el gran premio de Cannes. La pequeña Rose (Millicent Simmonds) idolatra a la actriz Lillian Mayhew (Julianne Moore), una estrella del cine mudo a la que quiere conocer.

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