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La erótica sucia e inquietante de Francesca Woodman
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La erótica sucia e inquietante de Francesca Woodman

Francesca Woodman comenzó a despertar el interés entre los amantes de la fotografía hace relativamente poco. Las sensuales, sucias y minimalistas imágenes de esta fotógrafa americana

Francesca Woodman comenzó a despertar el interés entre los amantes de la fotografía hace relativamente poco. Las sensuales, sucias y minimalistas imágenes de esta fotógrafa americana cuya carrera duró una década se pueden ver ahora en dos exposiciones en el Museo Patio Herreriano de Valladolid (hasta el 7 de mayo) y en el Espacio Bernal de Madrid (del 26 de abril al 30 de mayo) y en la reedición de la completa monografía de Phaidon.

Este libro reúne más de 250 fotografías (solo se han publicado o expuesto unas 120 de las 800 de su archivo) de una mujer que comenzó a tomar imágenes con 13 años y murió tan solo diez años después. Con el tiempo, se ha convertido en una de las fotógrafas contemporáneas más estudiadas, influyentes y comentadas gracias a unas originales e inquietantes instantáneas que beben de la pintura barroca, la fotografía gótica americana de nombres como Ralph Eugene Meatyard o el posminimalismo de escultores como Richard Serra

El cuerpo es la obsesión de Woodman. Se autorretrató desnuda, retorcida, semioculta, disfrazada y desdibujada hasta la extenuación en estancias abandonadas, antiguas y casi fantasmagóricas. Desnudo y espacio era su combinación. La joven Woodman de 22 años tenía depresión y acabó tirándose al vacío desde un tejado del East Side neoyorquino se convirtió entonces en una fotógrafa de culto que sigue generando debate.

¿Son estas imágenes el anticipo de su suicidio? ¿De dónde surge esa necesidad por teatralizar, o más bien dramatizar, sus instantáneas? ¿Qué carga feminista tienen? ¿Son fotos o performances? Estas son algunas de las preguntas que siguen alimentando a un mito que impregnaba sus imágenes de su psicología y su vulnerabilidad, que provocaba explícitamente y se escondía a la misma vez en ellas, que hacen desprenda algo siniestro, burla y melancolía en su exquisita belleza.

Junto a las fotos, el libro recoge varios extractos de su diario y páginas inéditas de sus cuadernos de notas y un ensayo del profesor de Arte Multimedia de la Royal Holloway de la Universidad de Londres, Chris Townsed.

Francesca Woodman comenzó a despertar el interés entre los amantes de la fotografía hace relativamente poco. Las sensuales, sucias y minimalistas imágenes de esta fotógrafa americana cuya carrera duró una década se pueden ver ahora en dos exposiciones en el Museo Patio Herreriano de Valladolid (hasta el 7 de mayo) y en el Espacio Bernal de Madrid (del 26 de abril al 30 de mayo) y en la reedición de la completa monografía de Phaidon.