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Sexo, cárcel y rock and roll. Adiós a Chuck Berry, el pionero que lo cambió todo
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un grande de la música popular

Sexo, cárcel y rock and roll. Adiós a Chuck Berry, el pionero que lo cambió todo

Fue un maestro para Bob Dylan, The Rolling Stones y John Lennon

Foto: Chuck Berry. (EFE)
Chuck Berry. (EFE)

Quién lo iba a decir: Chuck Berry alcanzó los noventa años. No murió de los excesos como Elvis, ni en accidente de avión como Richie Valens, ni pisando el acelerador por encima de sus posibilidades como el actor James Dean. A pesar de los desmadres de la era dorada del rock and roll, algunos de sus pioneros tuvieron vidas largas y llenas de éxito. ¿Cuál fue el último gran momento de carrera? Sin duda, ese regalo de Quentin Tarantino llamado 'Pulp Fiction' (1994), cuya escena más recordada (después de la inyección de adrenalina) es el baile rebosante de tensión sexual entre Uma Thurman y John Travolta, al ritmo de la preciosa 'You Never Can Tell'.

Se trata de la crónica de una boda adolescente comentada por un grupo de viejunos, que reconocen que a pesar de su extensa experiencia vital son incapaces de predecir si el matrimonio va a ir bien, mal o regular. Estamos ante una de esas canciones que siempre te alegra escuchar cuando suena en la gramola de un bar rockero. También debió de hacer algún millón en royalties con 'Roll Over Bethoveen', que sonaba en la famosa franquicia de películas de Hollywood sobre un perro con gafas de sol.

Icono estadounidense

Anoche la imagen que más circulaba por Internet era una foto en blanco y negro de Chuck Berry junto a Donald Trump. La verdad es que Berry tuvo una carrera tan extensa y exitosa que podría haberse hecho fotos con todos los presidentes entre Eisenhower y Barack Obama. No fue uno de esos artistas que te tienen pendiente de su nuevo material, pero sí enganchado al puñado de éxitos que escribió en su era de esplendor, que no han perdido ni un ápice de frescura medio siglo después.


Su especialidad eran los himnos con temática de instituto, con los que triunfó bien pasada la edad escolar. Los interpretaba con una confianza total, de la que carecen la mayoría de los ídolos adolescentes. Su gesto idiosincrásico fue “el paso del pato”, una extraña manera de moverse sobre el escenario mezcla de espasmo excitado y elegancia. Berry lo ejecutaba de manera magnética.

Fetiche de los Rolling Stones

No había estrella del género que ayudó a inventar que no hablase de él con máximo respeto. Por ejemplo, Keith Richards -uno de sus muchos admiradores- le acompañó en la película 'Hail!, Hail! Rock N’ Roll', estrenada en 1987. En un artículo del año pasado, publicado en la revista digital Slate, el bajista de los Rolling Stones Bill Wyman explica que resulta imposible señalar quién inventó el rock and roll, pero que no hay duda de que Berry inventó “la idea” del rock and roll”.

De todos aquellos pioneros, Berry fue el único que no solo escribió la mayoría de su propio material, sino que escribió material sustancioso

Así lo justifica: “Conocía el blues, conocía el country y estaba allí cuando el rock comenzó. Pero también supo algo que los demás ignoraban. Lo más importante que nos dio no fue musical, sino filosófico (…) De todos aquellos pioneros, Berry fue el único que no solo escribió la mayoría de su propio material, sino que escribió material sustancioso. Le gustaba componer y sabía hacerlo. Enriquecía sus canciones con sentidos y subtextos que todavía resuenan en nuestra época, a veces por sus intenciones humorísticas, siempre por sus aspiraciones poéticas”, celebra.

Maestro de Dyan, Lennon y Beach Boys

Escribía, cómo no, sobre coches y chicas, pero pocos han logrado hacerlo con tanta profundidad, pasión y capacidad de contagio. Le gustaban de verdad: en 1959 fue arrestado por “traspaso de una frontera estatal con una menor con propósitos inmorales”. En su extenso y elogioso obituario, el New York Times destacaba que piezas como 'Promised Land', 'Too Much Monkey Business' y 'Brown Eyed Handsome Man' contienen “una celebración y una sátira de las tensiones raciales y los conflictos de clase de Estados Unidos”. Son asuntos que conocía de primera mano, ya que creció en un barrio segregado de clase media en San Luis. Berry era capaz de pensar más allá de los tópicos del rock and roll primerizo, que tanto ayudó a definir. Además, cantara sobre lo que cantara, su música estaba siempre plena de energía y de alegría de vivir.

Relevancia cósmica

En 1977, el científico Carl Sagan fuel encargado de llenar la nave Voyager con material cultural relevante que pudiera dar a los extraterrestres una idea que cómo era la vida de los seres humanos en la Tierra. Los variopintos materiales incluían el sonido de un beso, saludos en cincuenta y cinco idiomas, muestras del lenguaje de las ballenas, el encefalograma y las meditaciones de una mujer enamorada y una selección de música folclórica, todo ello registrado en un disco de oro, donde no faltaba 'Johnny B. Goode', de Chuck Berry. El programa satírico 'Saturday Night Live' realizó un número donde imaginaba una corta y contundente respuesta de los alienígenas: “Manden más Chuck Berry”.

Disco póstumo

Hablamos de un músico intuitivo e inteligente, que supo apropiarse de la técnica del guitarrista texano T-Bone Walker de pulsar dos cuerdas de la guitarra al mismo tiempo. También le define la alegría anárquica y bien calculada de sus arreglos de piano, sus ráfagas de trompeta y los ritmos de batería, en contraste con la dicción suave y perfecta. Millones de adolescentes blancos se enamoraron de música y su carisma a la primera escucha. Los inicios de su carrera están llenos de estribillos que alcanzaron el top diez, como 'School Day', 'Rock and roll Music' y 'Johnny B. Goode'.

Foto: Chuck Berry en acción. Opinión

Bob Dylan y John Lennon confiesan que aprendieron de su estilo surreal de escribir letras. Los Beach Boys transformaron su 'Sweet Little Sixteen' en la pegadiza y exitosa 'Surfin`USA'. En 1984 le dieron un Grammy como reconocimiento a su carrera y en 1986 estuvo en el primer grupo de artistas escogidos para el Rock and Roll Hall Of Fame. En octubre del año pasado anunció su primer álbum de material nuevo en cuatro décadas.

Quién lo iba a decir: Chuck Berry alcanzó los noventa años. No murió de los excesos como Elvis, ni en accidente de avión como Richie Valens, ni pisando el acelerador por encima de sus posibilidades como el actor James Dean. A pesar de los desmadres de la era dorada del rock and roll, algunos de sus pioneros tuvieron vidas largas y llenas de éxito. ¿Cuál fue el último gran momento de carrera? Sin duda, ese regalo de Quentin Tarantino llamado 'Pulp Fiction' (1994), cuya escena más recordada (después de la inyección de adrenalina) es el baile rebosante de tensión sexual entre Uma Thurman y John Travolta, al ritmo de la preciosa 'You Never Can Tell'.

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