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¡Al garete el último tabú! Hablemos del incesto en el cine
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¡Al garete el último tabú! Hablemos del incesto en el cine

Hermanos con hermanas, padres con hijas, hijos con madres... 'Demonios tus ojos' no ha sido la primera película en aproximarse al tortuoso tema de las relaciones incestuosas

Foto: La película española 'Demonios tus ojos', estrenada este pasado viernes
La película española 'Demonios tus ojos', estrenada este pasado viernes

Contaba Freud en 'Tótem y tabú' (1913) que en las comunidades indígenas de las islas de la actual República de Vanuatu, en el Pacífico, cuando los hijos -hombres- llegaban a la pubertad debían abandonar la casa familiar y mudarse a una casa común, lejos de sus madres y hermanas. "Si el hermano y la hermana se encuentran por azar fuera de la casa, debe la hermana huir o esconderse. Cuando el hermano reconoce en la arena las huellas del paso de una de sus hermanas, no debe seguirlos. Igual prohibición se aplica a la hermana. El hermano no puede siquiera nombrar a su hermana”. Pero ¿por qué?

Foto: 'Demonios tus ojos'.

En sus investigaciones, el padre del psicoanálisis se encontró con sociedades remotas -tanto respecto a Europa como entre ellas- que compartían una gran 'señal de stop' universal, una restricción primordial, regidora de la psicología y de la propia estructura organizativa de la comunidad: el incesto. "Entre los basoga, tribu negra que habita en la región de las fuentes del Nilo", prosigue el austríaco, se "tiene tal horror al incesto, que lo castiga incluso entre los animales domésticos". Sin embargo, Freud abogaba porque el psicoanálisis era precisamente la demostración de que "el primer objeto sobre el que recae la elección sexual del joven es de naturaleza incestuosa condenable, puesto que tal objeto está representado por la madre o por la hermana, y nos ha revelado también el camino que sigue el sujeto, a medida que avanza en la vida, para sustraerse a la atracción del incesto". Así que ¿de dónde viene esta prohibición común y absoluta?

Según Freud, "el primer objeto sobre el que recae la elección sexual del joven [...] está representado por la madre o por la hermana"

El cine, muy dado a rebuscar en el corazón y la víscera y a remover, aparte de conciencias, traseros en las butacas, no podía no haber explorado el tabú de los tabúes. Precisamente, este pasado viernes se estrenaba 'Demonios tus ojos', la última película del director español Pedro Aguilera, un drama perturbador que pivota alrededor de los límites de la atracción sexual, los oscuros recovecos de las pulsiones humanas y las cuestiones morales y sociales en torno a las relaciones incestuosas. Y lo hace a través del encuentro de dos hermanastros que comienzan un peligroso juego de seducción, siempre "a punto de traspasar la próxima frontera", como describe Eulàlia Iglesias en su crítica. Un tema todavía rompedor e incómodo que ya trataron grandes como Louis Malle, Léos Carax o los Gainsbourg -papá Serge y la "naive" Charlotte-, que escandalizaron y horrorizaron a las gentes de bien cantándose ese "incesto de limón, te amo, te amo, te amo más que a nada, papapapá". En Francia Freud se hubiese forrado.

Eso sí, mucho escándalo pero 'Lemon incest' estuvo diez semanas en el top 10 de las listas francesas y Charlotte Gainsbourg, que por entonces tenía 12 años, se convirtió en toda una celebridad. El tema formó parte después de la banda sonora de 'Charlotte for Ever' (1986), una película escrita por Serge Gainbourg, dirigida por Serge Gainbourg y protagonizada por Serge Gainsbourg y su hija Charlotte. Pocas cosas le gustaban más al 'crooner' que la provocación, que supo convertir en billetes de 500 francos -para luego quemarlos-, portadas de revistas y minutos de televisión. Y ¿qué hay más incómodo que la historia de un padre y su hija envueltos en una turbia relación dentro de la pantalla, interpretados por un padre turbio y su verdadera hija?

En una entrevista concedida a 'The Guardian' en 2010, la actriz contó cómo recordaba la controversia. "Yo no cantaba de forma inocente. Sabía de lo que estaba hablando. Pero para mí no era un problema. Me divertí. Además, debajo de eso había pureza: en realidad es el amor de padre a hija. La canción dice: 'el amor que nunca haremos juntos'. Y ¿sabes? Incluso en ese momento imagino que me utilizó por el placer de provocar. Eso se le daba muy bien".

Charlotte Gainsbourg: ""Yo no cantaba de forma inocente. Sabía de lo que estaba hablando. Pero para mí no era un problema. Me divertí"

En 1973, entre las películas nominadas a los Oscar -en la categoría de Mejor guión original- los académicos, que tampoco suelen caracterizarse por su rupturismo, habían apostado por una peliculita francesa intimista dirigida por Louis Malle y que trataba de forma delicada y conmovedora la relación, más cercana de la cuenta, entre una madre algo aburrida y un hijo en plena explosión hormonal deseoso de estrenarse. Malle no ganó. Tampoco lo hizo 'El padrino', que ese año se lo llevó casi todo. La estatuilla fue a parar a 'El candidato' de Michael Ritchie, el mismo que acabó dirigiendo películas como 'Este poli es un panoli'.

Dijo el ínclito Roger Ebert sobre 'El soplo al corazón': "Entonces Malle nos prepara para las escenas finales de una forma tan habilidosa que en el momento del incesto, cuando ocurre, parece algo natural, más cariñoso que carnal y no tan terriblemente significativo. Cómo consigue este efecto es algo que se me escapa: coge el tema más controvertido que puedas imaginar y lo convierte en un afecto sutil".

En 'El soplo al corazón', Malle coge "el tema más controvertido que puedas imaginar y lo convierte en un afecto sutil"

Menos sutil es el tratamiento que le dio al asunto Christophe Honoré en 'Mi madre' (2004). Normal teniendo en cuenta un guion basado en una novela inacabada de Bataille. En el papel protagonista, Isabelle Huppert, que de interpretar a personajes con parafilias sabe un rato. En el film, una mujer pierde repentinamente a su marido en un accidente de tráfico, lo que la lleva a volcarse en su hijo -Louis Garrel-, en el plano emocional y sexual, relaciones sadomasoquistas incluidas.

Louis Garrel vuelve a aparecer envuelto en una relación poco ortodoxa en 'Soñadores' (2003), de Bernardo Bertolucci -sí, el de María Schneider y la mantequilla-, donde dos hermanos -interpretados por Eva Green y Garrel- se lanzan a una maratón de sexo y filosofía con un chico americano -Michael Pitt- mientras sus padres están fuera de la ciudad. No hay sexo explícito entre los personajes de Green y Garrel y se supone que ella pierde la virginidad con el yanqui, pero comprobar con la mano si a tu hermana se le ha roto el hímen entraría dentro del radar de turbiezas máximas.

Hablando de perturbar no podía faltar Léos Carax. Antes de hacer explotar cabezas con 'Holy Motors' (2012) y después de su indispensable 'Los amantes del Pont-Neuf' (1991), el desquiciado Carax adaptó 'Pierre o las ambigüedades', de Herman Melville, escrito un año después de 'Moby Dick'. En 'Pola X', Pierre es un joven bien que vive con su madre viuda y sobreprotectora -interpretada por la atractiva Catherine Deneuve, que protagoniza una sugerente escena en una bañera- y que está prometido con la tímida Lucie. Pero cuando conoce a Isabelle, su hermana perdida, Pierre decide abandonar a Lucie y comenzar una tórrida relación sexual con ella, huyendo de garito en garito de 'hard rock'.

Con 'Pola X' Carax adaptó 'Pierre o las ambigüedades', de Herman Melville, escrito un año después de 'Moby Dick'

La cinta, candidata a la Palma de Oro, no fue demasiado bien recibida ni por público ni por la crítica. En 'The Guardian', el periodista Peter Bradshaw la califica como "superficial, pretencioso y un desastre incoherente" y a sus protagonistas como "soplagaitas irritantes que pertenecen a un mal videoclip pop". Ouch.

En 1993, siete años después del 'escándalo limón', Charlotte Gainsbourg volvió a protagonizar una relación incestuosa dentro de la pantalla, esta vez con su hermano cinematográfico, en 'El jardín de cemento', un film basado en una novela de Ian McEwan. En ellos, dos hermanos ocultan la repentina muerte de sus padres -por miedo a acabar encerrados en un orfanato- y deciden hacerse cargo de sus hermanos pequeños y adoptar el rol de progenitores, en todos los sentidos. "Jack es lo que se dice un pajillero compulsivo y Julie una provocadora que se divierte poniendo a su hermano en situaciones que lo intrigan y lo incomodan", escribió Roger Ebert.

Siete años después del 'escándalo limón', Charlotte Gainsbourg volvió a protagonizar una relación incestuosa dentro de la pantalla

Con 'Canino' (2009), Yorgos Lanthimos aportó su granito de arena al imaginario cinéfilo de familias disfuncionales. Y el invento le valió dos premios en Cannes y la nominación al Oscar a Mejor película extranjera. En 'Canino', tres hermanos adolescentes -lamentablemente la actriz que interpretaba a uno de ellos, Mary Tsoni, apareció muerta el pasado 8 de mayo- viven recluidos en una casa de la que su padre les prohíbe salir. Sin poder relacionarse con casi nadie aparte de con ellos mismos, el padre recurre al incesto pragmático para saciar las apetencias de su hijo varón. Barreras tiradas aparte, la relación entre las hermanas tampoco es muy convencional, que digamos.

Queda demostrado que Cersei y Jamie Lannister serán muchas cosas, pero pioneros, pioneros, no.

Contaba Freud en 'Tótem y tabú' (1913) que en las comunidades indígenas de las islas de la actual República de Vanuatu, en el Pacífico, cuando los hijos -hombres- llegaban a la pubertad debían abandonar la casa familiar y mudarse a una casa común, lejos de sus madres y hermanas. "Si el hermano y la hermana se encuentran por azar fuera de la casa, debe la hermana huir o esconderse. Cuando el hermano reconoce en la arena las huellas del paso de una de sus hermanas, no debe seguirlos. Igual prohibición se aplica a la hermana. El hermano no puede siquiera nombrar a su hermana”. Pero ¿por qué?

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