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Secuestros, abusos y enfermos mentales en 'Múltiple', lo último de Shyamalan
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estreno el 27 de enero

Secuestros, abusos y enfermos mentales en 'Múltiple', lo último de Shyamalan

El director de 'El sexto sentido' presenta en Madrid, junto a James McAvoy y Anya Taylor-Joy, su nueva película un 'thriller' sobre un paciente con personalidad múltiple

Foto: Anya Taylor-Joy en un fotograma de la película
Anya Taylor-Joy en un fotograma de la película

Kevin lo quiere borrar de su cabeza. Era pequeño. Se había escondido debajo de la cama. Su madre lo busca. Lo encuentra. Lo agarra. Tiene la cara desencajada. Fundido a negro. Ahora, más de 30 años después, Kevin está sentado en un sillón, frente a la doctora Fletcher, su psiquiatra. Pero no ha venido solo. Con él están Barry y Hedwig y Dennis y Patricia y así hasta contar 23 personas. En un solo cuerpo. Porque Kevin tiene Trastorno de Identidad Disociativo (TID). Lo que la doctora no sabe es que su paciente tiene secuastradas a tres adolescentes en su casa. Que 'la bestia', un ser vengador y primitivo, está de camino. Y que las chicas serán su sacrificio humano.

Tráiler de 'Múltiple', de M Night Shyamalan

M. Night Shyamalan vuelve a la cartelera española poco más de un año después del estreno de su última película 'La visita', que aunque no cosechó reseñas demasiado entusiastas sí hizo una buena taquilla. Muchas son las referencias a Hitchcock al hablar de este director indio afincado desde los 8 años en Filadelfia, pero la realidad es que desde 'El sexto sentido' (1999) -la película que lo lanzó a la fama internacional- y 'El protegido' (2000) -protagonizada también por Bruce Willis- se ha estancado en el cinco raspado -e incluso ha suspendido- a ojos de la crítica. Con 'Múltiple', Shyamalan busca la reconciliación después de los batacazos de 'Airbender, el último guerrero' (2010) y 'After Earth' (2013), en las que el director se metió en los intrincados jardines de la ciencia ficción y por las que Hollywood lo castigó al rincón y le rebajó la paga hasta los 5 millones de presupuesto, frente a los 150 de su anterior película.

"Todas mis películas tienen esa cualidad terapéutica sobre qué es la mente.Encuentro la mente y todo lo que subyace como algo muy misterioso", explica Shyamalan

Como lo que le gusta un buen diván de consulta, esta vez Shyamalan se ha puesto a rebuscar en la sesera y se ha sacado de la manga un 'thriller' asfixiante y retorcido protagonizado por un James McAvoy -el Charles Xavier joven de la saga X-Men- con Trastorno de Identidad Disociativo (TID) -más conocido como 'personalidad múltiple'- y con la pequeña manía de secuestrar jovencitas dicharacheras -entre ellas, Anya Taylor-Joy, protagonista de 'La bruja'- para alimentar en un ritual a una entidad maligna, violenta y con mucha sed de sangre. Psiquiatría 'mainstream' para los amantes del terror.

Y es que Shyamalan sabe que los pacientes de frenopático son una mina para la villanía cinematográfica, que se lo pregunten a la madre de Norman Bates. "Los trastornos mentales son algo que me ha fascinado desde que iba a la universidad, donde di clases de Psicología", confiesa Shyamalan, que ha presentado esta semana su película en Madrid. "Todas mis películas tienen esa cualidad terapéutica sobre qué es la mente, qué lugar ocupa uno mismo dentro de su propio pensamiento. Encuentro la mente y todo lo que subyace como algo muy misterioso", explica. Y aunque sus dos primeras películas se encuentran en las antípodas del cine de género, 'El sexto sentido', su tercera película y por la que consiguió dos nominaciones a los Oscar, ya sentó precedente en una carrera protagonizada por niños 'raritos', héroes que pasan consulta y recetan Prozac, y personajes con habilidades curiosas, como ver muertos en ocasiones, tener una estructura ósea irrompible o trepar por las paredes y correr cabeza abajo. Eso sí, que no falte el toque Hollywood. "Hay un momento en el que la doctora Fletcher dice que envidia a sus pacientes. Su amiga le pregunta, '¿por qué?' Y ella contesta: 'porque ellos nunca están solos'". No hay más preguntas, señoría.

"Podría escribir todo el rato sobre sesiones de terapia y tengo como que luchar conmigo mismo para no hacerlo", bromea. "El Trastorno de Identidad Disociada es un trastorno real y eso significa que hay gente que lo tiene. Según lo que yo entiendo de lo que se dice en el campo, un 2% de la población lo sufre. "Cuando conducimos hacia casa o hacia el trabajo, tenemos que tomar mil decisiones inconscientes a la vez que hacemos más cosas, como pensar en las facturas, en la discusión con la novia... Estamos haciendo dos cosas simultáneamente, así que también disociamos en nuestras vidas normales y corrientes. Los individuos con TID llevan esto hasta unos niveles de locura, porque su cerebro se ha desarrollado para permitírselo", resume en una explicación un poco de estar por casa.

Lo cierto, es que el TDI es la bestia negra de la Psiquiatría, el tema tabú que hace que creyentes y escépticos se tiren de los pelos. ¿Una enfermedad real con validez científica? ¿Una entelequia? ¿Un dogma de fe? Un alto porcentaje de psiquiatras -un 43% según un estudio de 2009 publicado en la revista 'Current Psychiatry'- no se acaban de creer que esta enfermedad exista y un 15% aboga por retirarla del 'DSM-V', la gran biblia de la Psiquiatría moderna. En los años 70, con el caso de Sybil Mason, una mujer que afirmaba tener 16 personalidades, el TDI 'se puso de moda' como una enfermedad excéntrica y curiosa, empezaron a salir pacientes con múltiples personalidades hasta debajo de las piedras, pasando de 200 casos reportados a unos 44.000 en muy pocos años. 40 años después, las suspicacias persisten y la comunidad médica no se pone de acuerdo. Sea como fuere, un cerebro que alberga una veintena más de personas es una perita en dulce para el cine y la literatura. si no existiera, habría que inventarlo.

Un 43% de los psiquiatras participantes en un estudio publicado en 2009 en la revista 'Current Psychiatry' no creen que esta enfermedad exista y un 15% aboga por retirarla del 'DSM-V'

Para 'Múltiple', Shyamalan ha estudiado a conciencia y llega con los deberes hechos: "Esto sólo le ocurre a individuos que han sufrido repetidamente abusos físicos o sexuales entre las edades de uno a cinco años. Si esto te ocurre con 10 u 11 años se manifestará de forma distinta, pero no en este trastorno específico. Y la razón es porque es la edad en la que el cerebro se está desarrollando, cuando está creciendo y se está convirtiendo en el cerebro que será de adulto. Es cuando aprende a bifurcarse de esta manera. Es un ejemplo poderoso de la mente humana intentando sobrevivir a circunstancias terribles".

Un hombre con un trauma y problema mental convertido en un villano. La enfermedad psiquiátrica como excusa para el mal. ¡No tan rápido! Que los demonizadores de los demonizadores de las enfermedades mentales no desenfunden las antorchas todavía. "Cuando una persona me pregunta por el personaje del villano, yo respondo que no sabía que había un villano en la película, que eso es una conclusión a la que ha llegado esa persona", justifica Shyamalan. "Es complejo. El protagonista tiene 24 identidades, de las cuales cuatro tienen unas tendencias 'que no son las mejores', y las 20 restantes son encantadoras. ¿Qué hacemos entonces? Es un reto muy interesante y me encantan estos temas". "No tengo muy claro cómo hay que aproximarse a esta gente que es diferente. ¿Obligarlos a ser como nosotros, esa es la respuesta?", se pregunta. ¡Uh! Aquí huele a Foucault.

"Quería hablar sobre los traumas, lo que provocan en las personas y lo que pensamos de las personas con traumas. ¿Deberíamos dejarlos en una esquina y no hablar jamás de ellos o compadecerlos? ¿O asociarlos con gente violenta? Es símplemente una conversación provocadora sobre cosas de las que no nos gusta hablar. He hecho una película comercial centrada en el trauma, en abusos sexuales en la infancia, y son dos temas controvertidos. Y he intentado transmitirlo con mucha compasión".

"He hecho una película comercial centrada en el trauma, en abusos sexuales en la infancia, y son dos temas controvertidos. Y he intentado transmitirlo con mucha compasión"

Quizás, eso de villano o no villano no sea tan relativo para el personaje de Anya Taylor-Joy, a la que Kevin mantiene encerrada bajo tierra. Con una carrera que empezó hace menos de tres años, Taylor-Joy ya se ha hecho un hueco como musa del cine de terror tras su éxito en 'La bruja'. "Lo que me encanta de la presencia en cámara de Anya es que no es contemporánea. Hay algo atemporal. Y eso recuerda a actrices de otra era. Tiene una belleza clásica y atemporal. Para el papel buscaba alguien con menos experiencia, que todavía no hubiese adquirido malos hábitos interpretativos. Y tuve mucha suerte de que Anya decidiese participar en la audición". Ella, agradece los piropos: "Night tenía un guión maravilloso y conocía a Cassey tan bien y en tanta profundidad, que sumando mis sentimientos hacia el personaje, simplemente le dimos vida". Y al igual que el personaje de Kevin, en la historia de Cassey subyace un pasado marcado por los abusos y los traumas.

Probablemente, la historia de 'Múltiple' sea el campo más minado de toda la filmografía del director. En sus comienzos 'hollywoodienses', Shyamalan prefirió apostar por un terror psicológico más pegado a lo fantástico, con fantasmas y ninfas y trampantojos que parecen sobrenaturales pero luego no. Es difícil que a un director le toque enfrentarse a las críticas de asociaciones de ninfas y fantasmas, pero no lo es tanto soliviantar ciertas sensibilidades en cuestiones más mundanas e, incluso antes de su estreno, a Shyamalan le ha caído un intento de boicot por "enviar un mensaje dañino sobre las enfermedades mentales".

"Si el riesgo es banalizar, ¿qué pierdes por no asumir el riesgo?". McAvoy intenta echar un capote a su director. "Es como si sólo por tener un problema mental no pudieses participar en una película tan entretenida como esta. Y creo que eso es igual de discriminatorio. Por tener un problema mental qué pasa, ¿no puedes ser un villano chungo en una peli súper guay? Eso es discriminatorio. Creo puede que a alguna con TID no le guste la película, pero a alguna gente no le iba a gustar de todas formas. Espero que algunas personas o grupos de personas con TID les guste la película. Creo que no demonizamos su condición, no es necesariamente una película sobre el TID. Es una película sobre gente que ha sufrido".

Antes incluso del estreno, a Shyamalan le ha caído un intento de boicot por "enviar un mensaje dañino sobre las enfermedades mentales"

El psicólogo y escritor británico Kevin Dutton, publicaba en 2012 el ensayo 'La sabiduría de los psicópatas', donde analizaba los perfiles psicológicos de grandes próceres de la política internacional y otorgaba rasgos psicopáticos a John Stuart Mill, John F. Kennedy y Bill Clinton, entre otros. A una semana de que Donald Trump tome asinto en el despacho oval, Shyamalan no se moja y le hace una verónica a la petición de analizar el perfil psicológico del próximo inquilino de la Casa Blanca.

Y respecto a la situación políctica de su país, prefiere ser prudente: "Es un momento importante en Estados Unidos. Estamos intentando descubrir qué acaba de pasar. Primero, he intentado entender qué es lo que han intentado decir mis conciudadanos. ¿De qué va esto? Dejar a un lado al mensajero. Venimos de un lugar compasivo, pero resulta que hay parte del país que se ha sentido marginado. Hay que intentar acercarse a ellos con compasión". "Cuando dice que va a construir un muro y que México va a pagar el coste, eso es una mentira, porque es algo que nunca va a pasar. Pero, como en el arte, es una mentira que a su vez dice una verdad. La verdad es que el mensaje es: 'no me gustan los inmigrantes, ¿quién me apoya?'. Y algunas personas han levantado la mano. No pocas, sino un cuarenta y tantos por ciento. No quiero caer en la desolación, pero estoy un poco destrozado. Éste es el despacho más importante del mundo de un servidor público y lo va a ocupar una persona que jamás ha servido a nadie. Es muy confuso. Pero representa algo, algún tipo de dolor, y tenemos que prestar atención al dolor e intentar sanarlo".

Kevin lo quiere borrar de su cabeza. Era pequeño. Se había escondido debajo de la cama. Su madre lo busca. Lo encuentra. Lo agarra. Tiene la cara desencajada. Fundido a negro. Ahora, más de 30 años después, Kevin está sentado en un sillón, frente a la doctora Fletcher, su psiquiatra. Pero no ha venido solo. Con él están Barry y Hedwig y Dennis y Patricia y así hasta contar 23 personas. En un solo cuerpo. Porque Kevin tiene Trastorno de Identidad Disociativo (TID). Lo que la doctora no sabe es que su paciente tiene secuastradas a tres adolescentes en su casa. Que 'la bestia', un ser vengador y primitivo, está de camino. Y que las chicas serán su sacrificio humano.

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