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Abusos, pederastia y 'Celebración', el icono Dogma en directo
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a partir del 3 de marzo en el valle-inclán

Abusos, pederastia y 'Celebración', el icono Dogma en directo

En 1998 Thomas Vinterbeg revolución el cine con 'Celebración', la descarnada primera película del movimiento que creó junto a Lars von Trier. 'Festen' llega ahora al teatro dirigida por Magüi Mira

Foto: 'Festen' se estrena en el Teatro Valle-Inclán (MarcosGpunto)
'Festen' se estrena en el Teatro Valle-Inclán (MarcosGpunto)

En 1998 Thomas Vinterbeg revolucionó el cine con 'Celebración'. Dejó clavado al espectador con ese nuevo movimiento llamado Dogma 95 y, sobre todo, con esta inquietante, descarnada y brutal historia familiar plagada de hipocresía, incesto y abusos sexuales. El filme, escrito por Vinterberg y Mogens Rukovs, se convirtió en la primera película de la historia rodada según el manifiesto de esta corriente nacida en Dinamarca que intentó romper con las normas hollywoodienses, es decir cine filmado cámara en mano, sin efectos visuales, de sonido u ópticos, sin alienación temporal o espacial y en localizaciones reales.

El estilo creado por Vinterberg, Lars von Trier, Christian Levring y Soren Kragh-Jacobsen dotó a una película, ya per se salvaje, de una atmósfera mucho más claustrofóbica y descarnada y se elevó a la categoría de icono. Ahora 'Festen' (su título en danés) vuelve a recrear ese retrato patético, inquietante y terrible del mundo en el Teatro Valle-Inclán (del 3 de marzo al 9 de abril). Sus guionistas hicieron una adaptación teatral que ahora versiona y dirige Magüi Mira con Roberto Álvarez, Carmen Conesa, Gabriel Garbisu, Clara Sanchis, Karina Garantivá o Manu Cuevas en el reparto.

"Festen' no solo aborda el incesto y la pedofilia, es ante todo un texto que nos habla de la brutal cohesión de la hipocresía social", afirma la directora. La obra recrea la fiesta de 60 cumpleaños del patriarca de la familia Klingelfeldt. Será cuando su hijo mayor, Christian, revele una verdad conocida y silenciada por toda la familia: su padre lleva años abusando sexualmente de él y de su hermana gemela, que acabó suicidándose. Su madre y sus otros dos hermanos lo saben pero el silencio y la pose llevan años pesando más que el desgarro.

"Es un texto de nuestro tiempo imprescindible, lleno de brutalidad y de poesía y salvaje. Es un bofetón a las conciencias podridas y también a las dormidas. Habla de algo tan asombroso, pero real y cruel, como esta enfermedad endémica que es la hipocresía, que parece pactada por todos los poderes fácticos para perpetuar el sistema", añade Mira. Ese sistema del que habla aquí se refleja partiendo del universo más cercano y concreto que es la familia. Un lugar donde, también, se construyen y perpetuan esos absolutismos, las relaciones de abusos y la corrupción que vemos reflejados en la sociedad.

A pesar de la dureza de una obra que habla de pedofilia, Magüi Mira no ha querido renunciar a enfatizar la luz, la poética y la belleza que encierra un texto que viaja hacia la redención y la justicia. Precisamente Vinterberg definió 'Festen' como "el proyecto más agradable" en el que había trabajo "a pesar de que penetré en una capa de maldad y abominación como nunca antes". No es una tarea sencilla con ese trasfondo tan incompresible y repulsivo, pero, matiza la directora, "esto no va de buscar psicologismos, es una tragedia contemporánea que trasciende lo cotidiano".

El abismo de lo incomprensible

Mira confiesa que su versión es fiel a la adaptación teatral del filme. "He intentado trabajar paralelamente al Dogma: establecer en las tablas algo muy sencillo e hipnótico. Para ello me hacía falta una versión que potenciara la belleza. Tiene la máxima brutalidad, pero también la máxima belleza y poesía", señala. Esa dicotomía entre el plano estético más emocional y la "mochila podrida que no se ha erradicado" de los abusos y la hipocresía tampoco ha sido algo fácil de abordar para los actores, porque la obra les coloca —a ellos y al espectador— "ante el abismo de lo incomprensible", en palabras de Garantivá.

"Magüi ha llenado el espacio de pequeñas gotas de metáforas que exudan un simbolismo que hace bello algo tan terrorífico y que sirven para trasladar el microcosmos de esta familia a la sociedad", analiza Carme Conesa. La actriz, que da vida a esa madre consentidora, asegura que ante el fracaso por poder entender lo que mueve a su personaje ha optado por interpretarlo como un perro que no entiende lo que ocurre pero adora a su amo. "El viaje es tan tremendamente grande que intento ser un poco humilde y hacerlo como un animal", explica.

Álvarez interpreta a ese padre abusador y autoritario al que también "es imposible" llegar a comprender. Confiesa que ha trabajado con testimonios reales como el del violador de Ciudad Lineal. Así llegó al punto de ataque: el no reconocimiento. "Hay algo de 'Saturno devorando a sus hijos'. Es una familia rica y él les somete absolutamente para que no le quiten el trono y poder seguir manifestando su superioridad".

Garbisu da vida a Christian, el hijo que destapa "el cuento de la verdad", el de "cuando se bañaba papá". Sanchis es su hermana Helen, ese personaje que representa la otra cara de la sociedad abusadora: la que mira para otro lado. "Se parece al común de los mortales. Es nuestro tipo de monstruosidad: la hipocresía, esconderse y tapar, pero no conscientemente sino haciendo otras cosas, entreteniéndose y distrayéndose. Eso este mundo te lo pone en bandeja permanentemente para no enfrentarnos a los conflictos".

La historia se remata con esos personajes que encarnan el compromiso y son el nexo necesario para la revelación. En este sentido, Noguero (Kim) pone el acento en la indefensión y el silencio de las víctimas de abusos. "Es más extendido de lo que parece y es muy importante darle voz a una situación que no la tiene", afirma. Esta sociedad, profundiza, "moralmente tiene un retraso muy grande. Seguimos en el siglo XIX o incluso antes, seguimos disimulando. La educación es el único medio para avanzar. Hay que defender la educación como la posibilidad de evolucionar moralmente".

En 1998 Thomas Vinterbeg revolucionó el cine con 'Celebración'. Dejó clavado al espectador con ese nuevo movimiento llamado Dogma 95 y, sobre todo, con esta inquietante, descarnada y brutal historia familiar plagada de hipocresía, incesto y abusos sexuales. El filme, escrito por Vinterberg y Mogens Rukovs, se convirtió en la primera película de la historia rodada según el manifiesto de esta corriente nacida en Dinamarca que intentó romper con las normas hollywoodienses, es decir cine filmado cámara en mano, sin efectos visuales, de sonido u ópticos, sin alienación temporal o espacial y en localizaciones reales.

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